Serie de clases sobre Shiísmo impartidas por Sumeia Younes
(Las clases fueron grabadas, transcritas y luego editadas por la autora para poder disponer de ellas en forma de texto)
Clase 14
En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo
PARTICULARIDADES DOCTRINALES DE LA SHΑAH (1)
Introducción:
Tras presentar un
compendio general de los principios islámicos, desarrollaremos ahora algunas de
las creencias propias del Islam Shî‘ah. Algunas de estas creencias son, por supuesto,
compartidas también por algunos musulmanes no-shias, si no en sus detalles, al menos como principio
general.
La creencia de la shî‘ah respecto al mahdî esperado
La creencia en un
Salvador que vendrá
al Final de los Tiempos es compartida por casi todas las religiones y pueblos
del mundo. En el Islam, la idea de un Salvador es presentada bajo el
título de “la Doctrina del Mahdî o
Mahdiísmo”.
El Mahdî Prometido en el Sagrado Corán
El Corán, refiriéndose al
Salvador del mundo y a la heredad de la Tierra al final de los tiempos por
parte de los oprimidos, expresó:
﴿ وَنُرِيدُ أَن نَّمُنَّ عَلَى الَّذِينَ اسْتُضْعِفُوا فِي
الاَرْضِ وَنَجْعَلَهُمْ أَئِمَّةً وَنَجْعَلَهُمُ الْوَارِثِينَ ﴾
1. «Y quisimos agraciar a los oprimidos en la Tierra designándoles Imames y (también) les constituimos en herederos».[1]
﴿ وَعَدَ اللَّهُ الَّذِينَ ءَامَنُوا مِنكُمْ وَعَمِلُوا
الصَّالِحَاتِ لَيَسْتَخْلِفَنَّهُمْ فِي الاَرْضِ كَمَا اسْتَخْلَفَ الَّذِينَ
مِن قَبْلِهِمْ وَلَيُـمَكِّنَنَّ لَهُمْ دِينَهُمُ الَّذِي ارْتَضَى لَهُمْ
وَلَيُبَدِّلَنَّهُم مِّن بَعْدِ خَوْفِهِمْ أَمْناً ﴾
2. «Dios prometió, a quienes de vosotros creen y practican el bien, entronizarles en la Tierra, como entronizó a sus antepasados; consolidarles su religión que eligió para ellos y mudar su temor en sosiego».[2]
﴿ هُوَ الَّذِي أَرْسَلَ رَسُولَهُ بِالْهُدَى وَدِينِ الْحَقِّ
لِيُظْهِرَهُ عَلَى الدِّينِ كُلِّهِ وَلَوْ كَرِهَ الْمُشْرِكُونَ ﴾
3. «Él fue Quien envió a su Mensajero con la guía y la verdadera religión para hacerla prevalecer sobre todas las religiones, aunque ello disguste a los idólatras».[3]
﴿ وَلَقَدْ كَتَبْنَا فِي الزَّبُورِ مِن بَعْدِ الذِّكْرِ أَنَّ
الاَرْضَ يَرِثُهَا عِبَادِيَ الصَّالِحُونَ ﴾
4. «Hemos prescrito en los Salmos, después del Mensaje, que la Tierra la heredarán Mis siervos probos».[4]
Tal como anuncia el Corán
en esta última aleya, leemos en los Salmos de David, en el Salmo 37, nº 9, 10 y
11: “… pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la Tierra · Pues de aquí
a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí · Pero los
mansos heredarán la Tierra”. Luego en el nº 18 dice: “Conoce Jehová los días de
los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre”. Y en el nº 29 dice: “…
los justos heredarán la Tierra”.
Esta heredad de la Tierra
por parte de los oprimidos, y el predominio de la religión y del Tauhîd
o Monoteísmo en todo el mundo del que hablan el Corán, los Salmos y los Libros
de los profetas anteriores, no se han concretado todavía, por lo que debemos
estar a la espera de que esto suceda.
La creencia en el Mahdî
(a.ÿ.) es de entre las creencias categóricas y concluyentes de todas las
escuelas islámicas, y el origen de esta creencia son los hadices mutawâtir
que se narraron del Noble Profeta –las bendiciones y la paz sean con él y su
purificada descendencia-. Lo que se desprende de estos hadices es que al Final
de los Tiempos, y antes de que acontezca el Día de la Resurrección, un hombre
de la descendencia del Profeta (s.a.w.) que llevará su mismo nombre, Muhammad,
y cuyo apodo es Al-Mahdî, se levantará y hará imperar sobre el mundo un
gobierno de justicia en base a las leyes islámicas:
Dijo el Mensajero de Dios
(s.a.w.)
« لَا تَقُومُ السَّاعَةُ حَتَّى تَمْتَلِئَ الْأَرْضُ ظُلْمًا
وَعُدْوَانًا قَالَ ثُمَّ يَخْرُجُ رَجُلٌ مِنْ عِتْرَتِي أَوْ مِنْ أَهْلِ
بَيْتِي يَمْلَؤُهَا قِسْطًا وَعَدْلًا كَمَا مُلِئَتْ ظُلْمًا وَعُدْوَانًا »
“No acontecerá la Hora (Final) hasta que la Tierra se llene de injusticia e iniquidad. Dijo: Luego surgirá un hombre de mi descendencia, o de la gente de mi casa (ahlu baitî) que la llenará de justicia y equidad, así como antes habrá sido llenada de injusticia e iniquidad”.[5]
Además, basándose en los
hadices, ambas Escuelas del Islam, la Shî‘ah y la Sunnah, no sólo
coinciden en el principio general de la creencia en el Mahdî (a.ÿ.) sino
también en lo relativo a algunas particularidades de esta creencia como la
universalidad de la convocatoria del Mahdî y su gobierno mundial; que el Mahdî
(a.ÿ.) es de la Familia del Profeta Muhammad (s.a.w.) y descendiente de
su hija Fátima (a.s.); que su apelativo es Al-Mahdî; que se completarán las
condiciones de su llegada en una sola noche; que Jesús (a.s.) seguirá al Mahdî
en la oración, y que el Mahdî llenará la Tierra de justicia y equidad. Además,
coinciden en cuanto a ciertos atributos personales del Imam (a.ÿ.) y a algunos
de los indicios de su Advenimiento; también, en que se le dará la bai‘ah
(juramento de fidelidad) entre el Rukn o Pilar de la Ka‘bah y el Maqâm
o sitial de Abraham (a.s.); en lo concerniente al desarrollo económico en
épocas de su Manifestación, etc.
Los hadices relacionados
al Mahdî (a.ÿ.) fueron narrados en más de sesenta fuentes acreditadas de los
sunnis contándose sus seis Sihâh entre los mismos,
y asimismo en los cuatro libros más importantes de la Shî‘ah y más de
noventa de sus fuentes. Estos hadices son tan categóricos y acreditados que
incluso personas como Ibn Taimîiah y sus seguidores, que generalmente
cuestionan todo aquello que es relevante para la Shî‘ah, reconoce que
estos hadices son correctos.
La genealogía del Mahdî
El Mahdî o Salvador
Prometido (a.ÿ.) del Final de los Tiempos será de la comunidad islámica, y
además de haberse mencionado eso de manera particular en algunos hadices,
también se desprende de las narraciones que describen su genealogía. Estas
narraciones presentan al Mahdî (a.ÿ.) como descendiente de ‘Alî y Fátima
(a.s.), como el noveno de los descendientes del Imam Al-Husein (a.s.), y
como el hijo del undécimo Imam de la Shî‘ah, el Imam Hasan
Al-‘Askarî (a.s.).
Los shias son unánimes en
el hecho de que el Mahdî (a.s.) es de la descendencia del Imam Al-Husein
(a.s.). Esto es algo que también es famoso entre los sunnis. Pero algunos
suníes sostienen que el Mahdî (a.s.) es de la descendencia del Imam Al-Hasan
Al-Muÿtabâ (a.s.), pero las narraciones que lo presentan como descendiente del
Imam Al-Husein (a.s.) son demasiadas, muchas más y más correctas en lo
que concierne a la confiabilidad de su sanad o cadena de transmisión;
por lo tanto, no se puede considerar esa versión.
En algunas narraciones se
transmite que el Mahdî desciende de los dos Imames, Al-Hasan y Al-Husein
(a.s.), y esto es justificable, ya que por parte de padre la genealogía del
Mahdî llega al Imam Al-Husein, mientras que por parte de madre llega al
Imam Al-Hasan, ya que la madre del Imam Muhammad Al-Bâquir (a.s.)
es Fátima, la hija del Imam Hasan Al-Muÿtabâ. Por lo tanto, el Imam
Al-Bâquir (a.s.) y los Imames tras él son Huseinî por parte de padre, y Hasanî
por parte de madre. De esta manera, el Imam Al-Mahdî (a.y.) también es tanto Huseinî
como Hasanî.
El nacimiento y vida del Mahdî (a.ÿ.)
Desde el enfoque de la Shî‘ah
Duodecimana, el Mahdî Prometido (a.ÿ.) es su duodécimo Imam, quien nació el día
15 del mes de Sha‘bân del año 255 H.L. (868 d.C.) en la ciudad de Samarra
(Irak). Vivió cinco años junto a su padre el Imam Hasan Al-‘Askarî
(a.s.), y desde el año 260 H.L., en el que su padre el Imam Al-‘Askarî fue
martirizado, se ocultó de las vistas, y hasta el año 329 H.L. tuvo cuatro
“representantes particulares”: 1- Abû ‘Amr ‘Uzmân ibn Sa‘îd Al-‘Umarî; 2- Abû
Ÿa‘far Muhammad ibn ‘Uzmân ibn Sa‘îd Al-‘Umarî; 3- Abûl Qâsim Al-Husein
ibn Rûh An-Nawbâjtî; y 4- Abûl Hasan ‘Alî ibn Muhammad
As-Samurî.
Estas virtuosas personas
procedían a resolver en su nombre las cuestiones de los shias. A este periodo
(de 69 años) se lo denomina “la Ocultación Menor”. A partir de ahí, comenzó el
período de “la Ocultación Mayor”, en el cual las cuestiones de los shias fueron
delegadas por el Imam a los sabios justos y piadosos de la Shî‘ah para
que las resuelvan en su nombre en calidad de sus “representantes generales”.
Por lo tanto, el Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) ya nació y ahora mismo se encuentra vivo,
pero oculto a vista de todos, hasta que estén dadas las condiciones para su
manifestación.
Muchos sabios de Ahl-us
Sunnah también comparten con los shias la creencia en que el Mahdî (a.ÿ.)
ya ha nacido. Por ejemplo Ibn Haÿar Al-Haizamî Ash-Shâfi’î en su libro As-Sawâ‘iq
al-Muhriqah; el Seiied Ÿamal ad-Dîn, en el libro Raudat
al-Ahbâb; Ibn Sabâg Al-Mâlikî en el libro Al-Fusûl
Al-Muhimmah; As-Sibt ibn Al-Ÿauzî en Tadhkirat
al-Jawuâs, Al-Hâfidz Al-Gonÿî Ash-Shâfi’î en Al-Baiân fî
Ajbâr-i Sâhib Az-Zamân; el Sheij Muhîi-ud
Dîn ibn Al-‘Arabî en Al-Futuhât Al-Makkîiah; Al-Hâfidz Muhammad
Al-Bujârî Al-Hanafî, en Fasl al-Jitâb, Al-Qundûzî
Al-Hanafî en Ianâbî’ al-Mawaddah, ... y muchos otros sabios
sunnis más. Sin embargo, la opinión de la mayoría de Ahl-us Sunnah es
que el Mahdî Prometido (a.ÿ.) todavía no ha nacido, sino que nacerá al Final de
los Tiempos. Pero la Shî‘ah ha presentado pruebas y argumentos
racionales y transmitidas respecto al nacimiento y vida del Mahdî (a.ÿ.).
Los argumentos de que el Imam Al-Mahdî ya ha nacido:
- Argumentos racionales:
Como dije en la clase anterior, la Tierra no puede estar exenta ni un
momento de un Huÿÿah o Prueba de Dios, en todas las épocas,
hasta el Día del Juicio Final. La existencia de un Huÿÿah es
necesaria siempre. Esto es una de las implicancias de la regla de Lutf
o benevolencia, que es una de las reglas racionales y teológicas, y que
consiste en el siguiente razonamiento: Dios, que nos ha creado y conoce
nuestras necesidades, sabe que necesitamos incentivos e instrucción para
alcanzar el objetivo y su benevolencia no nos dejaría sin las pruebas
necesarias tanto interiores, como el intelecto y la fitrah (o
naturaleza primigenia), como exteriores, como los profetas e imames. El
Imam ‘Alî (a.s.) se refirió al hecho de que la Tierra jamás estará exenta
de una persona como Huÿÿah o Prueba Divina, y que ese Huÿÿah
a veces está manifiesto y otras oculto:
« ... لا تخلو الارض من قائم لله بحجّة ، إمام ظاهرا مشهورا ، أو
خائفا مغمورا، لئلّا تبطل حجج الله و بیّناته».
“La Tierra nunca está carente de quien se erige como Prueba de Dios, ya sea un Imam manifiesto y notorio o bien oculto y encubierto, de manera que no se invaliden las pruebas y evidencias de Dios”.[6]
- Algunos hadices como el de “Az-Zaqalain” y el de “los Doce Califas” a
los que me referí anteriormente, indican la existencia de un Imam Ma’sûm
en cada época, hasta el Día del Juicio Final.
- Los informes históricos que corroboran el nacimiento del Mahdî en una
fecha y lugar específicos. El método consuetudinario que se utiliza para
informarse sobre el nacimiento y muerte de las personas es referirse a
este tipo de informes y reportes históricos. Y como ya cité anteriormente,
muchos sabios sunnis corroboran en sus libros que el Imam Al-Mahdî ya ha
nacido.
- Los informes de personas que vivieron en épocas del Imam Hasan
Al-‘Askarî (a.s.), el padre del Mahdî, y que vieron al Mahdî en casa del
Imam Al-‘Askarî.
- Los informes de aquellos que se encontraron con el Mahdi durante el
período de su Ocultación Menor, a la cabeza de los cuales se encuentran
sus cuatro representantes particulares. Los cuatro representantes se
cuentan entre las más destacadas personalidades de la Shî‘ah,
quienes fueron los aventajados de su época en cuanto a piedad y fe.
- Los informes de aquellos que se encontraron con el Mahdî durante el
período de su Ocultación Mayor. Desde que es factible que alguien que está
oculto se encuentre con otros, existe la posibilidad de que algunas
personas probas puedan ver al Mahdî (a.ÿ.) incluso durante la época de la
Ocultación Mayor; por supuesto, no en calidad de sus representantes.
Partiendo de esta realidad, el que un elevado número de informes y
narraciones transmitidos por diferentes personas virtuosas y justas en
diferentes épocas y lugares hayan afirmado que se produjo un encuentro
tal, acrecienta la probabilidad de su autenticidad, puesto que es
improbable que la totalidad de los mismos sean inventados o errados.
Las razones para la Ocultación del Mahdî:
- La ocultación del
Mahdî es de entre los secretos divinos: En algunas
narraciones se ha enfatizado el hecho de que la razón de la ocultación del
Mahdî (a.ÿ.) no será dada a conocer en absoluto sino hasta que él se
manifieste. ‘Abdul·lâh ibn Fadl Al-Hâshimî transmitió que le
preguntó al Imam As-Sâdiq (a.s.) qué razón tenía la
ocultación del Mahdî, a lo que el Imam As-Sâdiq le
respondió: “La razón de su ocultación es la misma por la cual se
produjo la ocultación de huyyas o Pruebas de Dios
anteriores, y su aspecto no será aclarado sino cuando el Imam Al-Mahdî se
manifieste, de la misma manera que no le fueron aclaradas a Moisés (a.s.)
las razones de las cosas que realizó Al-Jidr (a.s.), sino recién
hasta que Al-Jidr se separó de Moisés. ¡Oh Ibn Fadl! Este
asunto es de entre los secretos de Dios, y desde que nosotros tenemos fe
en la sapiencia de Dios, consideramos sabios todos Sus actos, aún cuando
no sepamos el aspecto de la sabiduría contenida en los mismos”.[7]
- Temor de ser matado: Zurârah –uno
de los compañeros del Imam Al-Bâquir y del Imam As-Sâdiq
(a.s.)- transmitió que el Imam Al-Bâquir (a.s.) dijo: “El Restaurador
de la Familia de Muhammad estará oculto antes de su manifestación”.
Pregunté: “¿Por qué?”. Dijo: “Por temor a ser matado”. Obviamente,
este temor no es por miedo a morir o dejar este mundo, sino que
sobre los hombros del Imam pesa una tremenda responsabilidad que es el
hecho de hacer imperar el Monoteísmo en el mundo, de la misma manera que
el Profeta (s.a.w.) cuando emigró de La Meca a Medina por temor a ser
matado por los incrédulos, se oculto también en la cueva de Zaur para
preservar su vida porque él tenía la gran responsabilidad de difundir la
religión de Dios. Por lo tanto, teniendo en cuenta que el Mahdî es la
última Prueba de Dios en la Tierra, y tiene la misión de hacer prevalecer
la religión del Islam y el Tauhîd en todo el mundo, será
natural que los opresores y transgresores consideren su existencia como el
mayor peligro para sus intereses ilegítimos, y que planeen matarlo, tal
como lo hicieron con el resto de los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.).
De este modo, la Ocultación es el mejor medio o camino para proteger su
vida durante tantos años.
- Poner a prueba a los
creyentes: En una de estas narraciones leemos que un grupo de compañeros del
Imam As-Sâdiq (a.s.) estaban hablando respecto a la
manifestación del gobierno legítimo de Ahl-ul Bait y el Imam As-Sâdiq
les dijo: “Aquello que deseáis no se concretará sino cuando seáis
puestos a prueba. Entonces la desesperanza os abarcará, y los
desventurados serán separados de los bienaventurados”.[8]
Ahora, ¿cómo puede beneficiarse la gente de un Imam oculto?
Narró
Suleimân Al-A‘mash: Le pregunté al Imam Ÿa‘far As-Sâdiq (a.s.):
“¿Cómo se beneficiará la gente del Imam Al-Huÿÿah si estará oculto y
escondido?”. Dijo:
« كما ينتفعون بالشمس إذا سترها السحاب »
“Tal como se benefician del sol cuando lo cubren las nubes”.[9]
La larga vida del Imam de la Época (a.ÿ.)
Algunos
que cuestionan el que el Imam de la Época, Al-Mahdî (a.y.), ya haya nacido, han
puesto como excusa la cuestión de la larga vida del Imam, pero este cuestionamiento
es débil e infundado, puesto que:
- Desde el punto de vista racional, el que un
Walí de Dios tenga una larga vida es totalmente posible, desde que el
Poder de Dios es infinito y puede hacer lo que le plazca. Dice “Sea”, y
es.
- Desde el punto de vista histórico, en el
pasado han vivido muchas personas que tuvieron largas vidas. El Sagrado
Corán nos narra que Noé (a.s.) vivió junto a su pueblo novecientos
cincuenta años[10]. Es más, lo aparente
de la aleya es que este período de tiempo fue el período de su misión y
profecía y no el de su vida. Además, Ibn Qutaibah -sabio sunni- en su
libro “Al-Ma’arif” narra que Adán vivió mil años, y su hijo Set,
912 años, y que Luqman ibn ‘Âd, según una transmisión, vivió 3500 años y
según otra transmisión, 7000 años. Y hubieron muchos casos más.[11]
- Según la creencia de todos los musulmanes, el
Jidr que vivió en épocas de Moisés (a.s.), todavía está con vida y
lo seguirá estando hasta antes del Día de la Resurrección.[12] Asimismo existe tal
creencia entre los musulmanes respecto a Jesús (a.s.). Según lo que fue
transmitido en hadices confiables, Jesús descenderá del cielo en épocas de
la manifestación del Mahdî (a.ÿ.) y seguirá al Mahdî (a.ÿ.).[13]
- La ciencia hoy ha demostrado que si el ser
humano pudiese preparar las condiciones adecuadas de vida en forma
completa y evitar los factores que deterioran la vida, podría tener una
larga vida.
Por
lo tanto, el tema de la larga vida del Imam de la Época puede ser completamente
justificado y explicado desde el punto de vista racional, histórico, religioso,
e incluso científico.
La época y señales de su manifestación
Nadie,
excepto Dios, Imponente y Majestuoso, conoce en forma precisa la fecha en que
se manifestará el Mahdî (a.ÿ.). Aún así, en los hadices se han mencionado algunas
señales de su manifestación. Algunos sucesos importantes que acaecerán previo a
la manifestación del Imam de la Época (a.ÿ.) son los siguientes: la expansión
de la opresión y la injusticia en el mundo, la discordia e hipocresía en las
sociedades humanas, la expansión de enfermedades y pestes, eclipses de sol y de
luna en épocas distintas a las que debieran ocurrir y que los astrónomos
predicen, la aparición del Sufianî y del Daÿÿâl o Anticristo, el escucharse un
clamor celestial albriciando la manifestación del Mahdî Prometido (a.ÿ.), etc.
Para
concluir, voy a citar una narración que el Sheij At-Tûsî
transmitió de Muhammad ibn ‘Uzmân Al-‘Umarî, el segundo representante
particular del Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) y que llena de esperanzas a los shias. Dijo
el segundo representante particular del Mahdî:
« والله إن صاحب الأمر ليحضر الموسم كل سنة يرى الناس ويعرفهم ،
ويرونه ولا يعرفونه »
“¡Juro por Dios! que Sâhib Al-Amr (es decir, el Dueño del Asunto, como también es llamado el Mahdî), todos los años está presente en las ceremonias del Haÿÿ. Él ve a las personas y las conoce, y las personas lo ven a él, pero no lo conocen”.
[1]
Sura al-Qasas; 28: 5.
[2]
Sura an-Nûr; 24: 55.
[3]
Sura at-Taubah; 9: 33.
[4]
Sura al-Anbiâ’; 21: 105.
[5] Musnad Ahmad, Bâqi Musnad Al-Muksirîn, h. nº 10887.
[6] Ianâbî
‘ al-Mawaddah, de Al-Qundûzî al-Hanafî, p.523; Nahÿ
al-Balâgah, Dicho nº 147.
[7] ‘Ilal ash-Sharâ’i‘, cap. 179, p. 244.
[8]
Kitâb al-Gaibah, pp. 203-204.
[9]
Farâ’id as-Simtain de
Al-Hamwînî, t. 1, p. 45; Ianâbî‘ al-Mawaddah, de Al-Qundûzî
Al-Hanafî, t. 3, p. 361
[10]
Sura al-‘Ankabût; 14.
[11]
Al-Fusûl al-‘Ashrah fil Gaibah, del Sheij Al-Mufîd, capítulo
sexto (tercer volumen de la compilación de obras del Sheij Al-Mufîd). Para
mayor información respecto a los Mu‘ammirin (quienes vivieron largas
vidas) referirse al libro Kamâl ad-Dîn, del Sheij As-Sadûq.
[12]
Al-Isâbah, de Ibn Haÿar, t. 2, pp.
293-294.
[13]
Sunan ibn Mâÿah, t. 2, Kitâb Al-Fitan, capítulo 33:
Al-Mahdî.
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