Serie de clases sobre Shiísmo impartidas por Sumeia Younes
(Las clases fueron grabadas, transcritas y luego editadas por la autora para poder disponer de ellas en forma de texto)
Clase 25
En el Nombre de Dios, el Compasivo, el
Misericordiosísimo
LAS DIVISIONES Y SECTAS SHIAS (2)
La secta isma’ilîiah
El hijo mayor del
sexto Imam de la Shî‘ah, es decir, del Imam As-Sâdiq
(a.s.), se llamaba Ismâ’îl, y falleció cuando aún su padre el Imam As-Sâdiq
(a.s.) se encontraba vivo. El Imam As-Sâdiq en esa ocasión tomó
como testigos de la muerte de su hijo a un número de personas, entre las que se
encontraba el gobernador de Medina. Pero un grupo, que son los Ismailíes
originales, creyeron que Ismâ’îl no había muerto sino que se había ocultado y
que nuevamente aparecería, y que él era el Mahdî Prometido; que el hecho de que
el Imam As-Sâdiq (a.s.) haya requerido que se testimoniara su
muerte tenía un aspecto aparente, para que al suponer que ya había muerto,
personas malintencionadas como el califa ‘abasí Al-Mansûr no intentaran
matarlo.
Para validar su alegato este grupo argumentaba que Ismâ’îl era el hijo mayor del Imam As-Sâdiq (a.s.), que el Imamato pertenece siempre al hijo mayor del Imam; y que por otra parte, el Imam As-Sâdiq (a.s.) antes ya lo había designado su sucesor. Por supuesto, cabe aclarar que eso es en lo que ellos creen y que no hay ningún indicio en las narraciones y expresiones de los grandes transmisores de hadices shias respecto al hecho de que el Imam As-Sâdiq (a.s.) haya designado a Ismâ’îl como su sucesor, y según las abundantes narraciones que se encuentran en los libros de Hadîz de la Shî‘ah, el Imam As-Sâdiq (a.s.) desde el principio designó a su hijo Mûsâ (a.s.) como su sucesor, pero a fin de que su hijo estuviera a salvo de la maldad de los ‘Abasíes y del resto de los enemigos de Ahl-ul Bait (a.s.), no lo manifestaba abiertamente, y solo les informaba del tema a algunas personas en particular. Además, en algunas narraciones se hizo referencia a la falta de idoneidad de Ismâ’îl.
Otros nombres de la secta
Ismâ’ilîiah
El nombre más
famoso de esta secta, es “Ismâ’ilîiah” y fueron llamados así porque creían en
el Imamato de Ismâ’îl, el hijo del Imam As-Sâdiq (a.s.). Pero los
Ismailíes también son conocidos como “Bâtînîiah”, debido a que, para
todo asunto dzâhir (manifiesto), creen en un asunto oculto o bâtin.
Otro de los
nombres de esta secta es “Sab‘îiah”, puesto que interpretan el liderazgo
divino sobre la base de los siete Huÿÿah o pruebas divinas.
También se llama a esta secta “Ta‘lîmîiah”, puesto que según ellos, excepto por
medio de la enseñanza del Imam, nadie se informa y conoce lo oculto de los
asuntos.[1]
Algunas de las divisiones de los
Ismailíes
Un grupo de
Ismailíes reconoce que Ismâ’îl murió, pero creen que como Ismâ’îl realmente
debía ser el Imam, la posición de Imam fue transferida de Ismâ’îl a su hijo Muhammad,
puesto que la posición de Imam no se reúne en dos hermanos excepto en
los Imames Al-Hasan y Al-Husein (a.s.). Y puesto que el líder de
este grupo se llamaba Mubârak, esta secta pasó a ser conocida como
“Mubârakîiah”. Los Mubarakíes divergieron en cuanto a quién delegó la posición
de Imamato en Muhammad ibn Ismâ’îl. Algunos lo atribuyeron al Imam As-Sâdiq
(a.s.) y otros a Ismâ’îl (antes de su muerte).
Ellos creían que
la línea del Imamato continuaría en los hijos de Muhammad ibn Ismâ’îl.[2] Tras un tiempo, se desprendió una rama de
los Mubârakîiah que fue conocida como “Qarmatîiah”. Ellos divergían con
los Mubârakîiah respecto a la muerte de Muhammad ibn Ismâ’îl y dijeron
que Muhammad ibn Ismâ’îl está vivo y que es el séptimo y último Imam, y
que el asunto del Imamato está afianzado sobre el número siete. Creen que aún
cuando al comienzo Ismâ’îl era el Imam, sin embargo, en cuanto a su Imamato se
dio badâ’ y el Imamato fue transferido a su hijo Muhammad. Ellos
se basaron en el hadîz del Imam As-Sâdiq (a.s.) que
dice:
« ما بدا للهِ في شيءٍ كما بدا له في إسماعيل »
“En ningún asunto Dios realizó badâ, como lo hizo con relación a Ismâ’îl”.[3]
Si bien nosotros
consideramos que esta narración es verdadera, se debe tener en cuenta que el “badâ”
mencionado en esta narración no se refiere a la posición de Imamato, ya que se
transmitió que no existe badâ en cuanto a la Profecía y el Imamato, y
hay consenso entre los Imamíes respecto a este asunto. El badâ al que se
refiere esta narración, en realidad es en cuanto a la muerte de Ismâ’îl,[4] tal como se transmitió en otro hadîz
del Imam As-Sâdiq (a.s.) donde dijo: “En dos ocasiones (en que
Ismâ’îl se había enfermado) Dios determinó la muerte para él en un “aÿl gair
mahtûm” (اجل
غير محتوم - esto es, un término prefijado no
inexorable), y yo le supliqué a Dios que lo salve. Dios aceptó mi súplica y le
devolvió la salud”.[5]
Anteriormente
cuando hablamos del tema del badâ dijimos que uno de los medios para
cambiar el destino prefijado y para que se produzca el badâ era dar
caridad, la súplica, etc.
En el presente
existen también, en algunas partes del mundo, bifurcaciones de los Ismailíes
como la “Nazârîiah”, la “Musta‘liah” y la “Darûzîiah” (o los
drusos). Además de éstas se mencionaron también otras sectas de los Ismailíes
que no son muy conocidas.
Algunas de las creencias de los
Ismailíes
Los Ismailíes
tienen creencias particulares respecto a muchas de las cuestiones del
Monoteísmo, de la Profecía y de la Resurrección.
Ellos creen que
la Tierra jamás estará exenta de un Huÿÿah o Prueba de Dios, y
este Huÿÿah es de dos tipos: Nâtiq o parlante, ó, Sâmit
o silencioso. El Huÿÿah Nâtiq es el Profeta y el Huÿÿah
Sâmit es el Walî o Imam, que es el albacea del
Profeta. Y en cualquiera de los casos el Huÿÿah de Dios es la
teofanía por excelencia.
Según ellos, el
principio del Huÿÿah continuamente gira alrededor del número
siete, de forma que: es enviado un profeta que tiene la posición de la Profecía
(o sea que trajo una Sharî‘ah), y la posición de Wilâiah (o
Potestad). Después de él hubo siete Wasî que tenían Wisâiah
o condición de albaceas, y todos tienen una misma posición, excepto que el séptimo
de ellos también vuelve a tener la posición de la Profecía, por lo que tiene
tres posiciones: Profecía, Wilâiah y Wisâiah. Nuevamente,
tras él hay siete Wasî, y el séptimo de ellos tiene otra vez las
tres posiciones.
Y así
sucesivamente, estas posiciones continúan a lo largo de cada época. Por lo
tanto, según su creencia, el Profeta Muhammad (s.a.w.) no es el último y
Sello de los profetas.
Ellos dicen que
Adán (a.s.) fue enviado con la Profecía y la Wilâiah, y tuvo siete Wasî
o albaceas, el séptimo de los cuales es Noé (a.s.), quien tenía la posición de
Profecía, Wilâiah y Wisâiah. Abraham (a.s.) fue el séptimo
Wasí de Noé; Moisés (a.s.) el séptimo Wasî de
Abraham; Jesús (a.s.) el séptimo Wasî de Moisés; Muhammad
(s.a.w.) el séptimo Wasî de Jesús, y Muhammad ibn ‘Ismâ’îl
el séptimo Wasî de Muhammad (s.a.w.). De esta manera,
serían: Muhammad (s.a.w.), ‘Alî, Al-Husein, ‘Alî ibn Al-Husein
(As-Saÿÿâd), Muhammad Al-Bâquir, Ya‘far As-Sâdiq, su hijo
Ismâ’îl y Muhammad ibn Ismâ‘îl.[6] Luego de Muhammad ibn Ismâ‘îl,
siete personas de entre los descendientes de Muhammad ibn Ismâ‘îl, cuyos
nombres están ocultos y en secreto, y tras ellos siete personas. Después están
los siete primeros califas Fatimíes de Egipto, el primero de los cuales fue
‘Ubaidul·lâh Al-Mahdî, el fundador de la dinastía Fatimí en Egipto.
Los Ismailíes
creen que además del Huÿÿah o Prueba de Dios, siempre se
encuentran sobre la Tierra doce nuqabâ’ o delegados que son los
compañeros selectos del Ismâ‘îl, pero algunas bifurcaciones de los Batiníes
(los Druzíes o drusos) consideran de entre los nuqabâ’ a
seis de los Imames y a seis personas de entre el resto.
Según su
creencia, las normas divinas tienen un aspecto manifiesto y otro oculto, y
excepto el Imam o su sucesor nadie más conoce su aspecto oculto.
Se menciona en el
libro “Las Reglas de las Creencias de la Familia de Muhammad” que
hay aspectos ocultos de la Sharî‘ah que no conoce sino el Imam o quien
tiene su representación, y asimismo sucede con todo lo transmitido respecto a
la Resurrección, la congregación del Día del Juicio y otros temas, es decir,
todo ello constituyen ejemplos y signos que dirigen hacia aspectos ocultos. Por
ejemplo, el sentido del gusl (baño ritual) es renovar el pacto con el
Imam; el sentido oculto del ÿimâ‘ (acto sexual) es no encontrarse bajo
un pacto de fidelidad; el salât (rezo) es una súplica para el
Imam; el zakât (gravamen religioso obligatorio) es dirigir el
conocimiento hacia quien se purifica para el mismo y lo merece; el sawm
(ayuno) significa ocultar el conocimiento de la gente que se aferra a lo
aparente; el haÿÿ (peregrinación) significa procurar el
conocimiento; la Ka‘bah es el Profeta y la puerta de la misma es ‘Alî; As-Safâ
y Al-Marwah son el Profeta y ‘Alî respectivamente; los miqât[7] son el Imam; la talbiah[8] conforma la respuesta del que invoca
hacia sus estados ocultos; el tawâf (circunvalación a la Casa de
Dios, la Ka‘bah, siete veces) significa circunvalar en Muhammad hacia la
totalidad de los siete Imames; y asimismo otras extrañas creencias.[9]
De esta manera,
los Batiníes se valieron tanto del esoterismo en los pensamientos
islámicos, que se puede decir que dan una imagen contrapuesta al Islam. Por lo
tanto, no se los puede considerar tan fácilmente como una de las sectas de la Shî‘ah
Duodecimana.
[1] Ver: Qawâ‘id al-‘Aqâ’id, de Joÿah Nasir ad-Dîn At-Tûsî,
pp. 113-118.
[2] Firaq ash-Shî’ah, Husein ibn Mûsâ An-Naubajtî, p. 80.
[3] Tauhîd As-Sadûq, p. 336.
[4] Ver: Al-Fusûl Al-Mujtârah, del Sheij Al-Mufîd, p. 309.
[5] Bihâr al-Anwâr, de Al-Maÿlisî, t. 37, p. 13; Tas·hîh
al-I‘tiqâd, del Sheij Al-Mufîd, p. 67.
[6] Aquí no está incluido el Imam Al-Hasan (a.s.), que para
nosotros es el segundo Imam.
[7] Miqât: Emplazamiento: cada uno de
los cinco lugares que fueron designados por el Santo Profeta (s.a.w.) para
quien desea consagrarse peregrino vistiendo el Ihrâm, antes de
ingresar al Harâm Divino en La Meca.
[8] Talbiah: frase que se pronuncia para consagrarse peregrino.
[9] Qawâ‘id ‘Aqâ’id Âl-i Muhammad, p. 8, con resumen de las
expresiones.
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