PARTE III
La Historia del Corán (II): El Descenso del Corán
Los objetivos instructivos de esta parte
son:
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Capítulo Primero
Conclusión:
Capítulo Segundo
A) El descenso completo, o de una sola
vez.
B) El descenso gradual.
C) La filosofía y los secretos de la
revelación gradual.
Conclusión:
Capítulo Tercero
A) El significado de “Âiah”.[23]
El
significado terminológico de “Âiah”.
B) El significado de “Sûra”.
C) La filosofía de la división del Corán
en suras.
D) La clasificación de las suras.
E) El número de suras, aleyas y palabras
del Corán:
1. El número de suras y aleyas:
2. El número de palabras en el Corán
Conclusión:
Capítulo
Cuarto
A) La primera Aleya y Sura.
B)
La última aleya y sura.
La última aleya.
La última sura.
Conclusión:
Capítulo Quinto
A) Las ventajas de esta división.
B) El criterio de esta división.
C) Las características de las suras
mecanas y medinesas.
D) Recuadro de las suras mecanas y medinesas.
CUADRO DEL ORDEN DEL DESCENSO DE LAS SURAS MECANAS (86 SURAS)
Las
excepciones
Número de
suras, aleyas y vocablos del generoso Corán, separando las mecanas de las medinesas.
Conclusión:
Preguntas:
La Historia del Corán (II): El Descenso del Corán
Los objetivos instructivos de esta parte
son:
1. El planteo de un enigma en cuanto a la época del descenso del Corán y el
momento de la Misión Profética; y su respuesta a través de la teoría del
“descenso completo y gradual”.
2. Explicación de los secretos de la revelación gradual.
3. Familiarizarse con las divisiones del Corán en suras y aleyas, el número
de suras, aleyas y vocablos.
4. Familiarizarse con la primer y última sura que fueron reveladas.
5. Un vistazo a los criterios que determinan las suras mecanas y medinesas.
Los beneficios y características de cada una, y el conocimiento del orden de
las suras.
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Bihâr
Al-Anwâr fi ‘Ulûm Al-Qur’ân; At-Tamhîd fi ‘Ulûm Al-Qur’ân; Tâ’rîj Qur’ân, por el Dr. Mahmûd Râmîâr; Paÿûheshî dar Tâ’rîj Qûr’ân, Dr. Saîîed
Muhammad Bâqir Huÿattî; Tâ’rîjul Qur’ân, por ‘Abdul·lah Zanÿânî;
Al-Mîzân, t.2; Qur’ân dar Islâm; Farhang Âmârî Kalamât Qur’ân
Karîm (Diccionario Estadístico del Censo de las Palabras del Generoso
Corán); Manâhil Al-‘Irfân.
Capítulo Primero
﴿
شَهْرُ رَمَضَانَ الَّذِي اُنْزِلَ فِيهِ الْقُرْانُ ﴾
Shahru Ramadânal·ladhî unzila fîhil Qur’ân
«El mes de Ramadán en que fue revelado el Corán…»[2]
﴿
إِنَّآ أَنزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةٍ مُبَارَكَةٍ ﴾
Innâ anzalnâhu fî laîlatin mubârakah
«Ciertamente que
lo revelemos en una noche bendita…»[3]
﴿
إِنَّآ انزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةِ الْقَدْرِ ﴾
Innâ anzalnâhu fi laîlatil Qadr
«¡Por cierto que lo revelamos (el Corán) en la
noche del Decreto!»[4]
Sabemos que Muhammad (BP), a la edad de los cuarenta (610 o
611d.C.) fue elegido como Profeta en la Ciudad de La Meca.
También sabemos
que el comienzo de la Misión Profética o “Bi‘zah” fue acompañado
con el descenso de unas aleyas de la bendita Sura Al-‘Alaq, en la cueva
de “Hirâ”, y en este asunto concuerdan todos los musulmanes. Sin
embargo, referente a la fecha que sucedió el acontecimiento de la Misión Profética,
existen diversas opiniones. Esta misma discrepancia provocó la diferencia en el
momento en el que descendió el Corán.
Los Shiítas
sostienen que la Misión Profética se llevó a cabo en un día 27 del mes de
Raÿab, y se respaldan con diferentes dichos y narraciones llegadas de la
Inmaculada Familia del Profeta (P). Ya que, quienes son la “gente de la casa
profética”, en lo concerniente a ella, están mejor informados que cualquier
otro, del tiempo en que el Profeta (BP) fue elegido como tal. Ellos son más
aptos para determinar el momento y lugar de esta designación. A continuación
mencionamos algunos de los dichos relacionados a este tema:
1. El Shaîj At-Tûsî, en su
obra “Amâlî” relata un dicho de Imâm As-Sâdîq (P) que
dice:
“El día 27 de
Raÿab, el Enviado de Dios fue elegido como Profeta; quien ayune en ese día
recibirá la misma recompensa que recibe aquél que ayuna sesenta meses”.[5]
2. Imâm Al-Kâdzim (P) dijo:
“En un día 27
de Raÿab Dios eligió como profeta a Muhammad, que es una misericordia
para el Universo. Aquél que ayune en ese día Dios lo recompensará con el ayuno
de sesenta meses”.[6]
3. Está registrado de Imâm As-Sâdiq
(P):
“No abandones
el ayuno del 27 de Raÿab, ya que es el día en que la profecía ha sido
descendida a Muhammad, y su recompensa es igual a la de sesenta meses de
ayuno”.[7]
Existen otras
narraciones con el mismo contenido.[8]
Los sabios de la
escuela Sunnah que aseguran que la Misión Profética se llevó a cabo en el mes
de Ramadân, fundan su teoría en las aleyas de las Suras Al-Baqarah,
Ad-Dujân y Al-Qadr, y declaran: “En todo el Corán no
existe referencia a que la Misión Profética haya sucedido en el mes de Raÿab.
En cambio, el significado expreso y claro de las aleyas afirma que el Corán fue
revelado en el mes de Ramadân (Shahru Ramadânal·ladhî unzila
fîhil Qur’ân…), en la noche bendita (laîlatin mubârakah…) que es la
misma noche del “Qadr” o del Decreto: «Lo revelamos en la noche
del Decreto» (anzalnâhu fi laîlatil Qadr…). Ya que el
comienzo de la Misión Profética tuvo lugar en el mismo momento que el descenso
del Corán, por lo tanto tuvo lugar en el mes de Ramadân”.
En respuesta a
este argumento debemos afirmar que:
Primero: Las tres aleyas únicamente se refieren
al momento del descenso del Corán y omiten el lugar de su descenso, y no puede
ser deducido de ninguna de las aleyas mencionadas el que este descenso haya
sido el mismo que fue realizado en la cueva de Hirâ.
Segundo: Aparentemente la aleya 185 de la Sura
Al-Baqarah (2) y la aleya 1 de la Sûra Al-Qadr (97), se
refieren al descenso de todo el Corán en el mes de Ramadân y en la noche
del Decreto. La aleya 3 de la Sûra Ad-Dujân (44) hace referencia
a un descenso completo del Corán, por ello es aún más clara y evidente:
﴿
حم * وَالْكِتَابِ الْمُبِينِ * إِنَّآ أَنزَلْنَاهُ فِي لَيْلَةٍ مُبَارَكَةٍ ﴾
Ha Mîm, wal Kitâbil Mubîn. Innâ anzalnâhu fî laîlatin mubârakah
«Ha, Mîm, por
el Libro lúcido. Ciertamente que lo revelamos en una noche bendita…»
El pronombre en
el término “anzalnâhu” que significa: “lo revelamos”, se refiere
al Libro, el mismo por el cual Dios jura; y se entiende claramente que se
refiere al conjunto de las aleyas del Corán y al Libro Divino. Mientras que al
comienzo de la Misión Profética únicamente fueron reveladas cinco aleyas de la Sûra
Al-‘Alaq. Entonces no podemos decir que estas aleyas se refieren a la
cuestión de la Misión Profética del Mensajero del Islam, además, éstas mismas
explican otra verdad la cuál será tratada en el siguiente capítulo.
Conclusión:
1.
La
Misión Profética tuvo lugar el día 27 de Raÿab junto al descenso de unas aleyas
coránicas de la Sûra Al-‘Alaq. Esto ha sido expresado textualmente en
numerosos dichos de los Imâmes (P).
2.
Las
tres aleyas referentes al descenso del Corán en la noche de Qadr y en el
mes de Ramadân, no explican que el lugar del descenso hubiese sido la
cueva de “Hirâ”; por lo tanto, no pueden servir de argumento para
determinar el tiempo en que tuvo lugar la “Bi‘zah” o Misión Profética.
Capítulo Segundo
A) El descenso completo, o de una sola
vez.
Luego de
esclarecer que las aleyas referentes al descenso del Corán en el mes de Ramadân
no están relacionadas con la cuestión de la “Bi‘zah”, se nos plantea
esta pregunta que: ¿a qué tipo de descenso se refiere?
Existe esta
probabilidad de que el Corán tuviese varios tipos de descenso, argumento que ha
sido enfatizado en muchas narraciones de ambas Escuelas.
Ÿalâl Ad-Dîn
As-Suîûtî manifiesta:
“En el modo del descenso del Corán desde la Tabla
Protegida (Al-Lauh Al-Mahfûdz), existen tres versiones:
La primera versión -que es la más famosa y correcta-: El Corán fue
revelado en forma completa y de una sola vez al cielo (más cercano) del Mundo y
luego revelado en forma gradual durante veinte, veintitrés o veinticinco años
(según la diferencia de opiniones existente en el tiempo de la estadía del
Profeta (BP) en La Meca luego de la Bi‘zah).
Según una narración de Ibn ‘Abbâs el Corán fue
revelado en forma completa y de una sola vez, y situado en el cielo (más cercano)
al Mundo en un lugar llamado Baîtul ‘Izzah (la Casa de la
Grandeza). Posteriormente el Arcángel Gabriel lo ha descendido al Profeta en
respuesta a los requerimientos de la gente y sus actos.
La segunda versión: El Corán fue descendido al cielo del Mundo en la
noche vigésima o vigésimo tercera o vigésimo quinta de cada mes de Ramadân,
de tal modo que en cada noche del Decreto o Qadr, Dios hacía descender
una cantidad de aleyas que Él mismo había designado para ese año. Luego las
mismas aleyas eran reveladas en forma gradual en el transcurso de ese año.
La tercera versión: Cuando el Corán habla del descenso en el mes de
Ramadân, se refiere al comienzo del descenso, que luego en forma gradual
fueron reveladas todas las aleyas del Corán”.[9]
En las
narraciones que han sido transmitidas por las diferentes vías de la escuela
Shiíta, ha sido mencionado el descenso del Corán a “Baîtul Ma‘mûr”. En
algunas se ha dicho que este lugar se encuentra en el cuarto cielo. Respecto a
dónde se encuentra el cuarto cielo y cuál es la realidad de “Baîtul Ma‘mûr”,
no está claro para nosotros. Los dichos únicamente afirman que existe un lugar
en el cuarto cielo llamado con ese nombre en el cuál el Corán ha sido revelado
en la noche del Decreto.
El sabio
‘Al·lâmah Tabâtabâ’î sostiene otra opinión, una síntesis de la
cual exponemos a continuación:
“Una meditación profunda en las aleyas referentes
al descenso del Corán en la bendita noche de Qadr, en el mes de Ramadân,
y el uso de la expresión inzâl (y no tanzîl) en las
tres aleyas en cuestión expuestas con anterioridad, nos lleva a la conclusión
de que se refiere a un descenso del Corán en forma completa. El término inzâl
que significa un descenso completo y de una vez, es contrario a tanzîl
que lingüísticamente se usa para un descenso reiterado y paulatino. Esto se
debe a que el Corán posee una verdad superior a nuestra concepción ordinaria.
Esta verdad se entiende a través de la primera aleya de la Sura Hûd:
﴿ كِتَابٌ اُحْكِمَتْ ءَايَاتُهُ ثُمَّ فُصِّلَتْ مِن لَدُنْ
حَكِيمٍ خَبِيرٍ ﴾
Kitâbun uhkimat ‘aîâtuhu zumma fussilat mil·ladun hakîmin
jabîr
«He aquí el Libro cuyas aleyas fueron dispuestas (uhkimat) y
luego dilucidadas (fussilat) por el Prudente, Omnisapiente»[10]
El término “ihkâm” (dispuesto y
hecho consolidada y acabadamente) es contrario al término “tafsîl”
(dilucidado o explicado) y significa la falta de explicación; es decir, que el
Corán en una etapa no gozaba de partes y capítulos, y este desarrollo y particularidades
de las aleyas que observamos actualmente en el Corán tienen lugar luego de la
etapa de “ihkâm”. La aleya 53 de la Sûra Al-A‘râf (7) y la
aleya 39 de la Sûra Îûnus (10), afirman nuestro dicho, y las aleyas aún
más claras son las primeras aleyas de la Sûra Az-Zujruf:
﴿ حم *
وَالْكِتَابِ الْمُبِينِ * إِنَّا جَعَلْنَاهُ قُرْءَاناً عَرَبِيّاً لَعَلَّكُمْ
تَعْقِلُونَ * وَإِنَّهُ فِي أُمِّ الْكِتَابِ لَدَيْنَا لَعَلِيٌّ حَكِيمٌ ﴾
Hâ mîm * wal kitâbil mubîn * innâ
ÿa‘alnâhu qur’ânan ‘arabîian la‘al·lakum ta‘qilûn * wa innahu fî ummil kitâbi
ladaina la‘alîiun hakîm
«Ha Mîm, ¡Por el Libro lúcido, que
ciertamente que lo hemos dispuesto como un Corán arábigo a fin de que lo
comprendáis * Por cierto que el mismo se encuentra en la Matriz del Libro, y
para nosotros, es dignísimo, prudente».[11]
Estas aleyas esclarecen que “kitâb al-mubîn”
‑el Libro Lúcido- en “Ummul Kitâb” (La Matriz del Libro), no
estaba escrito en lengua árabe, ni tampoco estaba dividido en partes y
capítulos, y únicamente tomó forma árabe con el fin de que el intelecto humano pudiese
entenderlo. Estas aleyas y otras más nos hacen afirmar que el descenso del
Corán en el mes de Ramadân es el descenso de la verdad de este Libro Celestial
en forma completa al bendito corazón del Profeta; mientras que el Corán
esclarecido y dividido en capítulos fue revelado en el corazón del Profeta en
forma gradual a lo largo de la Profecía”.[12]
Este mismo sabio
considera a estas dos aleyas:
﴿ وَلاَ تَعْجَلْ بِالْقُرْءَانِ مِن قَبْلِ أَن يُقْضَى إِلَيْكَ
وَحْيُهُ ﴾
Wa lâ ta‘ÿal bil Qur’âni min qabli an
îuqdâ ilaîka wahîuhu
«No te apresures (en recitar) el Corán antes de
que su revelación te sea concluida»[13]
﴿ لاَ تُحَرِّكْ بِهِ لِسَانَكَ لِتَعْجَلَ بِهِ * إِنَّ
عَلَيْنَا جَمْعَهُ وَقُرْءَانَهُ ﴾
Lâ tuharrik bihî lisânaka li ta‘ÿala bihî * Inna ‘alaînâ
ÿam‘ahu wa qur’ânahû
«(¡Oh, Profeta!) No
muevas la lengua para apresurarte a recitarlo (al Corán) * Por cierto que a
Nosotros nos incumbe reunirlo y recitarlo»[14]
como un argumento de que el Profeta del Islam (BP)
conocía en forma general todo lo que le iba siendo revelado ya que la verdad
del Corán anteriormente le había sido inspirada en su corazón. Fue por ello que
se le ha impedido apresurarse en la recitación del Corán antes de la culminación
de su revelación.[15]
B) El descenso gradual.
Lo explicado
hasta aquí se refirió al descenso del Corán en forma completa, y unas
respuestas a la cuestión del descenso del Corán en el mes de Ramadân. No
obstante, en cuanto al descenso gradual del Generoso Corán, aparte de que
históricamente es algo claro y definitivo que las aleyas de este Sagrado Libro
fueron reveladas con relación a diferentes asuntos y ocasiones, existen aleyas
coránicas que lo explican claramente:
﴿
وَقُرْءَاناً فَرَقْنَاهُ لِتَقْرَأَهُ
عَلَى النَّاسِ عَلَى مُكْثٍ وَنَزَّلْنَاهُ تَنْزِيلاً ﴾
Wa Qur’ânan faraqnâhu li taqra’ahû ‘alan nâsi ‘alâ mukzin wa nazzalnâhu
tanzîlan
«En cuanto al Corán, te lo revelamos a
intervalos, para que lo recites a la gente con parsimonia y te lo revelamos
gradualmente».[16]
﴿ وَقَالَ الَّذِينَ كَفَرُوا لَوْلاَ نُزِّلَ عَلَيْهِ
الْقُرْءَانُ جُمْلَةً وَاحِدَةً ﴾
Wa qâlal·ladhîna kafarû law lâ nuzzila ‘alaîh-il Qur’ânu
ÿumlatan wâhidatan…
«Los incrédulos dicen: ¿Por qué no le fue
revelado el Corán de una sola vez?…»[17]
Estas aleyas nos
muestran que el Corán no fue revelado todo de una sola vez, asunto que atrajo
las objeciones de los incrédulos.
Ahora, comparando
estos dos grupos de aleyas, es decir, las aleyas referentes al descenso
completo del Corán en el mes de Ramadân y las aleyas referentes al
descenso gradual, es obvio que no existe contradicción alguna entre estos dos
grupos de aleyas, y cada grupo de ellas se refiere a una forma especial del
descenso del Corán.
El fallo de cada
acontecimiento, según la exigencia de las cuestiones cotidianas económicas y
sociales, o sucesos como la guerra y la paz, era comunicado y explicado en el
descenso gradual del Corán, y en esta etapa no tenía sentido un descenso
completo. En cambio, cuando fue planteada la verdad del Corán y el Libro
Lúcido, fue utilizado el descenso completo.
C) La filosofía y los secretos de la
revelación gradual.
¿Por qué el Corán
fue revelado en forma gradual? Los incrédulos comenzaron a objetar esta forma
de revelación, con el argumento de que el comienzo y fin de un Libro Celestial
revelado para la guía y presentado como un conjunto codificado debe ser claro.
Es decir, sus principios y ramificaciones, sus leyes, sus mandatos y consejos
deben estar todos escritos en él.
A propósito ¿a
qué se deben estos espacios entre el descenso de las aleyas? Debemos decir que
el descenso gradual ha tenido numerosas razones. He aquí algunas de ellas:
1. El Corán expresa,
en respuesta a la objeción de los incrédulos que dijeron: «¿Por qué no le fue revelado el Corán de una sola
vez?» lo siguiente: «(Obramos) así para confortar con él tu corazón».[18]
El descenso
gradual de las aleyas especialmente en las ocasiones cruciales, en los
acontecimientos, batallas y aflicciones, conformaba el mejor consuelo y
respaldo para el Profeta (BP) y fortalecía su bendito corazón. Indudablemente
que si las aleyas que recomendaban al Mensajero del Islam (BP) paciencia y
tolerancia hubiesen descendido de una sola vez, no hubiesen tenido el mismo
efecto que su descenso en forma gradual en los cruciales momentos de los
hechos. Por ejemplo, cuando las palabras de los extraviados entristecían el
corazón del Profeta (BP), le fue revelada una aleya diciéndole:
﴿ فَلاَ يَحْزُنكَ قَوْلُهُمْ إِنَّا نعْلَمُ مَا يُسِرُّونَ وَمَا
يُعْلِنُونَ ﴾
Falâ iahzunka qauluhum innâ na‘lamu mâ iusirrûna wa mâ
iu‘linûn
«Que sus discursos no te atribulen; porque
conocemos tanto lo que enseñan como lo que manifiestan».[19]
O las aleyas que
consolaban al Mensajero del Islam en el momento que era desmentido:
﴿ وَلَقَدْ
كُذِّبَتْ رُسُلٌ مِن قَبْلِكَ فَصَبَرُوا عَلَى مَاكُذِّبُوا وَاُوذُوا حَتَّى
أَتَاهُمْ نَصْرُنَا ﴾
Wa laqad kudhdhibat rusulun min qablika fasabarû ‘alâ mâ
kudhdhibû wa udhû hattâ atâhum nasrunâ
«Ya otros Mensajeros anteriores a ti fueron
desmentidos, pero soportaron abnegadamente las vejaciones y los ultrajes, hasta
que Nuestro socorro les llegó…».[20]
El reiterado descenso de tales aleyas brindaban confianza al Profeta (BP).
Naturalmente tal confianza y consolidación existía también para los musulmanes.
2. «En cuanto al Corán, te lo
revelamos a intervalos, para que lo recites paulatinamente a los humanos».[21]
Los conocimientos
islámicos, en especial aquellos que están relacionados con la práctica de los
seres humanos y dilucidan las leyes individuales y sociales que brindan
felicidad a los seres humanos en la vida, gozan de una mayor continuidad y
solidez cuando son transmitidos en forma gradual. La mejor forma de enseñanza y
el más completo método de educación es que los conocimientos religiosos,
teniendo en cuenta su elevada jerarquía, desciendan paulatinamente para que los
humanos ajusten su vida individual y social espaciada pero continuamente, y
lleguen a obtener la perfección.
3. Puede que uno de
los secretos del descenso gradual del Corán sea el “hacerlo inmune ante
cualquier alteración”. El descenso gradual del Corán proporcionaba a los
compañeros del Profeta (BP) la posibilidad de memorizar las aleyas coránicas.
La elocuencia y expresividad del Corán por una parte, y la atención especial de
los musulmanes por otro, cuando era acompañada con un descenso gradual de las
aleyas hacía definitiva la inmunidad y protección de la revelación Divina.[22]
4. El descenso de
muchas aleyas coránicas tenía una completa relación y vínculo con los sucesos y
acontecimientos de la época del Profeta (BP), y ya que tales sucesos se
concretaban gradualmente, las aleyas descendían en forma simultánea o
posteriores a los hechos. Estos acontecimientos que motivaban el descenso de
las aleyas eran llamados “sabab an-nuzûl” (la causa del
descenso), o “sha’n an-nuzûl” (la ocasión del descenso).
Conclusión:
1. El Corán posee dos formas de descenso: completa y
gradual. Las aleyas referentes al mes de Ramadân aluden su descenso completo.
2. Según los dichos de la
escuela Sunnita el descenso completo tuvo lugar en “Baîtul ‘Izzah”
en el cielo del Mundo, y según las narraciones de la Escuela Shî‘ah, este
descenso tuvo lugar en “Baîtul Ma‘mûr” en el cuarto cielo.
3. El gran exegeta del
Corán, ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î opina que: “El descenso completo tuvo lugar en el
corazón del Profeta (BP)”; basándose en las aleyas 114 de la Sûra Ta
Ha y 19 de la Sûra Al-Qîâmah, que afirman que el Profeta (BP), en el
momento del descenso gradual, tenía conocimiento anterior en cuanto a lo que le
estaba siendo revelado, por lo que le era impedido recitar las aleyas coránicas
antes de la culminación de su descenso.
4. Algunas filosofías del
descenso gradual son: Consolidación y fortalecimiento del corazón del Profeta
(BP) y los musulmanes; la revelación gradual de la legislación y leyes
islámicas; la inmunidad del Corán ante cualquier cambio o alteración; el
facilitar el aprendizaje del Corán y sus mandatos, y un vínculo fuerte entre el
Corán y los acontecimientos de la época del Profeta (BP).
Capítulo Tercero
El Corán ha sido
compilado en el marco de 114 suras y cada una de éstas contiene un número
diverso de aleyas. En este capítulo analizaremos los significados de las
aleyas, las suras, y los nombres y clasificación de las suras del Corán.
También estudiaremos el número de las aleyas y términos de este Libro Sagrado.
A) El significado de “Âiah”.[23]
El significado
lingüístico del vocablo “Âiah” (aleya)
es “signo o señal clara y evidente”. Ibn Fâris argumenta: “Aleya, es un
signo”.[24]
Râgib también ha manifestado: “Aleya, es una señal clara”.[25] En
los empleos coránicos ha sido utilizado este mismo significado lingüístico,
teniendo en cuenta sus diferentes aspectos:
1)
Signo
y señal:
﴿ قَالَ رَبِّ اجْعَل لِّي ءَايَةً ﴾
Qâla rabbi-ÿ‘al lî âiah
«Dijo: ¡Oh, Señor mío! Concédeme un indicio
(âiah) de ello!»[26]
2)
Milagro:
﴿ هَذِهِ نَاقَةُ اللّهِ لَكُمْ ءَايَةً ﴾
Hâdhihî nâqatul·lahi lakum Âîah
«Ésta es la camella de Al·lah que es un milagro
(âiah) para vosotros».[27]
﴿ وَلَئِنْ أَتَيْتَ الَّذِينَ اُوتُوا الْكِتَابَ بِكُلِّ ءَايَةٍ
مَا تَبِعُوا قِبْلَتَكَ ﴾
Wa la’in ataîtal ladhîna ûtûl kitâba bi kul·li âîatin mâ taba‘û qiblataka
«Aún cuando presentaras cualquier clase de milagros
(âiah) ante quienes recibieron el Libro, jamás adoptarán tu qiblah».[28]
3)
Mandato:
﴿ مَا نَنَسَخْ مِنْ ءَايَةٍ أَوْ نُنْسِهَا نَأْتِ بِخَيْرٍ
مِنْهَا أَوْ مِثْلِهَا ﴾
Mâ nansaj min âîatin aû nunsihâ nâ’ti bijaîrin minhâ aû mizlihâ
«No abrogamos ningún mandato (âiah) ni lo dejamos en el olvido, sin reemplazarlo
por otro mejor o semejante».[29]
4)
Creación:
﴿ فَاَرْسَلْنَا
عَلَيْهِمُ الطُّوفَانَ وَالْجَرَادَ وَالْقُمَّلَ وَالضَّفَادِعَ وَالدَّمَ
ءَايَاتٍ مُفَصَّلاَتٍ ﴾
Fa arsalnâ ‘alaîhimut tûfâna wal ÿarâda wal qummala
wad dafâdi‘a wad dama âîâtin mufassalât
«Entonces les enviamos el diluvio, la langosta,
los parásitos, las ranas y la sangre como signos (âîâtin) evidentes».[30]
5)
Profetas
y seres próximos a Dios:
﴿ لَقَدْ كَانَ فِي يُوسُفَ وَإِخْوَتِهِ ءَايَاتٌ لِلسَّآئِلِينَ
﴾
La qad kâna fî îûsufa wa ijwatihî âîâtun lis sâ’ilîn
«Por cierto que en (la historia de) José y sus
hermanos hay signos (âîâtun) para los que inquieren».[31]
“El milagro es un
signo y señal de parte de Dios que corrobora la veracidad de los dichos del
Profeta (BP) y la incapacidad del ser humano de traer algo parecido. Los
mandatos y órdenes Divinos, debido a la devoción y aproximación a Dios que
acarrean, son signos y señales. Los seres externos también son signos de Dios
porque anuncian la existencia de un Creador. Y por último, los Profetas y seres
próximos a Dios son signos, ejemplos y señales de la Majestuosidad Divina ya
que sus dichos y prácticas convocan a la gente hacia Dios”.[32]
El
significado terminológico de “Âiah”.
La palabra “âiah”
(aleya), terminológicamente, tiene una raíz coránica y ha sido utilizada en
algunos casos:
1. ﴿ كِتَابٌ فُصِّلَتْ ءَايَاتُهُ قُرْءَاناً عَرَبِيّاً
لِقَوْمٍ يَعْلَمُونَ ﴾
Kitâbun fussilat âîâtuhu qur’ânan ‘arabîîan liqaûmin îa‘lamûn
«Es un Libro cuyas aleyas han sido detalladas. Es
un Corán arábigo para gente que tiene conocimiento».[33]
2. ﴿ المر تِلْكَ
ءَايَاتُ الْكِتَابِ ﴾
Alif Lâm Mîm Râ’. Tilka Âîâtul Kitâb
«Alif Lâm Mìm Râ’. Éstas son las aleyas del
Libro».[34]
3. ﴿ الر
تِلْكَ ءَايَاتُ الْكِتَابِ الْحَكِيم ﴾ِ
Alif Lâm Râ’. Âîâtul Kitâbil Hakîm
«Alif Lâm Râ’. He aquí las aleyas del Libro
Prudente».[35]
4. ﴿
وَإِذَا تُلِيَتْ عَلَيْهِمْ ءَايَاتُهُ زَادَتْهُمْ إِيمَاناً ﴾
Wa idha tulîat ‘alaîhim Âîâtuhu zâdathum
îmânan
«Y cuando se les recita sus aleyas se les
acrecienta su fe».[36]
En los casos mencionados la palabra “aleya” fue utiliza para referirse a un
vocablo o vocablos del Corán independientes de la frase anterior y posterior a
ésta, y forma parte de una sura.
B) El significado de “Sûra”.
﴿ سُورَةٌ أَنزَلْنَاهَا وَفَرَضْنَاهَا وَأَنزَلْنَا فِيهَآ
ءَايَاتٍ بَيِّنَاتٍ ﴾
Sûratun anzalnâhâ wa faradnâhâ wa anzalnâ
fîhâ âîâtin baîînâtin
«He aquí una sura que hemos revelado, impuesto, y
en la que revelamos lúcidas aleyas».[37]
Lingüísticamente el vocablo “Sûra” ha sido utilizado de dos formas:
con y sin el grafema “hamzah” .
1. Con el grafema es “Su’r”.
Este vocablo significa sobrante de bebida o comida, y su plural es “Asâr”.
2. En caso de que no
lleve grafema o vocal corta proviene de la raíz “Sûr” que significa
“pared”, del mismo modo que el árabe llama “Sûr Al-Madînah” al muro que
rodea la ciudad. Râgib manifiesta: “El “Sûr” de la ciudad es un muro que
la rodea, y la Sura del Corán, en forma metafórica, es como un muro para las
partes del Corán, a las cuales abarca al igual que un muro a la ciudad.” El
plural de este término con esta definición es “âswâr” y “ sîrân”.[38]
3. “Sûra”
originalmente significaba el enaltecimiento y la elevación. Ibn Fâris
manifiesta: “Sîn”, “wau”, “râ’” es una raíz única con el
significado de “elevación” y “enaltecimiento”.
El plural de “Sûra”
cuando significa jerarquía y elevación es, “sûr”, “suwar”, “sûrât”
y “suwarât”. Cualquiera de los tres significados arriba mencionados
concuerda con el significado terminológico de “sura” que es un grupo de aleyas
en un marco específico, comenzando con el Nombre de Dios.
“Sûra” si es que su raíz tiene hamzah,
fue llamada así porque es una parte del Corán. O porque la sura del Corán es
como una fortaleza inquebrantable e impenetrable, y del mismo modo que las
torres y muros de una ciudad, abarcan y dominan la ciudad, la Sûra
también abarca las aleyas y las relaciona.
En el tercer
significado es denominado “Sûra” porque es palabra de Dios y goza de
nobleza, jerarquía y un rango elevado; o porque su lectura y recitación
enaltecen y engrandecen la jerarquía de su recitador.
Según nuestra
opinión, la tercera probabilidad es la más correcta; ya que “sûra” según
la terminología del Corán, sólo tiene su plural como “suwar” y este
término coincide con la tercera versión.
El vocablo “Sûra” en forma singular ha sido empleado en el Corán en
nueve casos, con su significado terminológico.
C) La filosofía de la división del Corán
en suras.
En cuanto a la
razón y filosofía de la división del Corán en diferentes suras, los expertos
del Corán han enumerado varios provechos. Naturalmente la división del Corán en
suras por parte de Dios, no fue realizada sin sabiduría ni objetivo, ya que en
el Corán existe la mayor minuciosidad y delicadeza e incluso existe una
atención especial en la elaboración de sus letras y palabras. Aquí exponemos
algunos de los beneficios de la división del Corán en suras y recordamos que
definitivamente éstos no se limitan a lo que nosotros mencionamos:
1. Los diferentes objetivos y los diversos temáticos: En
muchas suras existe un específico objetivo, que es el eje de todas las
aleyas de esa sura. Incluso algunos intérpretes opinan que cada sura busca un
objetivo particular.[39] Este
objetivo particular ha hecho que las aleyas vinculadas estén unidas en el marco
de una sura, como por ejemplo: Las Suras Îûsuf (José), An-Naml
(La Hormiga), Al-Fîl (El Elefante) etc., nos relatan la historia de un
profeta o un acontecimiento histórico.
2. El aprendizaje, la recitación y memorización del Corán: La separación del Corán en suras facilita
a los buscadores y devotos de la Palabra Divina el aprendizaje y enseñanza de
éste. Cuando el recitador del Corán termina una sura, se siente más ansioso por
iniciar la lectura de la siguiente. Este asunto en especial es más claro en la
memorización del Corán, ya que la división en pequeñas y grandes partes
facilita la memorización del Libro, de lo contrario disminuiría la ansiedad por
memorizar el Corán y su memorización se dificultaría.
3. La inmunidad y resguardo del Corán ante la alteración de su texto: Una de las delicadezas del Corán y uno de
sus aspectos milagrosos es esta misma división en partes independientes, llamadas
“sura”. Esto facilitó su memorización, en especial las suras mecanas que eran
en el comienzo de su descenso, cortas y rítmicas, y cada musulmán por lo menos
podía memorizar algunas de ellas. Naturalmente fueron muchos quienes
memorizaron todo el Corán ‑según lo mencionaremos más adelante-.
4. Nada se compara al Corán, ni siquiera en las pequeñas suras: La división del Corán en suras, en las
cuales el número de sus aleyas difiere en gran número una de otra, por sí solo
constituye otro fenómeno interesante en el Corán, ya que el Corán ha convocado
a todos a desafiarlo y ha dicho que si pueden traigan algo parecido. Este
desafío abarca hasta las suras más cortas. El Corán, con su división en suras
pequeñas y grandes, señala esta verdad que, la brevedad y extensión de las
suras, no es condición de su milagro. Cada sura, por más corta que sea, se
encuentra en la cima del milagro y la majestuosidad.
D) La clasificación de las suras.
Los expertos del
Corán, en una clasificación general, han dividido las suras coránicas en cuatro
grupos, otorgando a cada uno de éstos un nombre especial:
1. As-Sab‘ut
Tuwal o las siete suras más largas. (“Tuwal” es plural
de “tûlâ” que es el femenino de “atwal” y significa
“largo”). Éste es el nombre de siete suras grandes del Corán que son: Al-Baqarah,
Âli ‘Imrân, An-Nisâ’, Al-Mâ’idah, Al-An‘âm, Al-A‘râf, pero respecto a la
séptima sura existen diferentes opiniones, según Sa‘îd Ibn Ÿubaîr es la Sûra
Îûnus, y según algunos otros es la Sûra Al-Kahf .[40]
2. Al-Mi’ûn
(las centenales): Estas suras son más cortas que las suras “tuwal”
y sus aleyas son alrededor de cien. Éstas son: At-Taûbah, An-Nahl,
Hûd, Îûsuf, Al-Kahf, Al-Isrâ’, Al-Anbîâ’, Tâ Hâ, Al-Mû’minûn,
Ash-Shu‘arâ’ y As Sâfât.
3. Al-Mazânî:
Las suras cuyas aleyas son menos de cien, las cuáles son aproximadamente veinte
suras.
4. Al-Mufassal
(separado): Las suras cortas fueron denominadas “mufassal”, ya
que son cortas y separadas a través de “Bismil·lah...”, o porque son
muchas las separaciones de las aleyas en éstas. No existe diferencia de
opiniones en que la última sura “mufassal” fuese la Sûra
An-Nâs. No obstante, respecto a la primera sura “mufassal”
existen versiones diferentes. Suîûtî
enumera doce versiones, que de entre éstas la obra At-Tamhîd
prefiere la Sura Ar-Rahmân, mientras que las obras Manâhilul
‘Irfân y Muÿaz ‘Ulûmil Qur’ân, mencionan a la Sura Al-Huÿurât
como la primera sura “mufassal”.[41]
Ha sido
registrada una narración del Mensajero del Islam (BP) que dice:
أعطيت مكان التوراة، السبع الطول، و
أعطيت مكان الزبور، المئين و أعطيت مكان الإنجيل، المثاني و فضلت بالمفصل
“Me fueron cedidas siete suras largas en lugar de la Torá, las suras
mi’ûn en lugar de los Salmos y las suras mazânî en lugar de la Biblia,
y me hicieron superior a los demás con la concesión de las suras mufassal”.[42]
Existe otro tipo de clasificación para las suras coránicas como: las suras mumtahanât,
musabbahât, hawamîm (o sea, las suras comenzadas
con las letras Ha’ Mîm) y las suras ‘azâ’im (las
suras que tienen prosternación obligatoria: As-Saÿdah, Fussilat,
An-Naÿm y Al-‘Alaq).
Este tema lo
desarrollaremos en la cuarta parte de este libro cuando tratemos el tema de las
características de los manuscritos de los Compañeros del Profeta (BP).
E) El número de suras, aleyas y palabras
del Corán:
1. El número de suras y aleyas:
Todos están de
acuerdo que el número de las suras coránicas es de ciento catorce. No obstante
en la cantidad de las aleyas existe una diferencia de opinión. Esta diferencia
no se debe a la disminución o agregado de aleyas, sino que únicamente es a
causa de la forma en que fueron numeradas las aleyas. Han relatado que el
motivo de la diferencia se debió a que el Profeta del Islam (BP) en el comienzo
de cada aleya hacia un intervalo, luego unía esta aleya a la aleya siguiente.
Por lo tanto, algunos suponían que esta unión se debía a que la aleya recitada
no estaba completa, lo cual ocasionó diferencia de opiniones en el número de
aleyas entre los musulmanes.[43]
Meramente esta
diferencia es una diferencia externa y aparente, sin tener nada que ver con las
aleyas y palabras del Corán en sí.
Cada uno de los
famosos recitadores del Corán en las importantes ciudades islámicas sostenía
una opinión diferente en cuanto al número de aleyas. Esas diferentes
numeraciones eran conocidas con el nombre de las ciudades. Como ejemplo, cuando
se dice el número “mecano” o “mequí” es decir, el número de las aleyas
Coránicas según la gente de La Meca que se basaba en la opinión de uno o
algunos recitadores más famosos de esa ciudad.
Quienes
consideran el número de las aleyas coránicas 6236, han preferido la “kufî”
a otras numeraciones. Este número se atribuye a Hamzah Ibn Habîb
Zaîîât, Abul Hasan Kisâ’î y Jalaf Ibn Hishâm. Hamzah
ha manifestado que este número es trasmitido a través de Ibn Abî Laîlâ, que a
su vez narra de Abû ‘Abdu Rahman Sulamî y él de Imâm ‘Alî Ibn Abî Tâlib
(P).[44]
2. El número de palabras en el Corán
Existe también
entre los intérpretes y lingüísticos una diferencia en el número de aleyas;
esta diferencia se debe también al modo de contar las aleyas y los artículos y
prefijos o sufijos de las palabras, y no a otra cosa. Todas estas diferencias
han terminado a través de la elaboración de la importante obra del Dr. Mahmûd
Rûhânî “Al-Mu‘ÿam Al-Ihsâ’î lil Qur’ânil Karîm”, el
Diccionario Estadístico del Censo de las Palabras del Generoso Corán. Esta
colección incomparable que se ha realizado con elevada exactitud es el
diccionario más exacto y completo que nos presenta las estadísticas de las
palabras y términos del Corán en los diferentes campos.
El cómputo de las
palabras coránicas en este Diccionario se ha realizado con dos diferentes
métodos:
1. El cómputo directo (palabra por palabra).
2. El cómputo indirecto (el cómputo de las
palabras derivadas y sus raíces).
De este modo, comparando los dos métodos mencionados y el ajustamiento de
sus resultados mutuamente, se ha obtenido la siguiente estadística confiable:
Suras 114
Aleyas 6236
Términos 77807
Esta estadística puede gozar de suficiente
vigor científico.
En este Diccionario, mientras señala varios asuntos en cuanto al modo
del cálculo de las aleyas y
vocablos, por tener coincidencia con otros diccionarios coránicos, únicamente
en la primera sura considera a “Bismil·lahi ar-Rahmân ar-Rahîm”
(«En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso») como una
aleya independiente.
Así mismo, cabe
recordar que el famoso libro de exégesis Maÿma’ Al-Baîân (t.1, p.11)
considera el número 6236 como correcto en cuanto al número de aleyas en el
Corán, y afirma que esta estadística aceptada por la gente de Kufah es la más
correcta y más documentada, ya que es atribuida al Príncipe de los Creyentes,
‘Alî ibn Abî Tâlib(P).
Conclusión:
1. Lingüísticamente el
vocablo “âiah” (aleya) significa señal y signo, y en el Generoso Corán
ha sido empleado con otras definiciones como: el milagro, el mandato, la
creación, los profetas, etc.
2. “Aleya” en la
terminología coránica se utiliza para referirse a un vocablo o vocablos del
Corán que son independientes de la frase anterior y posterior a ésta, y forma
parte de una sura.
3. “Sûra”
significa “elevación y enaltecimiento”. Se le llama sura a un conjunto de
aleyas coránicas que comienzan con “Bismil·lah…” (excepto la Sûra
At-Taûbah), ya que es palabra de Dios y goza de jerarquía, o porque su
recitación eleva la jerarquía de su lector.
4. Algunas de las
filosofías de la división del Corán en suras son: Los diferentes temáticos, la
facilitación de su aprendizaje, lectura y memorización, el resguardo del Corán
ante cualquier alteración, y demostrar el milagro coránico incluso en las suras
más cortas.
5. Las suras coránicas se
dividen en cuatro grandes grupos: As-Sab’ At-Tuwal, Al-Mi’ûn,
Al-Mazânî y Al-Mufassal.
6. Según una estadística
exacta, presentada en el Diccionario Estadístico del Censo de las Palabras del
Generoso Corán, el Corán cuenta con 114 suras, 6236 aleyas y 77807 palabras.
Capítulo
Cuarto
A) La primera Aleya y Sura.
Es necesario y benéfico
conocer la primera aleya y sura descendidas, en especial para quienes
investigan la cronología del descenso de éstas y estudian las aleyas referentes
a cada tema así como el orden de su descenso. Casi todos los expertos en
Ciencias Coránicas investigan minuciosamente lo referente a los tópicos del
“descenso del Corán”. Aparte del beneficio práctico, no debe quedar ningún
punto incógnito en cuanto al Corán. Deben ser evidentes y esclarecidos todos
los horizontes del Corán, incluso en las particularidades de este Libro
Sagrado.
En cuanto a la primera
aleya y sura reveladas, los investigadores y expertos del Corán, declaran que
la primera sura fue la Sûra Al-‘Alaq (Nº 96), cuyas primeras
cinco aleyas fueron reveladas en el comienzo de la Misión Profética. Los dichos
corroboran esta versión. Ha sido narrado de Imâm As-Sâdiq (P): “Lo
primero que ha sido revelado al Enviado de Dios (BP) fue:
﴿ بِسْمِ اللَّهِ الرَّحْمَنِ الرَّحِيمِ *اقْرَأْ
بِاسْمِ رَبِّكَ ... ﴾
Bismil·lahir-Rahmânir-Rahîm, Iqra’
bismi Rabbika …
Algunos han dicho: “La Sûra Fâtihatul Kitâb es la
primera sura revelada”[46].
Zamajsharî en su obra Al-Kash·shâf trasmitiendo esta misma
versión de Ibn ‘Abbâs y Muÿâhid, dice: “La mayoría de los intérpretes opinan
que la primera Sura revelada ha sido Fâtihatul Kitâb”.[47]
Sin embargo, esta opinión no
es correcta ya que en primer lugar son pocos los que sostienen esta versión; en
segundo lugar, los expertos de las Ciencias del Corán afirman que la Sûra
Al-Hamd (o Fâtihatul Kitâb) es la primera sura
completa que fue revelada, pero las cinco aleyas de la Sûra Al-‘Alaq
fueron reveladas con anterioridad.[48]
En el orden de la revelación la Sûra Fâtihatul Kitâb,
según lo transmitido por Ÿâbir Ibn Zaîd, es la quinta sura, es decir,
una de las primeras suras reveladas. Según algunos libros históricos, el
Profeta (BP) realizaba la oración desde los comienzos de su Misión Profética, y
personas como Imâm ‘Alî (P) y Jadîÿah lo acompañaban. Por otro lado vemos en los
dichos: “No es correcta la oración sin recitar Fâtihatul Kitâb”.
Entonces esta sura debe ser una de las más antiguas suras, reveladas en forma
completa en los principios de la Misión Profética.
B)
La última aleya y sura.
La última aleya.
Existen diferentes opiniones
respecto a la última aleya descendida. Zarqânî en su obra Manâhil-ul
‘Irfân ha registrado diez opiniones a este respecto.[49]
Algunas de estas opiniones son:
1. La Aleya: ﴿ وَاتَّقُواْ يَوْمَاً تُرْجَعُونَ فِيهِ إِلَى اللّهِ ﴾ - «Y temed el día en el que
regreséis a Al·lah…» [50] (según lo
indicado por Ibn ‘Abbâs y Abî Hâtim).
2. La Aleya: ﴿ يَآ أَيُّهَا الَّذِينَ ءَامَنُوا اتَّقُواْ اللّهَ وَذَرُواْ مَا بَقِيَ
مِنَ الرِّبَآ ﴾ - «¡Vosotros los que creéis! Temed a Al·lah y
renunciad a cualquier beneficio de usura que os quede…» [51] (según lo
transmitido por Ibn ‘Abbâs e Ibn ‘Umar).
3. La Aleya:
﴿ يَآ أَيُّهَا
الَّذِينَ ءَامَنُوْا إِذَا تَدَايَنْتُم بِدَيْنٍ إِلَى اَجَلٍ مُسَمّىً فَاكْتُبُوهُ
﴾
«¡Vosotros que creéis!
Cuando tratéis entre vosotros un préstamo con plazo de devolución, ponedlo por
escrito» [52]
Afirma Suîûtî:
“No existe contradicción alguna entre las narraciones que consideran
estas tres aleyas como las últimas, ya que todas han sido reveladas en una sola
vez, del mismo modo que en el orden del Libro están juntas, y la causa de su revelación es
la misma. Cada uno de los transmisores consideró como última una de esas
aleyas, y en cada caso su opinión es correcta.[53]
Zarqânï en su obra Manâhil-ul ‘Irfân considera la aleya 281 de
la Sûra Al-Baqarah como la última y
escribe: “Ha sido transmitido de Ibn ‘Abbâs, que el Profeta (BP) ha vivido solo
nueve noches luego del descenso de esta aleya”.
4. Aleya:
﴿ الْيَوْمَ
أَكْمَلْتُ لَكُمْ دِينَكُمْ وَأَتْمَمْتُ
عَلَيْكُمْ نِعْمَتِي وَرَضِيتُ لَكُمُ
الإِسْلاَمَ دِيناً ﴾
«Hoy, os he completado vuestra
Religión, he culminado Mi bendición sobre vosotros y he aceptado complacido el
Islam para vosotros como Religión».[54]
Ia’qûbî ha dicho: “Esta
fue la última aleya cuya revelación tuvo lugar en un sitio llamado Gadîr
Jumm, en el momento de designar a Imâm ‘Alî (P) para el Imamato”. El autor
de At-Tamhîd, prefiere la opinión de Ia’qûbî, ya que esta aleya fue la
anunciación para perfeccionar la religión y advertencia de la culminación de la
revelación. Aceptando las dos opiniones entre las últimas aleyas de la Sûra
Al-Baqarah y esta aleya, podemos decir que las primeras tres aleyas
mencionadas fueron las últimas aleyas referentes a las leyes prácticas a seguir en el Islam, y esta
cuarta aleya, es la última revelación.[55]
La última sura.
Existen tres versiones respecto a
la última sura descendida:
1) Sura Al-Mâ’idah. 2) Sura
Al-Barâ’ah o At-Taûbah. 3) Sura
An- Nasr.
Existe una narración de Imâm As-Sâdiq
(P) que dice:
“La primera aleya que fue revelada al Enviado de Dios (BP) fue: “Bismil·lahi
Ar-Rahmân Ar-Rahîm, Iqra’ bismi Rabbika…” («En el
Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso * ¡Lee! En el nombre de tu
Señor…»), y la última
fue: ﴿ إِذَا جَآءَ نَصْرُ اللَّهِ وَالْفَتْحُ ﴾ - “Idha ÿâ’a nasrul·lahi wal fath” («Cuando venga el auxilio de Dios y la
victoria…»).[56]
Muchos opinan que las suras Al-Mâ’idah y At-Taûbah no son las últimas suras descendidas en forma
completa, sino que es considerando sus primeras aleyas que la Sûra At-Taûbah fue la
última sura descendida.
La última sura descendida
en forma completa fue la Sûra An-Nasr (110). Ibn ‘Abbâs
argumentó: “Idha ÿâ’a nasrul·lahi wal fath («Cuando venga el auxilio de Dios y la
victoria…»), fue la última sura descendida en forma
completa”.
Existe una narración que
argumenta que cuando la Sûra An-Nasr fue descendida, el Profeta (BP) la recitó para
sus Compañeros. Todos se pusieron contentos, a excepción de ‘Abbâs, el tío del
Profeta, que lloró al escucharlo. El Profeta (BP) le preguntó la causa de su
tristeza, él respondió: “Creo que esta sura es el anuncio de tu partida”.[57]
Conclusión:
1.
Las primeras cinco aleyas de la bendita Sura Al-‘Alaq
(96) fueron las primeras aleyas reveladas.
2.
La Sûra Fâtihatul Kitâb (1) fue la primera sura, y la Sûra
An-Nasr (110) la última sura revelada en forma completa.
Capítulo Quinto
A) Las ventajas de esta división.
Las suras y aleyas del Generoso
Corán, por diversas razones, han sido divididas en dos partes, mecanas o medinesas.
Algunas de estas razones son:
1.
Conocer la cronología de la convocatoria y el
mensaje del Profeta (BP), así como la forma del desarrollo y legislación de los
mandatos y leyes en el Corán.
2.
Las ventajas que resultan de conocer la
anterioridad o posterioridad de las aleyas o suras para poder restringir o
exceptuar juicios absolutos o generales del Corán, y también a veces para
distinguir las aleyas abrogantes de las abrogadas.
3.
Conocer una de las dimensiones del milagro del
Corán y su inmunidad ante cualquier alteración, que se obtiene a través de un
estudio y meditación en las suras mecanas y medinesas. Esto es, las suras
mecanas generalmente son suras pequeñas que contienen aleyas cortas y de ritmo
uniforme, contrario a las suras medinesas. Estas características en el
principio del descenso del Corán por un lado presentan el aspecto milagroso de
desafiar a todos para que traigan algo parecido, y por otro lado hacían inmune
al Corán frente a cualquier alteración, ya que su aprendizaje y memorización
resultaban fácil.
B) El criterio de esta división.
Han sido mencionados tres
criterios para diferenciar las suras mecanas de las medinesas.
1) El criterio del “tiempo”. 2) El
criterio del “lugar”. 3) El criterio del “grupo interlocutor del Corán”.
1. El criterio del tiempo: En
este caso la emigración del Profeta (BP) a Medina ha sido utilizada como
criterio. Cada aleya y sura descendida antes de la hégira o en el camino antes
de llegar a Medina, es considerada como “mecana”, y todas aquellas reveladas
luego de la hégira ‑aunque haya sido revelada en La Meca- son llamadas “medinesas”.
2. El criterio del lugar: En este criterio, el lugar de la revelación de
cada aleya es el que determina. Todo lo revelado en La Meca y sus alrededores
es “mecano”, y todo lo revelado en Medina y sus alrededores es “medinense”.
Entonces, las aleyas y suras que no fueron reveladas ni en La Meca ni en
Medina, no son ni “mecanas” ni “medinesas”.
3. El criterio del “grupo interlocutor del Corán”: Las aleyas y suras
dirigidas a la gente de La Meca, o sea, las que comienzan con “¡Îâ aîiuhan
nâs!” («¡Oh gentes!») son mecanas,
y las aleyas y suras dirigidas a los habitantes de Medina o sea las que
comienzan con “¡Îâ aîiuhal·ladhîna âmanû!” («¡Oh creyentes!»), son llamadas medinesas (Ibn Mas’ûd).
Lo más famoso entre los intérpretes del Corán es el primer criterio en
cuanto a la separación entre suras mecanas y medinesas.[58]
C) Las características de las suras
mecanas y medinesas.
Las características que
generalmente existen en las suras mecanas son:
1. La
convocatoria a los fundamentos de las creencias islámicas, tales como: la fe en
Dios y el día del Juicio Final, la presentación de escenas de ese Día y los
estados de los que se encuentran en el Paraíso y en el Infierno.
2. La brevedad
de las suras y aleyas, el ritmo de las aleyas y las oraciones concisas y
reducidas.
3. Discusión con
los inicuos y anulación de sus creencias.
4.
La multiplicidad de los juramentos a Dios en el
día del Juicio, el Corán, etc. En las suras mecanas existen aproximadamente
treinta juramentos, mientras que en las suras medinesas únicamente se ha
empleado el juramento en dos casos: «¡Por tu Señor! No creerán hasta que te tomen por árbitro de sus
disensiones, y cuando no hallen nada que objetar a lo que tú hayas
sentenciado…»[59], y:
«¡Por tu Señor! Que seréis resucitados y luego se os hará saber lo que
hicisteis».[60]
5. La
multiplicidad de las historias de los Profetas y las comunidades anteriores,
así como la historia del Profeta Adán e Iblîs (el Demonio).
6. La
multiplicidad del uso “¡Îâ aîiuhan nâs!” («¡Oh gentes!»), y la escasez del uso
de “¡Îâ aîiuhal·ladhîna âmanû!” («¡Oh creyentes!»).[61] En las
aleyas 21 y 168 de la Sûra Al-Baqarah, y aleya 1 de la Sûra An-Nisâ’’,
a pesar de ser una sura medinesa se ha utilizado “¡Îâ aîiuhan nâs!” .
Ibn Hisâr ha
argumentado: “Todos están de acuerdo en que la Sûra Al-Haÿÿ es mecana, no
obstante en la aleya 77 de esta sura existe “¡Îâ aîiuhal·ladhîna âmanû!
Irka‘û wasÿudû…” («¡Oh creyentes!
Inclinaos y prosternaos…»).[62]
7. Las aleyas y
suras mecanas son encendidas, fuertes y categóricas; en sus aleyas existe una
homogeneidad en el sonido.
8.
La convocatoria hacia los
valores religiosos y la exaltada moral, tales como: amor, sinceridad, respeto
hacia el prójimo, bondad a los vecinos, amabilidad hacia los padres; y la lucha
en contra de las inmoralidades, tales como: asesinatos, derramamiento de sangre
y despojar al huérfano de su derecho, etc.
Así mismo podemos afirmar que son mecanas
todos las suras que comienzan con letras aisladas –a excepción de las suras Al-Baqarah
y Âli ‘Imrân -.
Las características de las suras medinesas en general son:
1.
La extensión de las suras y aleyas.
2.
La discusión con la Gente del Libro (cristianos y
judíos).
3.
Enfrentamiento con los hipócritas.
4.
La multiplicidad de la mención del “ÿihâd”
(lucha en el camino de Dios), y el permiso para el mismo y sus reglas.
5.
La explicación de los preceptos de “hudûd”
(sanciones y penas dictaminadas en el Corán), las obligaciones, los derechos,
la herencia, las leyes políticas y económicas y los convenios.
D) Recuadro de las suras mecanas y medinesas.
Al final de este
capítulo, siguiendo otros libros de las Ciencias Coránicas que mencionan las
suras mecanas y medinesas en el orden de su revelación, echaremos un breve
vistazo a las suras. Generalmente son utilizadas como documento dos
narraciones, la de Ibn ‘Abbâs y Ÿâbir Ibn Zaîd. Suîûtî y los
demás, los utilizan como criterio en el orden de la revelación de las suras.
Suîûtî menciona lo dicho por Ibn ‘Abbâs respecto al orden de
las suras en su obra Al-Itqân
(t.1, p.31 a 32). En esta narración, no ha sido mencionada la Sûra Fâtihatul
Kitâb; no obstante en la narración que relata de Ÿâbir en la página 81,
menciona la Sûra Fâtihatul Kitâb como la quinta sura mecana.
Según estos dichos el número de suras mecanas es de ochenta y seis suras y el
número de suras medinesas es de veintiocho. Nosotros, siguiendo lo registrado
en el libro At-Tamhîd, que menciona la Sûra Fâtihatul Kitâb
en el orden según lo dicho por Ibn ‘Abbâs, hemos elaborado el recuadro de las
suras. En este orden tenemos en cuenta el comienzo de cada sura, entonces, si
algunas aleyas de una sura fueron reveladas, y luego fue descendida otra sura,
y posteriormente fueron reveladas aleyas que completan la primera sura,
entonces en este orden, nosotros hemos registrado primero la sura cuyas
primeras aleyas fueron reveladas antes.
CUADRO DEL ORDEN DEL DESCENSO DE LAS SURAS MECANAS (86 SURAS)
Orden de descenso
|
Orden actual
|
Nombre de la Sura
|
1
|
96
|
Al-‘Alaq
El Coágulo
|
2
|
98
|
Al-Qalam
El Cálamo
|
3
|
73
|
Al-Muzzammil
El Enmantado
|
4
|
74
|
Al-Muddazzir
El Arropado
|
5
|
1
|
Al-Fâtihah
La Apertura
|
6
|
111
|
Al-Masad
La Fibra de Palma
|
7
|
81
|
At-Takwîr
El Arrollamiento
|
8
|
87
|
Al-A‘lâ
El Altísimo
|
9
|
92
|
Al-Laîl
La Noche
|
10
|
89
|
Al-Faÿr
La Alborada
|
11
|
93
|
Ad-Duhâ
La Media Mañana
|
12
|
94
|
Al-Inshirâh
El Sosiego
|
13
|
103
|
Al-‘Asr
La Época
|
14
|
100
|
Al-‘Âdîât
Los Corceles
|
15
|
108
|
Al-Kauzar
La Abundancia
|
16
|
102
|
At-Takâzur
El Afán de Lucro
|
17
|
107
|
Al-Mâ‘ûn
La Asistencia
|
18
|
109
|
Al-Kâfirûn
Los Incrédulos
|
19
|
105
|
Al-Fîl
El Elefante
|
20
|
113
|
Al-Falaq
El Alba
|
21
|
114
|
An-Nâs
La Gente
|
22
|
112
|
At-Taûhîd
La Unicidad
|
23
|
53
|
An-Naÿm
La Estrella
|
24
|
80
|
‘Abasa
Frunció el ceño
|
25
|
97
|
Al-Qadr
El Decreto
|
26
|
91
|
Ash-Shams
El Sol
|
27
|
85
|
Al-Burûÿ
Las Constelaciones
|
28
|
95
|
At-Tîn
La Higuera
|
29
|
106
|
Quraîsh
|
30
|
101
|
Al-Qâri‘ah
La Calamidad
|
31
|
75
|
Al-Qîâmah
La Resurrección
|
32
|
104
|
Al-Humazah
El Difamador
|
33
|
77
|
Al-Mursalât
Los Enviados
|
34
|
50
|
Qâf
|
35
|
90
|
Al-Balad
La Ciudad
|
36
|
86
|
At-Târiq
El Astro Nocturno
|
37
|
54
|
Al-Qamar
La Luna
|
38
|
38
|
Sad
|
39
|
7
|
Al-A‘râf
Los Murallones
|
40
|
72
|
Al-Ÿîn
Los Genios
|
41
|
36
|
Îâ Sîn
|
42
|
25
|
Al-Furqân
El Diferenciador
|
43
|
35
|
Fâtir
Originador
|
44
|
19
|
Marîam
María
|
45
|
20
|
Tâ Hâ
|
46
|
56
|
Al-Wâqi‘ah
El Acontecimiento
|
47
|
26
|
Ash-Shu‘arâ’
Los Poetas
|
48
|
27
|
An-Naml
Las Hormigas
|
49
|
28
|
Al-Qasas
Los Relatos
|
50
|
17
|
Al-Isrâ’
El viaje nocturno
|
51
|
10
|
Îûnus
Jonás
|
52
|
11
|
Hûd
|
53
|
12
|
Îûsuf
José
|
54
|
15
|
Al-Hiÿr
Petra
|
55
|
6
|
Al-’An‘âm
Los Ganados
|
56
|
37
|
As-Sâffât
Los Enfilados
|
57
|
31
|
Luqmân
|
58
|
34
|
Saba’
|
59
|
39
|
Az-Zumar
Los Grupos
|
60
|
40
|
Gâfir
Perdonador
|
61
|
41
|
Fussilat
Las Detalladas
|
62
|
42
|
Ash-Shûrâ
La Consulta
|
63
|
43
|
Az-Zujruf
El Ornamento
|
64
|
44
|
Ad-Dujân
La Humareda
|
65
|
45
|
Al-Ÿâziah
La Arrodillada
|
66
|
46
|
Al-Ahqâf
Las Dunas
|
67
|
51
|
Adh-Dhârîât
Los Aventadores
|
68
|
88
|
Al-Gâshiîah
La que cubre
|
69
|
18
|
Al-Kahf
La Caverna
|
70
|
16
|
An-Nahl
Las Abejas
|
71
|
71
|
Nûh
Noé
|
72
|
14
|
Ibrâhîm
Abraham
|
73
|
21
|
Al-Anbîâ’
Los Profetas
|
74
|
23
|
Al-Mû’minûn
Los Creyentes
|
75
|
32
|
As-Saÿdah
La Prosternación
|
76
|
52
|
At-Tûr
El Monte
|
77
|
67
|
Al-Mulk
El Reino
|
78
|
69
|
Al-Hâqqah
La Inevitable
|
79
|
70
|
Al-Ma‘âriÿ
Los Escalones
|
80
|
78
|
An-Nabâ’
La Noticia
|
81
|
79
|
An-Nâzi‘ât
Los Arrancadores
|
82
|
82
|
Al-Infitâr
La Hendidura
|
83
|
84
|
Al-Inshiqâq
La Grieta
|
84
|
30
|
Rûm
Los Bizantinos
|
85
|
29
|
Al-‘Ankabût
La Araña
|
86
|
83
|
Al-Mutaffifîn
Los Mermadores
|
Orden del descenso
|
Orden actual
|
Nombre de la Sura
|
87
|
2
|
Al-Baqarah
La Vaca
|
88
|
8
|
Al-Anfâl
Los Trofeos
|
89
|
3
|
Âli ‘Imrân - La Familia de ‘Imrân
|
90
|
33
|
Al-Ahzâb
Los Confederados
|
91
|
60
|
Al-Mumtahanah
La Examinada
|
92
|
4
|
An-Nisâ’
Las Mujeres
|
93
|
99
|
Az-Zalzalah
El Terremoto
|
94
|
57
|
Al-Hadîd
El Hierro
|
95
|
47
|
Muhammad
|
96
|
13
|
Ar-Ra‘d
El Trueno
|
97
|
55
|
Ar-Rahmân
El Misericordioso
|
98
|
76
|
Al-Insân
El Ser Humano
|
99
|
65
|
At-Talâq
El Divorcio
|
100
|
98
|
Al-Baîînah
La Prueba Clara
|
101
|
59
|
Al-Hashr
La Congregación
|
102
|
110
|
An-Nasr
El Triunfo
|
103
|
24
|
An-Nûr
La Luz
|
104
|
22
|
Al-Haÿÿ
La Peregrinación
|
105
|
63
|
Al-Munâfiqûn
Los Hipócritas
|
106
|
58
|
Al-Muÿâdalah
La Discusión
|
107
|
49
|
Al-Huÿurât
Los Aposentos
|
108
|
66
|
At-Tahrîm
La Prohibición
|
109
|
62
|
Al-Ÿumu‘ah
El Viernes
|
110
|
64
|
At-Tagâbun
La Decepción Recíproca
|
111
|
61
|
As-Saff
La Fila
|
112
|
48
|
Al-Fath
La Victoria
|
113
|
5
|
Al-Mâ’idah
La Mesa Servida
|
114
|
9
|
At-Taûbah
El Arrepentimiento
|
Las
excepciones
¿Acaso en las suras mecanas existen aleyas medinesas o viceversa?
Muchos han respondido positivamente a esta interrogativa. Suîûtî en una
extensa explicación menciona las excepciones de las aleyas en las diferentes
suras. Por ejemplo ha dicho: “En la Sûra Al-Baqarah que es medinesa,
existen dos excepciones, que son las aleyas 109 y 272…”[64]
At-Tamhîd ha mencionado los mismos casos en forma desarrollada, no obstante ha rechazado la
existencia de excepciones tanto en las suras medinesas como en las suras
mecanas.[65]
El “Diccionario Estadístico del Censo de
las Palabras del Generoso Corán”, expone las aleyas exceptuadas basándose en la
obra de exégesis Al-Kash·shâf de Zamajsharî que concuerda también
con el Tanwîr Al-Miqîâs min Tafsîr Ibn ‘Abbâs, con el Tâ’rîj-ul
Qur’ân de Abû ‘Abdul·lah Zanÿânî, y con Al-Mu‘ÿamul
Mufahras. Él ha presentado en dos recuadros la clasificación de los
vocablos medinenses en las suras mecanas, separando las suras y aleyas; y la
clasificación de los vocablos mecanos en suras medinesas, separando las suras y
aleyas. A continuación mostramos la conclusión de este estudio estadístico.[66]
Número de
suras, aleyas y vocablos del generoso Corán, separando las mecanas de las medinesas.
Sura
|
Núm. Suras
|
Núm. Aleyas
|
Divididas en
|
Núm. Palabras.
|
Divididas en
|
||
Mecanas
|
Medinesas
|
Mecanas
|
Medinesas
|
||||
Mecana
|
51
|
1683
|
1683
|
‑
|
11492
|
11492
|
‑
|
Medinesa
|
26
|
1419
|
‑
|
1419
|
26412
|
‑
|
26412
|
Mecana c/aleyas medinesas
|
35
|
2930
|
2776
|
154
|
36154
|
34013
|
2142
|
Medinesa con aleyas mecanas
|
2
|
204
|
9
|
195
|
3748
|
148
|
3600
|
Total
|
114
|
6236
|
4468
|
1768
|
77807
|
45653
|
32154
|
Considerando esta estadística, el Sagrado Corán contiene 4.468 aleyas
mecanas con 45.653 términos, y 1.768 aleyas medinesas con 32.154 términos; o
sea, 71.6% de aleyas mecanas y 28.4% de aleyas medinesas. Estos porcentajes
para los términos utilizados son 58.7% (aproximadamente tres quintos), y 41.3%
(aproximadamente dos quintos), respectivamente.
Conclusión:
1.
Las aleyas y suras del Generoso Corán han sido divididas en dos grupos: mecanas
y medinesas.
2.
Las aleyas y suras reveladas antes de la Hégira son llamadas mecanas, y las
aleyas y suras reveladas después de la Hégira son llamadas medinesas.
3.
Las características más observadas en las suras mecanas son: la convocatoria a
las creencias básicas, la moral exaltada, referencia al día del Juicio Final,
al Paraíso y al Infierno, discusión con los inicuos, la multiplicidad del
empleo de juramentos, las historias de los Profetas, la brevedad de las suras,
el ritmo uniforme en sus aleyas y los mensajes concisos y reducidos.
4.
Las características de las suras medinesas son: discusión con
la gente del Libro, enfrentamiento con los hipócritas, la mención del “ÿihâd”
y sus mandatos, el desarrollo de los mandatos de las sanciones coránicas,
obligaciones, derechos, herencia, las leyes políticas y económicas y
convenciones; así mismo la extensión de las aleyas y suras.
5.
El Corán posee 86 suras mecanas y 28 suras medinesas.
Preguntas:
1.
¿Por qué causa el Corán posee dos tipos de
revelación (completa y gradual)?
2.
Defina el significado de “aleya” y “sura”.
3.
¿Cuál es el motivo de la división del Corán en
suras?
4.
¿Qué suras son las llamadas As-Sab’ut Tuwal y Al-Mi’ûn?
5.
Mencione el número de suras, aleyas y términos en
el Corán.
[6] Ídem.
[7] Ídem, p.357.
[8] Wasâ’il Ash-Shî‘ah, t.7, cap. 15
y 19, bajo el título de “El Ayuno preferible” y t.5, cap. “La recompensa de la
oración preferible de la noche y día de Mab’az”.
[18] Ídem.
[22] Para más explicación, referirse al
capítulo tercero de la parte VI: “Los Argumentos respecto a la Inalterabilidad
del Corán” (quinto argumento).
[23] Ver: Manâhil-ul ‘Irfân, t.1,
p.338-391; Tâ’rîj Qur’ân, Dr. Râmîâr, p.549.
[29] Ídem 2:106.
[39] Recurrir a los libros de exégesis
coránica, como Al-Mizân, en los comienzos del desarrollo de cada
sura.
[41] Recurrir a Al-Itqân, t.1, p.200; At-Tamhîd,
t.1, p.251; Manâhi-ul ‘Irfân, t.1, p.352, Mûÿaz ‘Ulûmil
Qur’ân, p.180.
[45] At-Tamhîd, t.1, p.124; Al-Mîzân,
t.20, p.378.
[46] Sahîh
Al-Bujârî, t.1, cap. “Cómo fue el comienzo del wahî”; Al-Itqân,
t.1, p.76; Manâhil-ul ‘Irfân, t.1 p.93.
[47] Al-Kash·shaf, t.4, p.270.
[48] Tâ’rîj Qur'ân, Dr.
Râmîâr, p.592.
[51] Ídem, 278.
[52] Ídem, 282.
[57] Manâhil-ul ‘Irfân, t.1, p.100; At-Tamhîd,
t.1, p.129; Maÿma’ul Baîân, t.10, p.844; Al-Mizân, t.20,
p.378.
[58] Al-Itqân, t.1, p.26.
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