Fuente: La Doctrina del Islam Shi'ah - Autor: Ya'far Subhani
Traducción: Feisal Morhell
Los musulmanes son unánimes en que el Islam posee una doctrina y una ley divina.
En cuanto a la primera, ya nos hemos familiarizado con la misma en las secciones anteriores.
En cuanto a la sharî‘ah o ley religiosa, podemos decir que sus principales divisiones son cuatro:
1. Los actos devocionales (al-‘ibâdât).
2. Las transacciones (al-mu‘âmilât).
3. Las formulaciones unilaterales (al-iqâ‘ât).
4. Las sentencias (al-ahkâm).
Los principales actos devocionales son los siguientes:
1. El rezo (as-salât) y las oraciones meritorias (an-nawâfil).
2. El ayuno (as-saûm) obligatorio y el preferible.
3. El gravamen religioso sobre nueve géneros en particular[1] (az-zakât).
4. El gravamen religioso del quinto sobre las ganancias en general (al-jums).
5. La peregrinación (al-haÿÿ).
6. La lucha sagrada (al-ÿihâd).
7. Ordenar lo bueno (al-amr bil ma‘rûf).
8. Prohibir lo malo (an-nahîi ‘anil munkar)
Éstos son los principales actos de adoración y asuntos para acercarse a Dios según los Imamitas en conformidad a la sharî‘ah o ley islámica, que nos contentamos solo con mencionarlos. En cuanto a las transacciones, las formulaciones unilaterales y las sentencias, delegamos la explicación de las mismas a los libros de jurisprudencia.
Así es, existen normas en las que tal vez la Shî‘ah no está de acuerdo con los demás y a continuación señalaremos las principales, las cuales conforman al mismo tiempo cuestiones jurídicas.
Frotar los pies en lugar de lavarlos durante la ablución:
Todos sabemos que el wudû o ablución conforma uno de los preliminares de la oración. Leemos en la sura Al-Mâ’idah (La Mesa Servida) las palabras del Altísimo que expresan:
«¡Oh Creyentes! Cuando os dispongáis a rezar lavad vuestros rostros y manos [aidî-a kum] hasta [ilâ] los codos, y frotad vuestras cabezas y vuestros pies hasta los tobillos».[2]
La expresión [أَيْدِي = aidî] utilizada en la aleya es el plural de [يد = iad] la cual posee diferentes usos en el idioma árabe: a veces se utiliza para indicar desde los dedos hasta la muñeca, a veces para señalar desde los dedos hasta los codos, y otras veces para señalar desde la punta de los dedos hasta el hombro. Esto en primer lugar.
Segundo: Desde que la medida que es obligatorio lavar durante el wudû es entre la punta de los dedos y los codos, el Sagrado Corán ha utilizado la expresión “hasta los codos”, para dejar en claro la medida obligatoria de lavar.
En base a esto, la preposición [إلى = ilâ] (“hasta” o “hacia”) en las palabras del Altísimo que expresan «hasta [ilâ] los codos», señala la extensión de “lo lavado” en lo que llama “las manos”, y no el modo en que debe realizarse el lavado (esto es, si la manera de hacerlo es desde abajo hacia arriba o al revés), sino que la forma del lavado es conforme al entendimiento consuetudinario y el hábito de las personas que es lavarse “de arriba hacia abajo”, lo cual incluso está en conformidad con el proceder natural y consuetudinario.
Por ejemplo: Cuando el médico le prescribe a un hombre enfermo que lave sus pies hasta la rodilla lo encontramos lavándose de arriba hacia abajo.
Por eso, la Shî‘ah Imamita sostiene que el lavado del rostro y de las manos en el wudû debe ser de arriba hacia abajo, y no considera correcto lo contrario.
Hay otro tema respecto al wudû y es la cuestión de frotar los pies. El fiqh shî‘ah dice: se debe frotar los pies con la mano húmeda y no lavarlos. Eso es indicado brevemente por lo aparente de la sexta aleya de la sura Al-Mâ’idah, la cual explica que hay dos obligaciones en el wudû; una es “lavar” y la otra “frotar”. El lavado corresponde al rostro y las manos y el frotado corresponden a la cabeza y los pies.
1. «Lavad vuestros rostros y manos hasta los codos».
2. «Y frotad vuestras cabezas y vuestros pies hasta los tobillos».
Si nosotros exponemos estas dos frases a cualquier árabe parlante que no estuviera familiarizado con ninguna escuela islámica jurídica en especial, ni estuviera informado de alguna postura jurídica y le pidiéramos que nos explicara qué quiere decir ello, nos diría sin dudar: según esta aleya debemos hacer dos cosas: una, el lavado y corresponde al rostro y las manos; y la otra es el frotado y corresponde a la cabeza y los pies.
En lo que respecta a las normas de gramática árabe, la expresión [أرجلكم – arÿulakum] (vuestros pies) está en conjunción (‘atf) con la palabra [رءُوسِكم = ru’ûsikum] (vuestras cabezas), por lo que el resultado es el frotado de los pies; y no es válido considerar esta última palabra en conjunción con la frase anterior que es [فاغسلوا... وأيديكم = fagsilû… wa aidîakum] (Lavad vuestros… y vuestras manos), de manera que dé cómo resultado el lavado de los pies, puesto que eso implicaría una separación entre el término en conjunción, que es “los pies” y el término al que se encuentra conjuntivizado, que es “vuestras manos” mediante una aposición, que sería la frase “y frotad vuestras cabezas”, lo cual no es correcto en las normas de la gramática árabe, puesto que implica la confusión en el propósito.
Así también, no hay diferencia al respecto tanto si se adopta la lectura arÿulikum (en genitivo) o arÿulakum (en acusativo), puesto que en ambas lecturas la conjunción es entre arÿulakum (vuestros pies) y ru’ûsikum (vuestras cabezas), pues ello aparejaría una sola diferencia, que es que en el primer caso el objeto en conjunción es el vocablo (lafdz) y la expresión aparente (dzâhir), mientras que en el segundo caso el objeto en conjunción es la ubicación gramatical (mahal·l).
En otras palabras, si “vuestros pies” es objeto de conjunción a la misma expresión “vuestras cabezas” se lee en genitivo (arÿulikum), y si es objeto de conjunción a la ubicación gramatical (esto es, la condición de objeto directo de “frotad”), se lee en acusativo (arÿulakum). En cualquier caso el sentido es el mismo.
Las narraciones mutawâtir que nos llegan de Ahl-ul Bait (P), nos señalan que el wudû tiene dos componentes: “dos lavados” y “dos frotados”. El Imam Al-Bâqir (P) narró en un hadîz donde explica el wudû del Mensajero de Dios (BP), que el Profeta (BP) se frotaba los pies.
Es de mencionar que los Imames de Ahl-ul Bait (P) no son los únicos que frotaban sus pies al realizar la ablución, sino que gran parte de los Compañeros y los tabi‘în tenían esa opinión y sostenían ello.
En cuanto a los Compañeros que sostenían ello, están:
1. El Imam ‘Alî Ibn Abî Tâlib (P).
2. ‘Uzmân Ibn ‘Affân.
3. ‘Abdul·lah Ibn ‘Abbâs.
4. An-Nazâl Ibn Saburah Al-Hilâlî.
5. Rufâ‘ah Ibn Râfi‘ Ibn Mâlik Al-Badrî.
6. Anas Ibn Mâlik Ibn Nadr, el sirviente del Mensajero de Dios (BP).
7. Tamîm Ibn Zaid Al-Mâzinî.
8. Abû Mâlik Al-Ash‘arî.
En cuanto a los tâbi‘în, tenemos a:
9. El Imam Al-Bâqir, Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Al-Husein (P).
10. Basr Ibn Sa‘îd Al-Madanî.
11. Hamrân Ibn Abân, el servidor de ‘Uzmân Ibn ‘Affân.
12. ‘Abdu Jair Ibn Iazîd Al-Kûfî.
13. ‘Ubâd Ibn Tamîm Al-Jazraÿî.
14. Aus Ibn Ubai Aus Az-Zaqafî.
15. ‘Âmir Sharâhil Ibn ‘Abd Ash-Sha‘bî.
16. ‘Ikrimah, el sirviente de Ibn ‘Abbâs.
17. ‘Urwah Ibn Az-Zubair Al-Qurashî.
18. Qutadah Ibn ‘Uzair Al-Basrî.
19. Mûsâ Ibn Anas Ibn Mâlik, el juez de Basora.
20. Husain Ibn Ÿundab Al-Kûfî.
21. Ÿubair Ibn Nufair Ibn Mâlik Ibn ‘Âmir Al-Hadramî.
22. Ismâ‘îl Ibn Ubaî Jâlid Al-Baÿlî Al-Ahmasî.
23. ‘Atâ’ Al-Qudâhî.
Así como otros, cuyos nombres hemos mencionado en nuestro “Tratado especial sobre el juicio de los pies en el wudû”.[3]
Mencionamos el dicho de Ibn ‘Abbâs que expresa: “El wudû consta de dos lavados y dos frotados”.[4] [1] Camellos, vacas y corderos, oro y plata, trigo, cebada, dátiles y pasas de uva (N.T.).
[2] Al-Mâ’idah; 5: 6.
[3] Ver: Tratado especial sobre el juicio de los pies en el wudû, pp. 61-68.
[4] Tafsîr At-Tabarî, t.6, p.82.
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