martes, 14 de mayo de 2013

Clases sobre Shiísmo - 13




Serie de clases sobre Shiísmo impartidas por Sumeia Younes
(Las clases fueron grabadas, transcritas y luego editadas por la autora para poder disponer de ellas en forma de texto)


Clase 13 


En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo

LAS CREENCIAS ISLÁMICAS DESDE EL ENFOQUE DE LA SHΑAH (2)

3. AN-NUBÛWAH O LA PROFECÍA

La creencia en la Profecía es de entre los requerimientos indispensables de la religión del Islam, y en realidad lo es de todas las religiones celestiales.

Entre las diferentes escuelas de pensamiento islámicas no existe desacuerdo en el hecho de que Dios a lo largo de la historia de la humanidad ha enviado profetas para guiar al ser humano; que el primero de ellos fue Adán (a.s.), y el último y sello de los profetas fue Muhammad ibn ‘Abdil·lâh –las bendiciones y la paz de Al·lâh sean con él y su purificada descendencia-. Sin embargo, existen algunas diferencias en algunas cuestiones sobre la Profecía, como por ejemplo, en el tema de la impecabilidad e infalibilidad del Profeta, o sea, la condición de Ma‘sûm del Profeta (s.a.w.).

Los shias y la creencia en que el Profeta es Ma’sûm

El término “ma‘sûm” deriva de la raíz ‘a-sa-ma. Esta raíz etimológicamente significa “proteger, salvaguardar algo o guardar”, por lo tanto, “ma‘sûm”, lingüísticamente, significa “una persona que es resguardada o protegida”. Técnicamente “ma‘sûm” es quien tiene la cualidad de ‘ismah, esto es, “que está exento de cometer pecados o caer en el error”; es impecable e infalible.
La infalibilidad e impecabilidad son condiciones de la Profecía y consiste en el hecho de que el profeta se mantenga indemne de cometer pecados y también del desacierto y del error, puesto que si el profeta no fuese ma‘sûm no se concretaría el objetivo del envío de los profetas que es la guía de los seres humanos, ya que si existiera la posibilidad de que los profetas se equivocaran o cometieran pecados, la gente no podría confiar en ellos plenamente. Los musulmanes son unánimes en que es indispensable la condición de ma‘sûm en el profeta, pero existen diferentes afirmaciones respecto a sus límites y niveles. Algunos creen que los profetas fueron ma‘sûm solo durante su Profecía -no antes-, y algunos incluso restringen su condición de ma‘sûm a asuntos directamente relativos a su Mensaje –y no a su vida personal-.
En cambio, los shias imamitas creen que los profetas de Dios son ma‘sûm o inmaculados respecto a cualquier tipo de error, pecado o acto de desobediencia a Dios en el sentido más completo de la palabra, esto es:
  • ya sea en asuntos pertinentes a su misión (o sea, recibir las normas de la ley divina, preservarla y anunciarla), o a su vida personal.
  • ya sea antes o después del comienzo de su Profecía,
  • ya sea con relación a un pecado menor o un pecado capital; y,
  • ya sea con relación a una falta intencional o involuntaria.

4. AL-MA’ÂD O LA RESURRECCIÓN

Ma’âd significa “Retorno”, y su sentido en la terminología de la Legislación Islámica, es “el retorno del espíritu al cuerpo cuando acontezca el Día del Juicio Final”, si bien bajo este título se trata todo lo relacionado al Más Allá.

La realidad de la Resurrección para los shias

Los shias sostienen que la Resurrección concierne tanto al espíritu como al cuerpo, esto es, que es tanto espiritual como corporal, porque algunas recompensas y castigos son de carácter anímico y espiritual, lo cual no requiere del cuerpo y los sentidos para percibirlas, como sucede con la lamentación de los malhechores y el placer espiritual de los próximos a Dios al saberse objetos de la satisfacción divina; y otras son las recompensas y castigos corporales y sensoriales y que requieren del cuerpo y los sentidos para ser percibidos.

4. EL IMAMATO

En árabe, el término “Imâm significa “líder”. Un Imâm, en el “sentido general” del término, puede ser bueno o malo, y el alcance de su liderazgo puede ser muy amplio - como dirigir a toda una nación o comunidad- o limitado -como dirigir oraciones congregacionales en una mezquita-. En su “sentido particular”, se denomina Imâm a aquel que lidera a un grupo en un movimiento social, en un objetivo político, en un método académico, y/o se hace cargo de una religión celestial.
Desde que la Sharî‘ah o Legislación Islámica se ocupa de la vida del ser humano en todos sus aspectos habiendo dispuesto una programación pertinente para la misma, es por eso que también ha proporcionado las aclaraciones necesarias para un asunto de tanta relevancia como lo es el liderazgo.
En cuanto a la necesidad de la institución del Imamato y liderazgo de la comunidad islámica tras el Noble Profeta (s.a.w.) no hay diferencias entre la Shî‘ah y Ahl-us Sunnah. La diferencia entre ellos radica en la realidad y funciones del Imamato, en los atributos que debe reunir el Imâm, y a través de qué vía es designado para hacerse cargo de esta posición. Es aquí donde se hace manifiesta la más importante característica ideológica de la Shî‘ah.

La realidad y funciones del Imamato desde el punto de vista de la Shî‘ah

Los sunnis consideran el Imamato como una cuestión humana, no divina, respecto a lo cual los musulmanes deciden por medio de la consulta e intercambio de opiniones, y eligen como Imâm a una persona que pueda asegurar la conveniencia de la sociedad islámica y hacer cumplir los preceptos islámicos en la misma.
En cambio, la Shî‘ah considera al Imamato como una continuación del camino de la Profecía y el Mensaje y como una cuestión divina, no humana, y por eso mismo cree que el Imâm, así como el Profeta, debe ser designado por parte de Dios.
Según la creencia de la Shî‘ah, el Imâm ostenta las siguientes funciones:
  1. El Imam es el ejemplo perfecto de moral y conducta humana, y por medio de tomarlos como modelo, los musulmanes pueden reconocer el sendero de las perfecciones humanas y guiar su vida espiritual.
  2. La función del Imâm no difiere de la del Profeta (s.a.w.) salvo en el hecho de recibir y anunciar una Revelación, lo cual es un asunto que incumbe solo al Profeta y que ha concluido con el Sello de la Profecía, Muhammad ibn Abdul·lâh –las bendiciones y la paz sean con él y su descendencia-, y tras él no descenderá ninguna Revelación o Sharî‘ah nueva. Por lo tanto, el Imâm también tiene la función de elucidar y enseñar las normas de la religión y los conceptos coránicos, ya que el corto período de la Profecía del último de los Mensajeros -23 años-, y los sucesos políticos y sociales ocurridos en ese corto período no permitieron al Profeta (s.a.w.) elucidar en forma completa los conocimientos y propósitos de la Revelación a los musulmanes. Por lo tanto esto era una función que continuaba en el Imâm.
  3. Otra de las funciones del Imamato es el liderazgo político de la sociedad islámica, lo cual es aceptado por todas las corrientes islámicas. A este respecto, la función del Imâm es establecer el orden y la seguridad en la sociedad, sofocar las rebeliones y discordias sociales, repeler el ataque de los enemigos externos, hacer cumplir los preceptos y normativas penales de la Ley divina, implementar la justicia en la sociedad, etc.
  4. Otra de las funciones que la Shî‘ah sostiene para el Imamato es la mediación en el hecho de hacer llegar a las criaturas a la Gracia Divina (الفيض الإلهي). El Imâm, que es una Huÿÿah o Prueba Divina, es alguien que a pesar de tener particularidades humanas, a causa de su aproximación a Dios, es una manifestación de los atributos divinos al mayor grado de perfección que pueden tener los seres humanos y es por eso que puede ser un nexo entre el mundo celestial y el mundo terrenal. La existencia de esta mediación es necesaria en todas las épocas y la Tierra jamás estará exenta de la misma. En base a este principio, la Shî‘ah sostiene que en la época actual el duodécimo Imâm, Al-Mahdî (a.ÿ.), que se encuentra oculto, se encarga del Imamato sobre las personas y que los seres humanos se benefician de él tal como lo hacen del sol cuando se encuentra tras las nubes. Como dice el Hadîz:
« لولا الحجة لساخت الأرض بأهلها »
Si no existiera la Huÿÿah o Prueba de Dios sobre la Tierra, la Tierra con todos los que la habitan habrían sucumbido”. [1]

Las características del Imâm desde el punto de vista de la Shî‘ah

Según la creencia de la Shî‘ah, la elevada posición y las importantes funciones y objetivos del Imamato requieren que el liderazgo de la sociedad luego del Profeta del Islam (s.a.w.) deba estar en manos de una persona que, en lo que a aptitudes y atributos de perfección se refiere, sea la persona que más se parezca al Profeta (s.a.w.), de manera que pueda guiar a la comunidad en dirección al bienestar y felicidad. Algunas de esas características y aptitudes, son:

1.   La ‘Ismah o condición de Inmaculado

El Imâm debe poseer el atributo de infalibilidad e impecabilidad de manera que no cometa errores al explicar las normas divinas, ya que en caso contrario, las normas divinas no serían explicadas y enunciadas en forma correcta a la gente y no se concretaría el propósito de legislar la religión.

2. El conocimiento y otros atributos de perfección

El Imâm debe estar familiarizado con las normas de la religión, lo que conviene o perjudica a los musulmanes, y conocer el método de formación de las almas, de manera que pueda concretar los objetivos del Imamato. Y desde que su moral y conducta deben ser un ejemplo para los demás, debe estar investido de todos los atributos de perfección, excelencia y virtudes morales.

3. La superioridad por sobre los demás

Las shia imamita sostiene la superioridad absoluta en el tema del Imamato; es decir, el Imâm debe ser superior a los demás en cuanto al conocimiento, las cuestiones políticas, la piedad y proximidad a Dios, la valentía, y todos los atributos de perfección que juegan un papel importante en el liderazgo de la sociedad y que se cuentan como condición para el Imamato.

La creencia de la Shî‘ah respecto a la vía para designar al Imâm

Si consideramos los atributos y características que la Shî‘ah sostiene para el Imâm, nos percatamos de que solamente Dios está informado del referente real o persona que reúne esas características y atributos, puesto que percatarse de quién es la persona que reúne estas características, se encuentra más allá de la capacidad del ser humano.
Ibn Hishâm –famoso historiador sunni- transmitió que en una de las ceremonias del Haÿÿ el Profeta –las bendiciones y la paz sean con él y su purificada descendencia- invitó a Banî ‘Âmir a aceptar el Islam, y su jefe le dijo: “¿Acaso si te damos la bai’ah nos harás partícipes del asunto del liderazgo después de ti?”. El Profeta (s.a.w.) le dijo:
« الأمر إلی الله يضعه حيث يشاء »
 “El asunto del liderazgo (después de mí) pertenece a Dios, y él lo otorga a quien Él le place”.[2]
Y estas palabras del Profeta (s.a.w.) respecto al Califato concuerdan plenamente con las Palabras de Al·lâh respecto a la Profecía, que dicen:
﴿ الله اعلم حيث يجعل رسالته ﴾
“Dios es más sabio respecto a dónde dispone Su Mensaje”.[3]
Por lo tanto, la Shî‘ah sostiene que no es posible que el Profeta (s.a.w.) haya descuidado un tema tan importante como el Liderazgo después de sí, al cual estaba supeditada la permanencia de la sociedad islámica y la del Islam. Es por eso que en muchas ocasiones, procedió a anunciar esta orden divina, como en el Hadîz de Gadîr, de Manzilah y otros a los que ya nos referimos anteriormente. Asimismo cada Imâm era presentado por el Imâm precedente.

La creencia de la Shî‘ah respecto a las personas en las que se verifica la condición de Imâm

Los Shias Duodecimanos, quienes constituyen la gran mayoría de los musulmanes shias, creen que el Profeta (s.a.w.) fue sucedido por doce personas, que son consideradas Imames por la Shî‘ah, y cuyos nombres se expusieron explícitamente en muchas de las narraciones del Profeta (s.a.w.). Ellos son:

1.      Imâm ‘Alî ibn Abî Tâlib                                     Martirizado 40 H.L. / 659 D.C.
2.      Imâm Al-Hasan ibn ‘Alî                                    Martirizado 50 H.L.  / 669 D.C.
3.      Imâm Al-Husein ibn ‘Alî                                   Martirizado 61 H.L. /  680 D.C.
4.      Imâm ‘Alî ibn Al-Husein, As-Saÿÿâd             Martirizado 95 H.L.  / 712 D.C.
5.             Imâm Muhammad ibn ‘Alî, Al-Bâquir          Martirizado 114 H.L.  / 732 D.C.
6.             Imâm Ÿa‘far ibn Muhammad, As-Sâdiq        Martirizado 148 H.L.  / 765 D.C.
7.             Imâm Mûsa ibn Ÿa‘far, Al-Kâdzim                 Martirizado 183 H.L.  / 799 D.C.
8.             Imâm ‘Alî ibn Mûsâ, Ar-Ridâ                            Martirizado 203 H.L.  / 817 D.C.
9.             Imâm Muhammad ibn ‘Alî, Al-Ÿawâd         Martirizado 220 H.L.  / 835 D.C.
10.  Imâm ‘Alî ibn Muhammad, Al-Hâdî              Martirizado 254 H.L. / 868 D.C.
11.  Imâm Hasan ibn ‘Alî, Al-‘Askarî                      Martirizado 260 H.L.  / 872 D.C.
12.  Imâm Muhammad ibn Hasan, Al-Mahdî  - Nació 255 H.L.  / 868 D.C.

Con la muerte de su padre en el año 260 H.L., el Mahdî, el duodécimo Imâm, entró en ocultación (gaibah).

En la próxima clase examinaremos las creencias pertinentes al Mahdî –que Al·lâh apresure su advenimiento -.




[1] Dalâ’il al-Imâmah, p.231.
[2] Sîrat Ibn Hishâm, t.1, p.424; As-Sîrat Al-Halabiîah, t.2, p.154.
[3] Sura al-An‘âm; 6 : 124.

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