Parte II
La Historia del Corán (I): La Revelación (Wahî)
Los objetivos instructivos de esta parte
son:
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Capítulo Primero
A) El significado lingüístico:
B) El significado terminológico de la
expresión “wahî”:
Conclusión:
Capítulo Segundo
A) La inspiración espiritual a los ángeles:
B) La inspiración espiritual a los seres humanos:
C) La inspiración espiritual a los cuerpos inorgánicos:
D) Los susurros satánicos:
E) La indicación:
F) El instinto:
Conclusión:
Capítulo
Tercero
Los
diferentes tipos de Revelación a los Profetas:
Conclusión:
Capítulo
Cuarto
Conclusión:
Capítulo
Quinto
Conclusión:
Preguntas:
La Historia del Corán (I): La Revelación (Wahî)
Los objetivos instructivos de esta parte
son:
1. Familiarizarse con uno de los más misteriosos acontecimientos de la
creación que se plantea como una introducción a los temas de la “historia
del Corán”.
2. Familiarizarse con las diferentes aplicaciones del término “wahî”
en el Corán.
3. Familiarizarse con el modo de la comunicación de Dios con
Sus Profetas.
4. Observar los estados del Profeta del Islam (BP) en el
momento de recibir la revelación.
Algunas fuentes importantes en esta parte
son:
Libro de exégesis Al-Mîzân,
t.12, p. 292 y t.18, p.72 en adelante y t.20, p.342; El Corán en el Islam;
La Revelación o Wahî, una percepción misteriosa; Serie de
conferencias y artículos expuestos en la Segunda Conferencia de Investigación
de las Ciencias e Interpretación del Honorable Corán; Bihâr Al-Anwâr,
t.18, parte referente a la forma de la revelación; Al-Itqân, de As-Suîûtî,
t.1; Manâhil Al-‘Irfân, t.1; At-Tamhîd fî ‘Ulûm Al- Qur’ân, t.1; La
historia del Corán, del Dr. Mahmûd Râmîâr; Peîrâmûn-e Wahî
wa Rahbarî (Acerca de la Revelación y el Liderazgo), del Aiatul·lah Yawâdî
Âmulî, p.278-309.
Capítulo Primero
A) El significado lingüístico:
Ibn Mandzûr en su
obra “Lisân Al-‘Arab” dice: “Wahî significa señal, escritura,
mensaje, inspiración y palabra oculta, y cualquier cosa que se comunica a otro.
La expresión “wahâ ilaîhi wa awhâ” significa: “Le habló de
una forma oculta de los demás”.
El conocido
lexicólogo del siglo IV, Ibn Fâris dice: “Cualquier asunto que se haga
entender a otro, de cualquier forma que sea, es llamado wahî”.
Entonces el
vocablo “wahî” abarca las diferentes formas de comunicación,
tales como: las señas, la voz, el sueño, la inspiración, los susurros y hacer
conocer a través de la escritura. Algunos han mencionado las características de
ser “oculta” y “rápida” dentro del significado de “wahî”. Los
árabes, a una muerte repentina le llaman “muerte wahî”. Esta característica,
que en un principio no existía, posiblemente surgió a través del uso entre los
árabes, es decir, utilizando el calificativo “rápido”; en algunos casos se le
ha agregado otra característica, es decir: “el ser oculto”, ya que generalmente
una indicación rápida es ocultada a una tercera persona.[1]
De todas formas,
aunque no se puede negar la utilización de este término para una serie de
comunicaciones rápidas y ocultas, tampoco debe aceptarse esta característica
en todas las utilizaciones, ya que existen casos, incluso en el uso coránico,
en los que no existe ninguna de estas dos características mencionadas (rapidez
y ocultación).[2]
B) El significado terminológico de la
expresión “wahî”:
La expresión
terminológica “wahî” significa un vínculo espiritual que se
establece para los Profetas Divinos con el fin de recibir el Mensaje Divino a
través de una comunicación con el mundo oculto. El Profeta es un receptor que
recibe el Mensaje a través de esta misma comunicación (la revelación) desde el
centro que lo emite, y nadie más que él tiene la capacidad y aptitud de tal
recepción. En el tercer capítulo desarrollaremos este tema en forma más
amplia.
Conclusión:
El vocablo “wahî”
en su genuino establecimiento lingüístico, significa cualquier forma de hacer
entender, como las señas, la voz, la inspiración, el sueño, los susurros, la
escritura, etc. La ocultación y la rapidez también son consideradas en algunos
de sus usos.
Capítulo Segundo
El término wahî
en el Generoso Corán ha sido utilizado con relación a los ángeles, demonios,
el ser humano, los animales y la tierra[3]:
A) La inspiración espiritual a los ángeles:
﴿ إِذْ يُوحِي رَبُّكَ إِلَى الْمَلآئِكَةِ اَنِّي مَعَكُمْ ﴾
Idh iûhî
rabbuka ilal malâikati annî ma‘akum…
«Y de cuando tu Señor reveló (iûhî) a los
ángeles: “¡Estoy con vosotros…!”».[4]
B) La inspiración espiritual a los seres humanos:
﴿ وَأَوْحَيْنَآ إِلَى اُمِّ مُوسَى أَنْ أَرْضِعِيهِ ﴾
Wa awhaînâ ilâ ummi Mûsâ an ardi‘îh
«E inspiramos (awhaînâ) a la madre de
Moisés: “Amamántale”».[5]
C) La inspiración espiritual a los cuerpos inorgánicos:
﴿ يَوْمَئِذٍ تُحَدِّثُ أَخْبَارَهَا * بِاَنَّ رَبَّكَ أَوْحَى لَهَا ﴾
Îaûma’idhin
tuhaddizu ajbârahâ, bi anna rabbaka awhâ lahâ
«En ese día (la tierra) contará sus noticias según
lo que tu Señor le inspire (awhâ)».[6]
D) Los susurros satánicos:
﴿ وَكَذَلِكَ
جَعَلْنَا لِكُلِّ نَبِيٍّ عَدُوّاً شَيَاطِينَ الإِنْسِ وَالْجِنِّ يُوحِي
بَعْضُهُمْ إِلَى بَعْضٍ ﴾
Wa kadhâlika ÿa‘alnâ li kul·li nabiîn
‘adûwan shaîatînal insi wal ÿinni îûhî ba‘duhum ilâ ba‘d
«Por la misma razón, hemos dispuesto para cada
profeta adversarios demonios, tanto de entre los humanos como de los genios, que
se susurran (îûhî) recíprocamente…».[7]
﴿ وَإِنَّ
الشَّيَاطِينَ لَيُوحُونَ إِلَى أَوْلِيَآئِهِمْ لِيُجَادِلُوكُمْ ﴾
Wa inna-sh shaîâtîna laîûhûna
ilâ awlîâ’ihim liîuÿâdilûkum
«Y ciertamente que los demonios inspiran (laîûhûna)
a sus fautores para contradeciros…».[8]
E) La indicación:
﴿ فَخَرَجَ
عَلَى قَوْمِهِ مِنَ الْمِـحْرَابِ فَاَوْحَى إِلَيْهِمْ أَن سَبِّحُوا بُكْرَةً
وَعَشِيّاً ﴾
Fajaraÿa ‘alâ qaûmihî minal mihrâbi fa awhâ
ilaîhim an sabbihû bukratan wa ‘ashîîan
«Salió, pues, del
santuario y dirigiéndose a su pueblo les indicó (awhâ), (por señas), que
glorificasen a Dios, mañana y tarde».[9]
F) El instinto:
﴿ وَأَوْحَى رَبُّكَ إِلَى النَّحْلِ ﴾
Wa awhâ rabbuka ila-n nahl
«Y tu Señor inspiró (awhâ)
a las abejas…».[10]
En una narración
interesante, transmitida del Imâm ‘Alî (P), se han dividido los usos del wahî
en el Corán en los siguientes: wahî con el sentido de revelación
de la Profecía, wahî con el sentido de inspiración, wahî
con el sentido de indicación, con el sentido de disposición, con el sentido de
orden o mandato, wahî con el sentido de mentir (con relación a
los demonios) y wahî con el sentido de anoticiar, y para cada
caso se ha respaldado en aleyas coránicas.[11]
Conclusión:
1.
La
revelación (wahî) en el Corán ha sido utilizada con relación a
los ángeles, demonios, animales, al ser humano y a la tierra.
2.
Conceptos
tales como las inspiraciones divinas, los susurros satánicos, indicaciones e
instinto, pueden ser deducidos de los casos mencionados.
Capítulo
Tercero
El propósito de este tema es hablar en cuanto
al empleo más generalizado del término “wahî”, es decir, la
revelación a los profetas. En el Generoso Corán ha sido mencionado este
término y sus derivados cerca de setenta veces en relación con los profetas;
mientas que el uso de este término en otros casos es mínimo. Podemos afirmar
que actualmente la utilización de este vocablo se limita a los profetas. Por lo
tanto, el sabio ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î argumenta: “La modalidad
islámica exige que nosotros no utilicemos este término más que para los
profetas”.[12]
Pero ¿qué significa wahî? Wahî es un fenómeno que no
cabe en el marco del intelecto común del ser humano; es un fenómeno misterioso
y enigmático. Cuando se habla de la relación o comunicación con otro mundo de
forma que un ser humano elegido recibe mensajes ocultos de una forma presencial
(no adquirida por los sentidos) y contemplativa, se entrevé que sólo él mismo
conoce la realidad y la verdad de la recepción de la revelación, mientras que
el resto de la gente puede concebir únicamente un destello de aquella verdad,
la cual descubre a través de sus efectos y señales.
He aquí una
definición de “wahî”:
“La revelación es un tipo de alocución celestial (inmaterial) que no puede
ser concebida a través de los sentidos ni la reflexión intelectual, sino que es
otra percepción que a veces se manifiesta en algunas personas por la voluntad
Divina, quienes reciben órdenes divinas ocultas –veladas al sentido y al
intelecto- a través de la revelación y la enseñanza divina”.[13]
Este fenómeno que
está fuera del alcance del intelecto es uno de los más exaltados grados que
separan a los Profetas de los demás. El Corán, al mismo tiempo que expresa con
énfasis que los profetas también son seres humanos, relata el asombro y la
negación de los incrédulos respecto a la revelación y luego afirma que
“recibir el wahî” es una peculiaridad de los Enviados de Dios:
﴿ فَقَالَ
الْمَلاَُ الَّذِينَ كَفَرُوا مِن قَوْمِهِ مَا هَذَآ إِلاَّ بَشَرٌ مِّثْلُكُمْ
يُرِيدُ أَن يَتَفَضَّلَ عَلَيْكُمْ وَلَوْ شَآءَ اللَّهُ لأَنزَلَ مَلآَئِكَةً ﴾
Faqâla-l
mala’u-l·ladhîna kafarû min qaumihi mâ hadhâ il·la basharun mizkulum iurîdu an
iatafaddala ‘alaikum ua lau shâ’al·lahu la anzala malâikatan
«Pero la nobleza incrédula de su pueblo dijo: “Ese
no es más que un hombre como vosotros que quiere dominaros. Si Dios hubiera
querido habría enviado ángeles por mensajeros”».[14]
Y puesto que aceptar este asunto que está más
allá de los alcances del intelecto se les hacía difícil, atribuyeron la locura
al Profeta:
﴿ إِنْ هُوَ إلاَّ رَجُلٌ بِهِ جِنَّةٌ فَتَرَبَّصُوا بِهِ حَتَّى
حِينٍ ﴾
In hua il·la raÿulun bihi ÿinnatun fatarabbasû bihi hatta
hîn
«¡No es más que un hombre afectado de locura! Así
que soportadle por un tiempo».[15]
Y le negaron:
﴿ فَقَالُوا أَبَشَرٌ يَهْدُونَنَا فَكَفَرُوا ﴾
Faqâlû a basharun
iahdûnanâ fa kafarû
«Dijeron: “¿Acaso un humano ha de encaminarnos?”.
Y descreyeron».[16]
En respuesta a éstos, el Corán anuncia que los profetas son seres humanos y
en este aspecto no hay diferencia entre ellos y los demás. La única diferencia
está en la capacidad de recibir el Mensaje por parte de los Enviados de Dios:
﴿ إِنَّمَآ
أَنَاْ بَشَرٌ مِثْلُكُمْ يُوحَى إلَيَّ ﴾
Innamâ anâ
basharun mizlukum iûhâ ilaiia
«Soy tan solo un humano como vosotros a quien le
ha sido revelado…».[17]
En las aleyas
cuarta y quinta de la Sûra An-Naÿm, las cuales infunden completa
convicción al corazón, se explica la posición de la revelación en la cima de la
santificación e inmunidad, de modo que los deseos y las equivocaciones no tienen
camino hacia la misma:
﴿ وَمَا يَنطِقُ
عَنِ الْهَوَى * إِنْ هُوَ إِلاَّ وَحْيٌ يُوحَى ﴾
Wa mâ iantiqu
‘anil hawâ. In hua il·la wahîun iûhâ
«No habla por capricho.
Ello no es sino inspiración que le fue revelada».[18]
Los
diferentes tipos de Revelación a los Profetas:
La unión y comunicación
oculta entre los profetas y Dios, lo cual denominamos “wahî”, es
posible en tres formas:
﴿ وَمَا كَانَ
لِبَشَرٍ أَن يُكَلِّمَهُ اللَّهُ إِلاَّ وَحْياً أَوْ مِن وَرَآئِ حِجَابٍ أَوْ
يُرْسِلَ رَسُولاً فَيُوحِيَ بإِذْنِهِ مَا يَشَآءُ ﴾
Wa mâ kâna libasharin
an iukal·limahul·lahu il·la wahian au min warâ’i hiÿâbin au iursila
rasûlan faiûhia bi idhnihi mâ iashâ’u
«A ningún humano le es
dado que Dios le hable directamente sino por revelación, o tras un velo, o
envíe un mensajero por medio del cual revela, con Su beneplácito, lo que Él
quiere…».[19]
En la aleya mencionada son explicadas en tres maneras las diferentes
formas en que Dios habla con el ser humano. Una forma es la revelación sin
intermediario y directa, y las otras dos, son con intermediación e indirectas
ya que la comunicación de Dios está supeditada al hiyâb (velo) o
al rasûl (mensajero). La diferencia entre las dos últimas formas es que en
una, el “mensajero” (el Ángel) es quien comunica la revelación, y en la otra,
un “velo” es un intermediario a través del cual la revelación se concreta.[20]
En otras palabras, los tres tipos de revelación son:
1.
La
alocución divina en la que no existe ningún intermediario entre Dios y sus
criaturas.
2.
La
alocución divina que se oye a través de un velo, como el árbol de “Tûr”
por medio del cuál Moisés (P) oía la Palabra de Dios.
3.
La
Palabra divina que es transmitida a través de un Ángel.[21]
En la Sûra Ash-Shûrâ se ha explicado el modo de la revelación al Profeta
(BP):
﴿ وَكَذَلِكَ
أَوْحَيْنَآ إِلَيْكَ رُوحاً مِنْ أَمْرِنَا مَا كُنتَ تَدْرِي مَا الْكِتَابُ
وَلاَ الإِيمَانُ ﴾
Wa kadhâlika awhainâ
rûhan min amrinâ mâ kunta tadrî mâl kitâbu wa lâ-l îmân
«Y así es como te hemos inspirado un Espíritu (Rûh)
a partir de Nuestra orden, (antes del cual) no conocías lo que era el Libro ni
la fe…».[22]
Por medio de esta
aleya queda claro que la revelación del Corán fue realizada a través de una
plática divina. El “Rûh” en esta aleya es el mismo “Rûh-ul
Amîn” (el Arcángel Gabriel), mencionado en la aleya 194 de la Sûra
Ash-Shu‘arâ’ (26) sobre el que dice: «El
Espíritu digno de confianza lo ha descendido». Entonces el Corán o parte de él fue revelado a
través del Ángel de la Revelación (el tercer tipo de alocución Divina).
Conclusión:
1.
La
realidad y esencia de la revelación es sólo conocida por los Profetas, ya que
son únicamente ellos los que se encuentran en la esfera de la revelación. Para
definirla, teniendo en cuenta los efectos observados, podemos decir que: el “wahî”
o la revelación es una forma de plática celestial que es imposible de concebir
a través de los sentidos y el intelecto, y que necesita de una percepción especial,
la cual, por la Voluntad Divina, se manifiesta en unos pocos elegidos; como
consecuencia, los mensajes del mundo de lo oculto son recibidos a través de un
conocimiento presencial (no adquirido por los sentidos).
2.
La
revelación con el significado arriba mencionado es la más utilizada en el
Generoso Corán.
3.
La
característica más importante que distingue a los Profetas de los seres humanos
es esta misma revelación.
4.
Los
diferentes tipos de revelación a los Profetas son:
a)
la revelación directa,
b)
la revelación a través de un velo,
c)
la revelación a través del envío de un Ángel.
5.
La
revelación coránica se concretó a través de las dos formas:
(a) y (c), arriba mencionadas.
Capítulo
Cuarto
﴿ إِنَّا
سَنُلْقِي عَلَيْكَ قَوْلاً ثَقِيلاً ﴾
Innâ sanulqî ‘alaika qaulân zaqîlân
«Por cierto que vamos a revelarte un Mensaje de
peso».[23]
La forma más difícil de revelación ha sido la revelación directa; es decir,
cuando el profeta quiere comunicarse con todo su ser y sin ningún intermediario
con el Origen de la Creación. No presenta gran problema vislumbrar la condición
de dificultoso de este asunto -aún cuando no podamos concebir su realidad-
luego de lo descrito por el Corán y los numerosos dichos legados por ambas
tendencias islámicas.
La grandeza y majestuosidad de la “revelación directa” se nos
esclarece cuando sabemos que el Profeta del Islam gozaba de un espíritu
poderoso y extraordinario, y básicamente, llegar a este grado de cercanía y
amor hacia el Altísimo requiere de una capacidad elevada, y no todos pueden
hallarse en el ámbito de la luz de la revelación. Sin embargo, la gravedad
corporal que experimentaba al realizarse la revelación era tal, que inclusive
el Profeta (BP) la soportaba con dificultad.
He aquí un ejemplo de las narraciones registradas a este respecto:
1. Amîn-ul
Islâm Tabarsî en la interpretación de la aleya quinta de la Sûra
Al-Muzzammil relata que Hâriz Ibn Hishâm preguntó al Profeta
(BP): “¿Cuál es la forma en que recibes la revelación?”. Respondió:
أحيانا يأتيني مثل صلصلة الجرس و هو أشده علي فيفصم
عني فقد وعيت ما قال و أحيانا يتمثل لي الملك رجلا فيكلمني فأعي ما يقول
“A veces escucho un sonido
como el sonido de una campana y éste es el estado más intenso de la revelación
para mí, que me agota y debilita. Aunque a la vez memorizo todo lo que me es
revelado; y a veces un Ángel en forma de hombre se me aparece y me habla, y
memorizo todo lo que me dice”.[24]
2. ‘Abdul·lah Ibn ‘Umar dice: Pregunté al Profeta (BP) la sensación que
experimentaba en el momento de la revelación. Me contestó:
“Oigo unas campanas.
En ese momento me quedo completamente en silencio. No se me revela algo sin
que tenga la sensación de que me arrancan el alma de mi cuerpo”.[25]
3. El Shaîj As-Sadûq en su obra “At-Taûhîd” transmite de
Zurârah que dijo al Imâm As-Sâdiq (P):
جعلت فداك الغشية التي تصيب رسول الله(ص) اذا نزل
عليه الوحي؟ فقال: ذلك اذا لم يكن بينه و بين الله احد. ذاك اذا تجلى الله له
“¡Ofrezco mi vida por ti!
¿Qué era ese desvanecimiento que padecía el Profeta (BP) en algunas ocasiones
cuando descendía sobre él la revelación?”. Entonces (el Imâm) manifestó:
“Esto sucedía cuando no había intermediario alguno entre él y Dios. Cuando Dios
se manifestaba ante él” [26]
4. Fue relatado
de ‘Aîsha que un día en el que hacía mucho frío le fue hecha una revelación al
Profeta (BP); después de terminada ésta, el sudor corrió por su frente.[27]
Este tipo de revelación directa, que resultaba muy pesada para el Profeta
(BP), ha sido descrita como “burahâ’ul wahî” que
significa: la fiebre intensa de la revelación.
Al final de este capítulo transmitimos de la obra “La Historia del Corán”
-escrita por el Dr. Mahmûd Râmîâr- algunos de los estados manifestados
en el Profeta (BP) en el momento de la revelación directa en base a las
narraciones:
- Escuchar el sonido de una campana o el
sonido del choque de dos metales, o el sonido de una abeja.
- Inflamación y un estado de ardor e intensa
fiebre que se reflejaba en su rostro, y para aliviarlo, lo lavaban con
agua fría y lo cubrían de inmediato.
- Se elevaba su temperatura de tal manera que
incluso en un día de baja temperatura, se veía deslizarse el sudor por su
cuerpo.
- A veces el color de su rostro cambiaba a un
color rojo o morado.
- Se desvanecía.
- Tenía que soportar un intenso sufrimiento.
- En otras ocasiones su peso se incrementaba
en tal forma que al animal que lo transportaba le resultaba difícil
avanzar.
- A veces le aquejaba dolor de cabeza.[28]
Conclusión:
1. La revelación
directa era la forma más difícil en que descendía la revelación al Profeta
(BP).
2. La sensación
de abatimiento, gran sufrimiento, dolor de cabeza, alteración del color de su
rostro a un color rojo o morado, intensa temperatura, ardor y fiebre, escuchar
sonidos penetrantes, y finalmente el desmayo, eran los diferentes estados que
padecía el Profeta (BP) en el momento de recibir la revelación directa.
Capítulo
Quinto
﴿ وَإِنَّهُ
لَتَنزِيلُ رَبِّ الْعَالَمِينَ * نَزَلَ بِهِ الرُّوحُ الاَمِينُ * عَلَى
قَلْبِكَ لِتَكُونَ مِنَ الْمُنذِرِينَ ﴾
Wa innahu latanzîlu rabbi-l
âlamîn. Nazala bihi-r rûhu-l
amîn. ‘Alâ qalbika litakûna minal mundhirîn
«Ciertamente que él (el Corán) es una revelación
del Creador del Universo; el Espíritu fiel (el arcángel Gabriel), lo hizo descender,
y lo depositó en tu corazón, para que seas uno de los amonestadores».[29]
El Gran Profeta (BP) recibía la revelación con todo su espíritu y ser,
y sus ojos y oídos exteriores no intervenían en ello, de lo contrario la gente
también hubiera podido oír y ver lo mismo que el Profeta (BP).
Sabemos a través de las narraciones y dichos que el descenso indirecto
de la revelación no le resultaba difícil al Profeta. En algunas ocasiones lo
visitaba el Arcángel Gabriel en forma de un ser humano. En un dicho de Imâm As-Sâdiq
(P) está registrado: “Cuando el Arcángel Gabriel visitaba al Mensajero del
Islam se sentaba frente a él humildemente y jamás entraba a verlo sin antes
pedir permiso”.[30]
Esta narración muestra la grandeza y superioridad del Enviado de Dios
(BP) ante el Arcángel Gabriel, a quien el Sagrado Corán menciona como “Shadîd
Al-Quwâ” (fortísimo, de gran poder). Entonces, la recepción de la
revelación a través de Gabriel no fue un asunto difícil. Han dicho que Gabriel
se le aparecía al Profeta (BP) con un rostro similar al de Dihîah Ibn
Jalîfah Kalbî; ya que él era la persona más bella en Medina.[31]
Si bien el Arcángel Gabriel era el portador fiel de la Palabra Divina,
las aleyas coránicas eran reveladas con un protocolo particular y en forma
completamente custodiada por un grupo de ángeles:
﴿ كَلآَّ
إِنَّهَا تَذْكِرَةٌ * فَمَن شَآءَ
ذَكَرَهُ * فِي صُحُفٍ مُكَرَّمَةٍ * مَرْفُوعَةٍ مُطَهَّرَةٍ * بِأَيْدِي
سَفَرَةٍ * كِرَامٍ بَرَرَةٍ ﴾
Kal·lâ innahâ tadhkiratun. Faman
shâ’a dhakarah. Fî suhufin mukarrmah. Marfû‘atin mutahharah. Bi
aidî safarah. Kirâmin bararah
«¡Quiá! Por cierto que él (Corán) es un mensaje
instructivo. Quien quiera, pues, que lo recuerde. Está registrado en Libros
Honorables, Sublimes, Inmaculados, por manos de escribas Honorables y
Piadosos».[32]
Conclusión:
1. La revelación
indirecta no provocaba en el Profeta esa pesadez o gravedad que causaba la
revelación directa.
2.
Según las aleyas 192 a 194 de la Sûra
Ash-Shu‘arâ, el Enviado de Dios (BP) recibía la revelación con todo su ser,
y los sentidos exteriores no intervenían en ésta.
Preguntas:
1.
¿Qué es “Wahî”?
2.
¿Por qué razón no podemos concebir la verdad o
realidad de las revelaciones a los Profetas?
3.
Mencione cuatro casos de la utilización del
vocablo “wahî” en el Sagrado Corán con sus respectivos
significados.
4.
Mencione la aleya coránica en la cual se
mencionan las diferentes formas de “wahî” a los Profetas. Dé una
breve explicación.
5.
¿Qué
sabe respecto a la revelación directa? Dé una explicación.
[1] At-Tamhîd, t.1, p.3.
[2] Ver: Sûra Marîam 19:11.
[3] Este término y sus derivados son utilizados
con más frecuencia cuando se refiere a la revelación hecha a los Profetas. En
el capítulo siguiente analizaremos este tema por separado.
[8] Ídem, aleya
121.
[15] Ídem, aleya 25.
[33] Para más explicación respecto a la
transformación, referirse a Al-Mizân, t.14, p.36.
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