domingo, 24 de abril de 2011

La Señora entre las Señoras, Fátima Az-Zahrá (p)- Parte I


Equipo de escritores de la Fundación Dar Rah-e Haqq .Traducción del persa: Martha Golzar y Rahmatul.lah Golzar .Asamblea Mundial de Ahl-ul Bayt (a.s.)


Contenido:


Nacimiento de la niña en la Casa de Dios.

Junto a su padre. 

La madre de Fatimah (P)  

La emigración a Medina.  

Personalidad celestial de Fatimah (P)  

El afecto del Profeta (BP) hacia Fatimah Az-Zahra’ (P)  

Un matrimonio celestial

Alabado sea Dios, Señor de los mundos, y sus bendiciones sobre nuestro amado Profeta Muhammad (BP) y sobre su familia purificada.

Su nombre es Fatimah, y es conocida por: Umm Al Hasan, Umm Al Husain, Umm Al Muhsin, Umm Al A’immah, Umm Abiha.[1]

Sus sobrenombres más conocidos son: Zahra, Batul, Saddiqah Kubra, Mubaraqah, ‘Adhra’, Tahirah y Saiiedat–un Nisa.[2]

Su padre fue Muhammad hijo de ‘Abul.lah y Mensajero del Islam.

Su madre fue Jadiÿah Al Kubra, la primera esposa del Profeta (BP) y la primera mujer que tuvo fe en él.

Su nacimiento fue en La Meca, el quinto año de la Profecía.[3]

Su martirio fue en Medina, el año 11 de la Hégira, dos meses y medio después de la muerte de su padre.[4]

Su tumba, por deseo propio, y según lo que ella misma testamentó, fue sepultada[5] por la noche y en secreto por el mismo ‘Ali (P), y hasta hoy no se sabe el lugar exacto de su santa sepultura.

Sus hijos fueron Imam Hasan Muÿtabah, Imam Husain, el Señor de los Mártires, Zainab Al–Kubra, Umm Kulzum y Mohsen (que fue abortado -P-).[6]

* * *
Nacimiento de la niña en la Casa de Dios

Fue un viernes del mes de Ÿumada az Zani, cinco años después del comienzo de la misión profética[7], bajo el cielo de Al–Hiÿaz, a las faldas de las montañas de piedra de La Meca, en la casa de la profecía, en el lugar que era luminado por el Corán que los labios del Profeta (BP) recitaban; esos labios que sólo pronunciaban la palabra “Al.lah”. Una casa que los ángeles conocían y frecuentaban; allá donde el Enviado de Dios susurraba la oración del alba y de la noche, y en donde el sonido angelical de la lectura del Corán a media noche, unía la tierra con el cielo.

En la casa que daba esperanzas al huérfano, donde se ayudaba al necesitado, en la que se daba refugio a los cautivos: la casa del Profeta (BP) y Jadiÿah (P). En ella nació una pequeña niña… la hija del Enviado, un retoño del Mensajero, un cuerpo lleno de pureza, toda la humanidad en una mujer, que era esposa y ocupaba la misma jerarquía que 'Ali (P) –el califa de Dios sobre la Tierra–, una Señora entre todas las mujeres del mundo:

“Fatimah Az-Zahra’ (P), la paz sea con ella”.

Con el nacimiento de Fatimah (P), la casa del Profeta (BP), fue, más que antes, un centro de bondad y dulzura frente a los grandes y penosos sufrimientos que en ese entonces padecía el Mensajero de Dios en La Meca a manos del grupo de los incrédulos.

La pequeña Fatimah, acariciaba, como una brisa suave, las cansadas mejillas de su padre y de su afligida madre, y apaciguaba los dolores de aquellos días en que comenzaba a fructificar la misión y el mensaje profético… ¡Qué maravilloso era que una pequeña pudiese tranquilizar al Mensajero hasta el punto que éste dijera acerca de ella: “Es mi alma. Percibo en ella el olor del Paraíso”.[8]

Y esto no es extraño refiriéndose a Fatimah (P) ya que ella pertenece al grupo de los purificados, y Dios Todopoderoso le hizo el honor de nombrarla en el Corán:

﴿ إِنَّما يُرِيدُ اللَّهُ لِيُذْهِبَ عَنْكُمُ الرِّجْسَ أَهْلَ الْبَيْتِ وَ يُطَهِّرَكُمْ تَطْهِيراً ﴾

“Al.lah sólo quiere libraos del pecado ¡Oh, Gente de la Casa! Y purificaros completamente”. (33:33)

Dios Altísimo, claramente dice que:

“Vosotros, familia del Profeta (BP) están purificados de cualquier pecado y lejos de las malas acciones”.[9]

Fatimah (P) es un resumen de la existencia del Profeta (BP) del Islam en todos los aspectos. La luminosa existencia de Fatimah Az-Zahra’ (P) es digna de la atención celestial; ella fue seleccionada entre todas las mujeres frente a Dios y, con su propia pureza, demuestra la honorable posición de la mujer. La existencia de Fatimah (P) es, por sí misma, el testimonio más evidente de que la mujer puede alcanzar la cumbre intelectual y espiritual tal como lo lograron los grandes hombres santos.


Junto a su padre

El honorable padre de Fatimah (P) al que no es necesario calificar, ya que Dios Todopoderoso le presentó como el dueño del mundo:

﴿ خُلُقٍ عَظِيمٍ ﴾

“… de eminente carácter”. (68:4)

﴿ وَ ما يَنْطِقُ عَنِ الْهَوى إِنْ هُوَ إِلاَّ وَحْيٌ يُوحى ﴾

“no habla por propio impulso, si no que él transmite lo que se la ha revelado”. (53:3 y 4)

fue con quien Fatimah (P) pasó su luminosa vida. Bajo la luz del rayo de la revelación y bajo la sombra de un padre que fue enviado con la misión de enseñar al hombre toda su dimensión como ser humano: “No he venido a otra cosa que a perfeccionar el carácter de los seres humanos”.

Tenía aproximadamente dos años cuando los incrédulos del Quraish boicotearon a su padre económica y socialmente, y se vio obligada a soportar tres difíciles años, sufriendo hambre y penalidades, en “la quebrada de Abu Talib”[10] junto a su padre, madre, tío y demás musulmanes y familiares.

En el décimo año de la Revelación, poco después de ser liberados de “la quebrada”[11] murió su honorable madre, tras haber soportado los sufrimientos de diez años de lucha, especialmente la presión de las dificultades y penas durante el boicot económico y social. Fatimah (P) se quedó huérfana de madre, esto supuso para ella un gran sufrimiento y una enorme tragedia y fue lo que ocasionó que se uniera más que antes a su padre, ya que su educación pasó a depender totalmente del Profeta (BP).

A los ocho años, poco después de la emigración del Gran Profeta (BP) a Medina, acompañada de las demás mujeres de la Casa del Profeta (BP) y acompañadas todas éstas de ‘Ali (P) viajaron desde La Meca a Medina[12] y nuevamente se encontró en compañía de su padre. Durante los diversos problemas que tuvo que soportar el Mensajero del Islam en Medina, Fatimah (P) siempre lo acompañó y ayudó.

En la guerra de Uhud después de que los musulmanes fueron obligados a retroceder y se refugiaron en la montaña, Fatimah (P) viajó apresurada desde Medina al campamento del Gran Mensajero y, en compañía del Príncipe de los Creyentes, ‘Ali (P), curó las heridas que éste había sufrido…[13]

Fatimah (P) creció con el Islam, fue compañera del Islam y del Corán, respiraba en el ambiente de la revelación y la profecía. Su vida siempre estuvo unida a la del Profeta (BP), incluso cuando se casó y nacieron sus hijos su casa lindaba con la de su padre y él frecuentaba más que cualquier otro lugar la casa de Fatimah (P). Todas las mañanas antes de ir a la mezquita iba a visitarla.[14] Un sirviente del Mensajero de Dios dijo: “Cuando el Profeta (BP) quería viajar, la última persona de quién se despedía era de Fatimah (P), y cuando regresaba del viaje, a la primera persona que visitaba era a Fatimah…”.[15] Durante las últimas horas de vida del Mensajero de Dios, Fatimah Az-Zahra’(P) no se separaba de la cabecera del lecho de su padre y lloraba, y él la consolaba diciéndole que ella sería la primera en unirse a él”.[16]


La madre de Fatimah (P)

Fatimah (P) pasó los cinco primeros años de su infancia bajo la tutela de su honorable y devota madre Jadiÿah, que era la primera dama del Islam y de quién el Profeta (BP) expresó: “Jadiÿah es una de las mejores mujeres de esta comunidad”.[17]

Jadiÿah (P) era tan amada y respetada por el Mensajero del Islam que no tomó otra esposa mientras ella estuvo viva y después de su muerte la recordaba continuamente, al punto que, algunas veces que le hacían un regalo, éste decía: “Llévenlo a tal persona, pues ella era amiga de Jadiÿah”.[18]

‘Aishah relató: “El Profeta (BP) la recordaba con tanto amor que un día protesté diciendo: “¡Oh, Enviado de Dios, Jaiÿah no era más que una anciana y Dios te ha dada algo mejor que ella!” El Profeta (BP) se enojó y dijo: “Juro por Dios que no me ha dada nada mejor que ella. Jadiÿah tuvo fe en mí mientras los demás eran incrédulos, me apoyó cuando los demás me desmentían, puso sus bienes a mi disposición en tanto los demás me privaban de ellos y Dios Todopoderoso creó mi descendencia a través de ella…”.[19]

Estas palabras son muy ciertas, ya que los sacrificios que hizo Jadiÿah para que prosperara el mensaje y la misión del Profeta (BP) fueron determinantes en la historia del Islam y algunos eruditos dijeron: “El Islam y la misión profética alcanzaron su esplendor por la espada de ‘Ali (P) y la ayuda económica de Jadiÿah”. O sea: Dios Altísimo creó a estas dos personas como medio para que confirmaran quién era Su Profeta, y las guerras que libró ‘Ali (P) y la ayuda económica de Jadiÿah (P) fueron dos factores importantes para que se desarrollara y triunfara el Islam. Por ello, los musulmanes de todos los tiempos, deben el Islam primeramente a Dios Todopoderoso y al Gran Profeta (BP) y después a estas dos honorables personas.

Fatimah (P) es el recuerdo de tal madre y de tal padre. Con la muerte de Jadiÿah (P) en el décimo año de la profecía[20], fue la pequeña Fatimah la que llenó ese vacío en la familia.


La emigración a Medina

En ese mismo año que murió Jadiÿah (P), el Profeta (BP) perdió a su devoto tío y gran protector Abu Talib.[21][22]

Abu Talib era uno de los más íntimos acompañantes del Mensajero de Dios y como era jefe de los Quraish y principal de La Meca –ya que tras la muerte de Abdul Muttalib a él le correspondió el honor, como hijo mayor, de ser el guardián de las llaves de la Ka’bah– poseía una gran influencia entre la gente de La Meca y las tribus del Quraish.

Fue un protector muy importante para el Mensajero del Islam y los musulmanes pues, mientras estuvo vivo, los incrédulos del Quraish no se atrevieron a atentar contra Muhammad (BP).[23]

Abu Talib siempre apoyó y sirvió en todo lo que le fue posible al Profeta (BP). Para ser un obstáculo eficaz contra los complotes de los del Quraish, ocultó su fe hacia el Islam, y vivía disimulando[24] y aparentando que ayudaba y apoyaba a su sobrino Muhammad (BP) por ser el hijo de su hermano. Esta táctica, permitió que los incrédulos del Quraish, por miedo y respeto a él, no se atrevieran a intentar nada en contra del Profeta (BP); por ello, algunas personas ignorantes, han dudado de que Abu Talib tuviese fe y fuese musulmán y piensan que era politeísta o incrédulo.[25]

Así fue, con la muerte de Abu Talib la situación del Gran Profeta (BP) empeoró. Las molestias y persecuciones de los quraishitas se hicieron cada día más intensas, hasta que llegaron a un punto en que decidieron matar al Mensajero de Dios. Para ello eligieron un joven de cada una de las diferentes tribus del Quraish, encargados de irrumpir repentinamente en la casa del Mensajero de Dios, atacarle y asesinarle. De esta forma, la culpa por la muerte del Profeta (BP) se repartiría entre las diferentes tribus de los quraishitas, y los Bani Hashim –familia y parientes del Profeta (BP)– no podrían vengarla, por lo que se verían obligados a aceptar una compensación económica como indemnización de tal asesinato.[26]

Como consecuencia de tales planes, Dios Todopoderoso ordenó al Profeta (BP) que emigrara de La Meca[27]. Antes de que lo hiciera, un grupo de los Jefes de Iazrib (Medina) visitaron al Enviado, aceptaron el Islam e hicieron un pacto defensivo en los términos siguientes: si Muhammad (BP) emigraba a Iazrib, dispondría de su apoyo militar y económico, y manifestaron su disposición a defender el Islam y a él mismo con sus propias vidas, llegado el caso.

La misma noche en que los del Quraish decidieron llevar a término sus palabras de asesinato, Muhammad (BP) salió de La Meca y ‘Ali (P), arriesgando su vida valientemente, durmió en el lecho del Profeta, tapado con una manta que impedía, a los ocasionales espías, darse cuenta del engaño, de manera que cuando atacaron la casa del Enviado de Dios, se encontraron saliendo de debajo de la manta y haciéndoles frente al mismo ‘Ali Ibn Abi Talib (P).[28]

Después de doce días, el Profeta (BP) llegó a la parte baja del oasis de Iadrib, llamada “Quba” y que se encuentra a unos diez o doce kilómetros del centro del oasis. Allí se instaló provisionalmente, esperando a que ‘Ali (P) y las mujeres de la familia, entre ellas su propia hija Fatimah, llegasen sanos y salvos.[29]

‘Ali (P), después de cumplir los encargos del Profeta (BP), se dirigió a Medina, llevando a las mujeres de la Casa del Profeta (BP) y a Fatimah (P).[30] En el camino se encontraron con algunos de los incrédulos que los molestaron y trataron de evitar su viaje, por lo que ‘Ali (P) se vio obligado a utilizar la espada y matar a unos de ellos, ante lo cual, el resto de los incrédulos, temerosos, regresaron por el mismo camino por el que habían llegado. Después de algunos días ‘Ali (P) y sus acompañantes llegaron felizmente junto al Profeta (BP) y todos juntos hicieron su triunfal entrada en Medina.[31]


Personalidad celestial de Fatimah (P)


La personalidad divina de la Gran Dama Fatimah (P) es superior a lo que nosotros podemos percibir, y más honorable de lo que nosotros podemos describir. Ella forma parte de los impecables[32] y amar y respetar a ella y a su familia es una obligación religiosa[33], y si la enfadamos e indignamos se considera como si enfadáramos e indignáramos a Dios[34]. ¿Cómo es posible que una personalidad intelectual y espiritual de dimensiones desconocidas pueda ser descrita con palabras por nosotros, mortales limitados?...

Por lo tanto, debemos escuchar quién es Fatimah (P) de la boca de los Imames Impecables. A continuación recogemos algunas virtudes de la vida de esta gran señora, relatados por ellos mismos:

● El Mensajero del Islam dijo:

“Se presentó un ángel por obra y gracia de Dios y me dio una buena nueva: … Hasan y Husain son los Señores entre todos los hombres del Paraíso, y Fatimah es la Señora entre todas las mujeres del Paraíso”.[35]

● Así también dijo: “Las mejores mujeres del universo son cuatro: María, hija de Imran; Jadiÿah, hija de Juwailed, Fatimah hija de Muhammad; y Asiah hija de Mazahem (la esposa del Faraón)”.[36]

● Y también dijo: “El Paraíso está ansioso por recibir a cuatro mujeres privilegiadas: María hija de Imran, Assiah esposa del Faraón, Jadiÿah hija de Juwailed (esposa del Profeta Muhammad -BP- en este mundo y en el Paraíso) y Fatimah (P) hija de Muhammad (BP)”.[37]

● Y dijo: “Si Fatimah está triste Dios se entristece y si Fatimah está alegre, Dios también lo está”
.[38] (Ya que la tristeza y alegría de Fátima (P) no se debe a causas personales ni del mundo, sino que dependen de asuntos espirituales y religiosos.)

● El Imam Musa Ibn Ÿa’far (P), transmitió del Gran Profeta: “Dios Todopoderoso eligió a cuatro de entre las mujeres, María, Assiah, Jadiÿah y Fatimah (P)”[39]

● El Imam Rida (P) transmite que el Mensajero del Islam dijo: “Hasan y Husain después de mí y de su padre son los mejores seres del mundo, y su madre es la mejor de las mujeres sobre la Tierra”.[40]

● En los libros Sahih Al Bujari y Sahih Al Muslim, que son dos de los libros más fiables para los musulmanes sunnitas, está registrado que el Profeta (BP) dijo: “Fatimah es la Señora de las mujeres del Paraíso”.[41]

● En cierta ocasión le preguntaron al Profeta (BP): “¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Es Fatimah la Señora entre las mujeres de su época?” A lo que respondió: “Eso es cierto para María hija de Imran, pero mi hija Fatimah es la Señora entre todas las mujeres del mundo, desde la primera hasta la última…”.[42]

● Relata Mufaddal: “Pregunté un día al Imam As Sadiq (P) acerca de lo que Mensajero de Dios había dicho referente a Fatimah (P), de que ella es la Señora entre todas las mujeres del mundo. ¿Es que acaso se refería a todas las mujeres de su época?”

El Imam me respondió: “Eso fue cierto para María, que fue la Señora entre todas las mujeres de su tiempo, pero Fatimah Az-Zahra’ (P) fue la Señora entre todas las mujeres que han existido, desde la primera hasta la última”.[43]

● Del Imam ‘Ali Ibn Musa Ar Rida (P) –el noveno de los Inmaculados Imames–, relata de su honorable ancestro ‘Ali (P), el Amir de los Creyentes, que el Profeta (BP) dijo: “El Día del Juicio, por orden de Dios, una voz proclamará desde los pies del Trono Divino: ¡Oh, los que fueron creados!, ¡cierren sus ojos pues Fatimah hija de Muhammad va a pasar ante ustedes!”[44]

● Abu Aiiub Ansari transmitió también que el Profeta (BP) dijo: “El Día del Juicio, una voz a los pies del Trono Divino proclamará: ¡Oh, vosotros que esperáis el Día del Juicio! Inclinad la cabeza y cerrad vuestros ojos hasta que Fatimah cruce el camino, y la honorable Fatimah pasará acompañada por setenta mil huríes del Paraíso”.[45]

● El Profeta (BP) anunció a Fatimah (P): “…¡Oh, Fatimah! Dios Todopoderoso miró nuevamente el mundo y de él escogió para ti un esposo y me fue revelado que se lleve a cabo este enlace ¿es que no sabes que Dios Altísimo, por tu generosidad y honor, dispuso que te cases con el hombre que entre todos los musulmanes aceptó primero el Islam, aquél cuya humildad y paciencia son inmensas y su sabiduría mucho más?”[46]

● Imam Sadiq (P) dijo: “Si Dios no hubiese creado a ‘Ali (P), el Amir de los Creyentes, para Fatimah, no hubiese habido en el mundo hombre que pudiese ser su esposo”.[47]

● Sufian Ibn Uiaina dice que el Imam Sadiq (P), en el comentario de la aleya:

﴿ مَرَجَ الْبَحْرَيْنِ يَلْتَقِي انِ ﴾

“Ha dejado fluir las dos grandes masas de agua, que se encuentran”. (55:19).

Dijo: “Se refiere a ‘Ali y a Fatimah…”.

Y:

﴿ يَخْرُجُ مِنْهُمَا اللُّؤْلُؤُ وَ الْمَرْجانُ ﴾

“De ambas provienen la perla y el coral”. (55:22)

“Se refiere al Imam Hasan (P) al Imam Husain (P)”.[48]

● Cuando le fue preguntado al Imam Sadiq (P): “¿Por qué Fatimah (P) fue llamada “Zahra” –es decir: luminosa?” El Imam respondió: “Porque cuando ella se pone en pie para efectuar sus rezos su luz ilumina a todos los habitantes de los cielos tal como las estrellas iluminan a los de la Tierra”.[49]

● Fue dicho: “A veces, cuando Fatimah (P) estaba efectuando sus rezos y uno de sus pequeños lloraba, podía verse cómo la cuna se movía, y eran los ángeles los que la acunaban”.[50]

● El Imam Baqir (P) dice: “El Mensajero de Dios envió a Salman a casa de Fatimah para que efectuara un trabajo. Salman relató: “me detuve en la puerta y saludé y oí la voz de Fatimah que dentro de la casa estaba leyendo el Corán y el molino (molino manual que tenían en las casas para hacer la harina) daba vueltas por sí mismo…”.[51]
El afecto del Profeta (BP) hacia Fatimah Az-Zahra’ (P)

Una de las cosas extraordinarias que hacían más luminosa la vida de Fatimah (P), era el intenso cariño que el Profeta (BP) sentía por ella. Este cariño era tan grande que debe considerarse como algo excepcional en la vida del Mensajero del Islam y, puesto que el honorable Enviado de Dios es el mejor de los seres humanos y el siervo más cercano de Dios Todopoderoso, la pauta del derecho y la balanza de la justicia y la razón, al punto que todas sus promesas y actos y hasta sus expresiones son un documento de honestidad y la base de las leyes religiosas; de forma que, al igual que el Libro Sagrado, deben ser considerados modelos para nuestros actos hasta el Día del Juicio, y el mismo Libro de Dios directamente dice:

﴿ وَ ما يَنْطِقُ عَنِ الْهَوى إِنْ هُوَ إِلاَّ وَحْيٌ يُوحى ﴾

“No habla por propio impulso, no es sino una revelación que se le ha hecho”. (53:3 y 4)

Tomando en cuenta estas especialidades, se evidencia la honorable posición espiritual de Fatimah (P) y comprendemos ‑tal y como los Imames Impecables dijeron–, por qué se encuentra dentro de los Purificados y del grupo de los seres celestiales.

El Profeta (BP) tuvo otros hijos e hijas, y era muy amable con ellos, así como con el resto de su familia, parientes y hasta con los extranjeros, pero a pesar de todo era muy evidente y distinto el especial cariño y comportamiento que tenía hacia Fatimah (P) y lo más interesante es que, en diferentes oportunidades manifestó claramente este cariño frente a la gente y lo enfatizó, y este es un dato que demuestra que Fatimah (P) y la familia de Fatimah (P) está unida al destino del Islam y que la relación entre el Profeta (BP) y Fatimah (P) no era una simple relación entre un padre y una hija amada, sino que afecta cuestiones relativas a la vida de una sociedad y al futuro de un pueblo; y que guardaba estrecha relación con las órdenes divinas referentes a la guía y al Imamato de los musulmanes.

A continuación observemos el amor que se dejaba ver en el comportamiento del Profeta (BP) hacia Fatimah (P):

1. Era costumbre del Profeta (BP) cuando quería viajar, despedirse de Fatimah en último lugar, y cuando regresaba del viaje a la primera persona que iba a visitar era a Fatimah (P).[52]

2. El Imam Baqir (P) y el Imam Sadiq (P) dijeron que el Profeta (BP) siempre que se quería ir a dormir besaba la mejilla de Fatimah (P), ponía la cara de ella sobre su pecho y pedía a Dios por ella.[53]

3. El Imam Sadiq (P) transmitió que Fatimah (P) dijo: “Cuando fue revelada la aleya 63 del Sura An–Nur (24):

﴿ لا تَجْعَلُوا دُعاءَ الرَّسُولِ بَيْنَكُمْ كَدُعاءِ بَعْضِكُمْ بَعْضاً ﴾

“No os dirijáis al Enviado como os habláis los unos a los otros”,

yo tenía miedo de llamar “padre” al Mensajero de Dios y por ello le decía: ¡Oh, Mensajero de Dios!” Dos o tres veces el Profeta (BP) no dijo nada, pero una vez me miró y dijo: “¡Oh, Fatimah!, ésta aleya que fue revelada no te concierne a ti, ni a tu familia ni a tus descendientes. Tú eres una parte de mí y viceversa. Esta aleya fue revelada para los opresores y para los Quraish, quienes son de maneras bruscas, tercas e insolentes. Tú cando me llames dime “padre”, que estas palabras le dan vida a mi corazón y gustan más a Dios”.[54]

4. El Profeta (BP) dijo: “Fatimah es una parte de mí mismo, si alguien la llena de alegría es como si a mí alegrara, y si alguien la molesta es como si me hubiese molestado a mí. Fatimah es entre los seres humanos la más querida para mí”.[55]

5. Y también dijo: “Ella es una parte de mi y de mi corazón y de mi alma. Si alguien la molesta es como si me molestase a mí y si alguien me molesta, es como si molestase a Dios”.[56]

6. ‘Umir Sha’bi, Hasan Basri, Sufian Zurì, Muyahid, Ibn Ÿabir, Ÿábir Ibn ‘Abdul.lah Ansari, Imam Baqir (P) e Imam Sadiq (P) transmiten que el Gran Mensajero del Islam dijo: “Ciertamente Fatimah es parte de mí mismo, si alguien la entristece es como si me hubiera entristecido a mí”.

Y Bujari dijo que Mansur Ibn Mujarramah había dicho lo mismo.

Y lo que fue narrado por Ÿaber es así: “…pues si alguien la molesta ciertamente es como si me hubiese molestado a mí y si alguien me molesta, ciertamente a Dios molesta”.

Dichos parecidos a los citados fueron mencionados en el Sahih Al-Muslim y Haliah Abu Na’im y en muchos otras obras de los eruditos sunnitas.[57]

7. El Profeta (BP), mientras tenía la mano de Fatimah entre las suyas, dijo: “Quienes la conocen, la conocen y quienes no la conocen sepan que ella es Fatimah, hija de Muhammad, y ella es parte de mí, de mi alma y del corazón que se encuentra entre mis costados, por tanto, si alguien la molesta, a mí me molesta y ciertamente molesta a Dios”.[58]

8. Dijo el Profeta (BP): “… mi hija Fatimah es la Señora entre las señoras del mundo, desde la primera hasta la última. Es parte de mí mismo, la luz de mis ojos, parte de mi corazón y del alma que está dentro de mi cuerpo y es una hurí (ángel) del Paraíso personificada y (nacida) de mí. Cuando se coloca de pie en su lugar de oración para adorar al Creador, su brillo ilumina a los ángeles del cielo como el brillo de las estrellas ilumina a los humanos en la Tierra, y Dios, El Poderoso, El Majestuoso, dice a sus ángeles: “Ángeles míos, ésta es mi servidora Fatimah, observad a la Señora entre mis servidoras, cómo se ha colocado de pie frente a Mí y su cuerpo tiembla por respeto y temor a Mí, y con su corazón se dirige hacia Mí para adorarme. Sean testigos que a sus seguidores los he perdonado del fuego del Infierno…”.[59]


Un matrimonio celestial 

En el segundo año de la Hégira, el Profeta (BP) dio en matrimonio a Fatimah (P) a ‘Ali (P), el Amir de los Creyentes.[60]

Realmente este feliz enlace era digno de ellos y, como certificaron los Imames Impecables, a excepción de ‘Ali (P), no había pareja y compañero posible para Fatimah (P).[61]

Una de las particularidades de este matrimonio es el elevado grado espiritual de estos dos honorables seres y el que el Gran Profeta (BP) rechazó repetidas veces las peticiones de matrimonio que le hacían los jefes y aristócratas de Quraish y de los árabes y decía: “El matrimonio de Fatimah (P) depende de la orden de Dios Todopoderoso”.[62]

Y cuando ‘Ali (P) fue a pedir la mano de Fatimah (P), el Profeta (BP) aceptó diciéndole:

“Antes de que tu llegaras, un ángel me anunció que Dios Altísimo había ordenado el matrimonio de Fatimah con ‘Ali”.[63]

Entonces el Profeta (BP) preguntó a su primo

‘Ali (P): “¿Qué tienes para los preparativos de la boda?”

‘Ali (P) le contestó que sólo tenía una armadura, una espada y un camello con el cual sacaba agua del pozo. El Generoso Profeta (BP) le pidió que vendiera su armadura y con ese dinero, que eran aproximadamente 500 dirhams, fue comprando un sencillo ajuar para Fatimah. Se hizo una fiesta e invitaron a comer a los musulmanes y felizmente acompañados de las súplicas del Profeta (BP) llevaron a Fatimah (P) a la casa de ‘Ali (P).[64]

Desde cualquier ángulo que se observe, este matrimonio luminoso y celestial, muestra la confirmación divina y la atención especial de Dios Todopoderoso para la familia de la Profecía y el Imamato, y manifiesta al mismo tiempo la sencillez y luminosidad de las enseñanzas del Islam acerca del matrimonio.

A continuación recordamos algunos episodios interesantes acerca de este acontecimiento:

Cuando ‘Ali (P) fue junto al Mensajero de Dios para pedirle a Fatimah por esposa, el Profeta (BP) le dijo:

“Antes de ti vinieron otros hombres a pedir a Fatimah en matrimonio y cuando le comenté a Fatimah sobre cada uno de ellos vi el rechazo en su rostro, así pues, espera aquí hasta que yo regrese”.

Entonces el Profeta (BP) fue a ver a Fatimah y le anunció que ‘Ali (P) había venido a pedirla y Fatimah guardó silencio y no levantó su rostro. El Profeta (BP) entonces exclamó:

“¡Dios es más grande, su silencio es su conformidad!”[65]

La dote de ‘Ali (P) para Fatimah (P) obtenida por la venta de su armadura, consistió en lo siguiente: un vestido, un pañuelo grande, una toalla negra de Jeibar, un somier de cama de fibra de algodón, dos colchones que fueron rellenados uno de lana de oveja y el otro de fibra de palmera, cuatro almohadas, una cortina de lana, una estera redonda y pequeña, un molino de piedra manual, un recipiente de cobre, un recipiente de piel, una bolsa de piel para sacar agua del pozo, un recipiente para la leche, un cántaro de agua con pitón (botijo), una cesta de color verdoso y unos cántaros de barro.[66]

‘Ali (P) realizó también algunos preparativos para su matrimonio:

Cubrió el piso de la casa con arena fina, colocó un palo entre dos paredes para colgar la ropa, compró una piel de borrego y un almohadón relleno de hoja de palma.[67]







Notas:


[1] Kashful Gummah, impr. Islamiah 1381 d.H., t.II, p.18; Manaqib Shahr Ashub, impr. Najaf, t.III, p.132; Bihar Al Anwar, (nueva impresión), t.XLIII, p.16; Baitul Al Ahzan, Muhaddiz Qumi, p.12.


[2] Manaqib, t.III, p.133; Bihar, t.XLIII, p.16; Baitul Al Ahzan, Muhaddiz Qumi, p.10–12.


[3] Manaqib, t.III, p.132; Usul Kafi, t.I, p.458 (impr. Islamiah en Terán).


[4] Manaqib, t.III, p.132; Usul Kafi, t.I, p.458.


[5] Manaqib, t.III, p.137; Usul Kafi, t.I, p.458


[6] Manaqib, t.III, p.133.


[7] Kashful Gummah, t.II, p.4; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.132; Muntahal Amal, p.156; Baitul Al Ahzan, p. 4.


[8] Kashful Gummah, t.II, p.24; Bihar, t.XLIII, p.4, 5, 6 y 54; ‘Uiun Ajbar Ar Rida, t.I, p. 116.


[9] Amali Tusi, t.II, p.162, 172, 212 y muchos otros libros.


[10] Shi'b Abi Talib, es una quebrada en las cercanías de La Meca, en donde habitaron el Profeta (BP), sus familiares y los musulmanes durante los años de boicot económico. Muntahal Amal, p. 63 y 64.


[11] Kashful Gummah, t. II, p.79 y 80.


[12] Amali Tusi, t.II, p.84–85,


[13] Manaqib Shahr Ashub, t.II, p. 65; Muntahal Amal.


[14] Kashful Gummah, t. II, p.13.


[15] Ídem., p.6.


[16] Amali Tusi, t.II, p.14 y 15.


[17] Tadhkiratul Jauas, p.302; Kashful Gummah, t. II, p.71.


[18] Safinatul Bihar, t.I, p.380.


[19] Tadhkiratul Jauas, p.303; y con algunos cambios en el Kashful Gummah, t.II, p.78 y 79; Kamil Baha'i, p.73, segunda parte.


[20] Bihar, t. XVI, p. 8 y 13.


[21] Kashful Gummah, t.II, p.77; Muntahal Amal, p.65; Tarij Ia'qubi, t.II, p.35, impr. en Beirut.


[22] Según algunas narraciones Abu Talib falleció un mes antes que Jadiÿa. Amali Tusi, t. II, p.79.


[23] Amali Tusi, t.II, p.79, Muntahal Amal, p.63, 64, 65 y 136, 197.


[24] Amali Saduq, impr. en Beirut, p.491–492; Muntahal Amal, p.136; Fusul Al Muhimmah, Shaij Mufid, p.228–232.


[25] Estas mentiras se divulgaron sobre todo durante el califato de Mu’awiiah y sus herederos Bani ‘Umaiiah, la enemistad que tenían hacia ‘Ali (P), el Príncipe de los Creyentes.


[26] Amali Tusi, t.II, p.79 y 80; Manaqib Shahr Ashub, t.I, p.158; Fusul Al Muhimmah, Ibn Sabaq Maliki, p.46.


[27] Amali Tusi, t.II, p.80.


[28] Amali Tusi, t.II, p.82–83; Manaqib, t.I, p.156–157–158; Fusul Al Muhimmah, p.45–47.


[29] Rudah Kafi, p.339.


[30] Amali Tusi, t.II, p.84; Fusul Al Muhimmah, p.52.


[31] Amali Tusi, t.II, p.84 y 85; Manaqib, t.I, p.159.


[32] Amali Saduq, p.393.


[33] Amali Mufid, p.27 y 38; Kamil Bahai, p.51 a53, primera parte.


[34] Kashful Gummah, t.II, p.14 y 24; Bihar, t.XLII, p.19 y 26; Amali Mufid, p.56; Amali Saduq, p.314; Amali Tusi, t.II, p.41; ‘Uiun Ajbar Ar Rida, t.II, p.25–26; Musnad Al Imam Ar Rida, t.I, p.143.


[35] Amali Mufid, p.13; Amali Tusi, t.I, p.83.


[36] Bihar, t.XLIII, p.36; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.104.


[37] Kasful Gummah, t.II, p.23.


[38] Kasful Gummah, t.II, p.24; Bihar, t. XLIII, p.19 y 26; ‘Amali Mufid, p.56; Amali Tusi, t.II, p.41; Amali Saduq, p.314; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.106 y 107; ‘Uiun Ajbar Ar Rida, t.II, p.26–46 y 47.

[39] Bihar, t.XLIII, p.19.


[40] Bihar, t. XLIII, p.19 y 20; ‘Uiun Ajbar Ar Rida, t.II, p.62.


[41] Bihar, t. XLIII, p.36; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.105.


[42] Bihar, t.XLIII, p.24; Amali Saduq, p.394.


[43] Bihar, t.XLIII, p.24; Manaqib, t.III, p.105.


[44] Kasful Gummah, t.II. p.13; Musnad Al Imam Ar Rida, t.I, p.142.


[45] Kasful Gummah, t.II. p.13; Amali Mufid, p.76; Amali Saduq, p.25; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.107.


[46] Bihar, t.XLIII, p.77 y 78; Jasal, Saduq, p.412.


[47] Bihar, t.XLIII, p.97; Amali Tusi, t.I, p.42; Kashful Gummah, t.II, p.19 y 31; Usul Kafi, t.I, p.461; Muntahal Amal, p.159.


[48] Bihar, t.XLIII, p.32; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.101.


[49] Bihar, t.XLIII, p.12; ‘Uîûn Ajbâr Ar Rida, p.46; ‘Ilal ash Sharâîa‘, p.173.


[50] Bihar, t.XLIII, p.45; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.116.


[51] Bihar, t.XLIII, p.46; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.116.


[52] Bihar, t.XLIII, p.39 y 40; Kashful Gummah, t.II, p.6; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.113.


[53] Bihar, t.XLIII, p.42; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.114.


[54] Bihar, t.XLIII, p.32 y 33; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.102; Baitul Al Ahzan, p.19.


[55] Bihar, t.XLIII, p.39; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.112; Muntahal Amal, p.160.


[56] Kashful Gummah, t.II, p.24.


[57] Bihar, t.XLIII, p.39; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.112; Kanzul Fawa’id, p.360; Fusul Al Mujtarah, p.57.


[58] Kashful Gummah, t.II, p.24.


[59] Amali Saduq, p.99 y 100; Baitul Al Ahzan, p.31.


[60] Kashful Gummah, t.I, p.493; Muntahal Amal, p.68.


[61] Bihar, t.XLIII, p.92, 93, 97 y107; Manaqib Shahr Ashub, t.II, p.29; Amali Tusi, t.I, p.42; Kashful Gummah, t.II, p.31; Usul Kafi, t.I, p.461; ‘Uiun Ajbar Ar Rida, t.I, p.225.


[62] Kashful Gummah, t.I, p.477 y 495; Manaqib Shahr Ashub, t.II, p.30 y 31.


[63] Bihar, t.XLIII, p.124 y 127; Kashful Gummah, t.I, p.480, 481 y 483; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.126 y 127, así también este matrimonio celestial se encuentra registrado en el Amali Saduq, p.223, 237, 356, 449 y 450; Musnad Al Imam Ar Rida, t.I, p.140–143.


[64] Kashful Gummah, t.I, p.480 a 489.


[65] Bihar, t.XLIII, p.93, 111 y 112; Amali Tusi, t.I. p.38 y la última parte de esta narración también fue mencionada en la obra Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.127.


[66] Amali Tusi, t.I, p.39; Baitul Al Ahzan, p.33 y 34.


[67] Bihar, t.XLIII, p.114; Manaqib Shahr Ashub, t.III, p.129.

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