PARTE X
Setenta Puntos Respecto al Generoso Corán (Lectura Libre)
Prólogo:
Setenta
Puntos Coránicos.
Preguntas:
Setenta Puntos Respecto al Generoso Corán (Lectura Libre)
Prólogo:
En las partes anteriores nos hemos familiarizado con los más
importantes temas de la historia y ciencias coránicas. El maestro experto en el
Corán Bahâ’uddîn Jorramshâhî, en una parte de su obra “Qor’ân Shenâjt”
(El Conocimiento del Corán) plantea ciento un puntos coránicos que en
general tienen relación con las Ciencias Coránicas y contienen valiosas y
benéficas informaciones en el terreno del conocimiento de este Libro Sagrado,
en las que podemos hallar sutilezas y detalles interesantes.
Puesto que en esta misma obra fueron desarrollados algunos de estos
puntos, mencionarlos sería repetir parte del contenido de este libro; por lo
tanto, en este décimo capítulo nos dedicamos a exponer setenta de los ciento un
puntos seleccionados del libro mencionado.
Cabe destacar que aunque en el orden de estos puntos hemos realizado
alteraciones, no obstante su contenido ha sido trasmitido textualmente y sin
ningún cambio.
Setenta
Puntos Coránicos.
1. Son denominadas “Ciencias Coránicas” a las ciencias que han sido
creadas con el fin de entender y hacer entender, conocer y hacer conocer al
Generoso Corán, en la forma más profunda y exacta posible. Estas materias
gradualmente a lo largo de la historia del Islam han sido incrementadas. Así
mismo algunas técnicas utilizadas para recitar el Corán correctamente como: taÿwîd
(reglas para la correcta recitación), tartîl (salmodio del Corán) y
la traducción, se encuentran entre ellas. El número y títulos de estas ciencias
y técnicas son:
(1) La historia del Corán. (2) La ciencia de rasm-ul jatt
‘uzmânî, es decir, la caligrafía otomana. (3) El conocimiento de las aleyas
mecanas y medinesas. (4) La ciencia de sha’n-un nuzûl (el motivo
u ocasión de la revelación). (5) La ciencia del conocimiento de lo “nâsij”
y “mansûj” (lo abrogado y abrogante). (6) La ciencia de “muhkam”
y “mutashâbih” (lo explícito y alegórico). (7) “Tahaddî”
(el desafío), i‘ÿâz (milagro) y la inalterabilidad del Corán. (8)
“Tafsîr” y “ta’wîl” (exégesis y hermenéutica). (9) “Qirâ’at”
(lectura), “Taÿwîd” (reglas para la correcta recitación) y tartîl
(recitación salmodiada del Corán). (10) La jurisprudencia del Corán o los
mandatos del Corán. (11) “I‘râb-al-Qur’ân” (la desinencia gramatical del
Corán). (12) “Qisas al-Qur’ân” (los relatos del Corán).
(13) “‘Ilmu garîbil Qur’ân” (La ciencia de los vocablos complejos del
Corán). (14) La ciencia o técnica de la traducción del Corán.[1]
2. El Generoso Corán es la última Revelación Divina en las religiones
monoteístas y las que surgieron después del Profeta Abraham (P), y es el Sagrado
Libro del Islam. Contiene exactamente las mismas palabras reveladas, sin ningún
cambio, agregado o sustracción; su compilación fue exacta y minuciosa, obra que
nunca fue realizada respecto a ningún otro de los Libros Celestiales
anteriores. Fue recopilado a partir de un ejemplar escrito durante la vida del
Profeta (BP), sólo que entonces su contenido no presentaba el aspecto de un
libro empastado. Esta recopilación y encuadernación se realizó en la época de
‘Uzmân entre el año décimo primero (año del fallecimiento del Profeta ‑BP-) y
trigésimo de la Hégira, cinco años antes de la muerte de ‘Uzmân.
3. Masâhif Imâm, o sea “los ejemplares matrices”,
es el nombre otorgado a los ejemplares otomanos. Éstos fueron cinco o seis, los
cuales fueron enviados a los grandes centros del mundo islámico, y cada uno iba
acompañado por un memorizador y experto del Corán (un ejemplar a La Meca, uno a
Medina[2],
uno a Basora, uno a Kufah, uno a Bahrein y otro a Siria).
4. Los ejemplares matrices permanecieron durante siglos. De este modo,
tres viajeros famosos del mundo islámico, es decir: Ibn Ÿubâir (f.614 d.H.),
Îâqut (f.626 d.H.) e Ibn Batûtah (f.779 d.H.) en sus propias
épocas vieron el ejemplar otomano que se encontraba guardado en la Gran
Mezquita de Damasco, lugar muy respetado y visitado por la gente.
Desafortunadamente este ejemplar fue destruido en un incendio sucedido en el
año 1310 d.H. Se dice que uno de los ejemplares matrices (otomano) actualmente
se guarda en Dârul Kutub Al-Misrîah (La Casa de Libros Egipcia) en el
Cairo, en un tamaño más grande que el empleado actualmente, y últimamente fue
restaurado por los expertos en este campo.
5. Cerca de dos tercios del Corán fue revelado en La Meca y poco más de
un tercio en Medina (Tâ’rîj Qur’ân, Râmîâr, p. 263). El número de las
aleyas mecanas es de 4468, y el de las medinesas es 1768 (Farhang Âmârî
Kalimât Qur’ân Karîm – Enciclopedia de Estadísticas de los Vocablos
del Noble Corán-, t.1, p.39).
6. Los relatos del Corán mayoritariamente tienen lugar en las suras mecanas
y los mandatos de la Sharî‘ah (ley islámica) mayoritariamente se hallan
en las suras medinesas.
7. Las historias de los Profetas fueron mencionadas en el Noble Corán
por partes. La historia de ningún profeta fue mencionada en forma completa en
ninguna sección de éste, a excepción de la historia de José (P) y sus hermanos,
que se encuentra en forma total en la sura décimo segunda del Corán.
8. El Noble Corán tuvo dos formas de revelación: una daf’î (de
una sola vez), y la otra tadrîÿî (gradualmente, durante 23 años). La
primera revelación del Corán fue realizada de una sola vez en Lailat-ul Qadr
(La Noche del Decreto) como un todo, desde el Lauh-ul Mahfûdh
(la Tabla Protegida) hacia Bait-ul ‘Izzah (La Casa de la
Grandeza) o Bait-ul Ma‘mûr (La Casa Edificada) (en el cuarto cielo) y
luego fue revelado en forma gradual y detallada a lo largo de veintitrés años (Bihâr
Al-Anwâr, t.18, p.253 y 254). Mul·lâ Muhsin Faîd Al-Kashânî,
define de la siguiente manera ambos descensos coránicos: “El primer descenso
fue el descenso del significado del Corán al corazón del Profeta (BP)... luego,
a lo largo de veinte (y tres) años, cada vez que el Arcángel Gabriel se le
aparecía, le transmitía el Mensaje y le recitaba el contenido de las aleyas;
las aleyas en forma gradual se revelaban en su lengua desde la profundidad de
su corazón (noveno prólogo de la obra Tafsîr As-Sâfî).
9. Registran que los escribas del Mensajero de Dios (BP) fueron hasta
cuarenta personas de entre los Compañeros instruidos. A continuación nombramos
a diez de ellos: (1 a 4) Los cuatro primeros Califas; (5) Ubaîî Ibn Ka’b; (6) Zaid
Ibn Zâbit; (7) Talhah; (8) Zubaîr; (9) Sa’d Ibn Abî
Waqâs; (10) Sâlim el sirviente de Abî Hudhaîfah.
10. Diez de los primeros memorizadores del Noble Corán de entre los
Compañeros del Profeta (BP) fueron: (1) ‘Alî Ibn Abî Tâlib; (2) ‘Uzmân;
(3) Ibn Mas‘ûd; (4) Ubaîî Ibn Ka‘b; (5) Zaîd Ibn Zâbit; (6) Abû Dardâ’;
(7) Sâlim el sirviente de Abî Hudhaîfah; (8) Ma‘âdh Ibn Ÿabal; (9) Abû Zaîd;
(10) Tamîm Ad-Dârî.
11. Zaîd Ibn Zâbit, que en la época de ‘Uzmân fue el jefe del
Comité de recopilación, ordenación y escritura final del Corán y preparación de
los ejemplares ‘uzmânî, por un lado fue escriba de la revelación y por
otro memorizador del Corán. Él, en la época de Abû Bakr y obedeciendo lo
ordenado por éste, preparó un ejemplar
completo a partir de los manuscritos de la revelación -que estaban sin
ordenar- legados por el Profeta (BP). Este ejemplar se encontró en poder de
‘Umar mientras estuvo en vida, heredándolo su hija Hafsah después
de su muerte, y fue el mismo ejemplar utilizado como base del trabajo realizado
en la época de ‘Uzmân.
12. El Noble Corán posee treinta partes (ÿuz’), cada una de
las cuales iguala en volumen a la otra. Es posible que el Profeta (BP)[3]
o sus sucesores hayan realizado esta división para facilitar la recitación
diaria. En el ejemplar formal utilizado hoy en día en el mundo islámico, es
decir el ejemplar de Medina escrito con la caligrafía de ‘Uzmân Ta Ha,
cada parte ocupa exactamente veinte páginas de quince renglones cada una.
13. Cada una de las treinta partes del Corán se divide en cuatro o dos
partes menores (hizb), y la totalidad del Corán posee
ciento veinte o sesenta hizb. Posiblemente esta división
sea para facilitar la recitación de éste en las reuniones funerarias.[4]
14. Cada cinco
aleyas son denominadas jums [خ=] y cada diez aleyas ‘ushr [=ع] y esto fue llamado tajmîs y
ta‘shîr. Estas divisiones son
indicadas en los márgenes del Corán.
15. Existe otra partición interna en el Corán llamada rukû‘ât. A
diferencia de las otras divisiones, rukû‘ât no tiene cantidad ni tamaño
igual ni determinado. En esta división los expertos del Corán llaman rukû‘
a cada parte formada por algunas aleyas con el mismo tópico y significado, y
consideran que esta parte se puede recitar luego de la Sura Al-Hamd
(1) en las oraciones y ya que después de esta recitación el orante hace rukû‘,
esta división es denominada rukû‘ y su plural rukû‘ât. El número
de rukû‘at del Corán, según la versión conocida es de 540.
16. El número de las aleyas coránicas según las más correctas narraciones
es de 6236 aleyas.
17. El número de los vocablos coránicos es de 77807.
18. El esplendoroso vocablo “Al·lah” ha sido empleado en el Corán
2699 veces.
19. Sab‘ At-Tuwal o tiwâl (las siete
suras más largas) son: desde la Sura Al-Baqarah (2) hasta At-Taûbah (9)[5]
a excepción de la Sura Al-Anfâl (8).
20. Mufassalât son sesenta y seis suras del Corán que
comienzan luego de la Sura Al-Huÿurât (49), es decir, desde la Sura Qâf (50)
hasta el final del Corán, añadiendo la Sura Al-Hamd (1) que se
encuentra en el comienzo del Corán. (Shenâjte Surehâîe Qur’ân –
Conocimiento de las Suras del Corán, p.47).
21. Hâmidât son las cinco suras que comienzan con “alhamdu
lil·lah” que son: Sura Al-Fâtihah (1), Sura Al-An‘âm (6), Sura Al-Kahf
(18), Sura Saba’ (34) y Sura Fâtir (35).
22. Musabbahât son los suras: Al-Isrâ’ (17), Al-Hadîd (57), Al-Hashr
(59), As-Saff (61), Al-Ÿum’ah (62)’, At-Tagâbun (64)
y Al-A’lâ (87).
23. Zahrâwân o zahrâweîn, es el nombre de dos
suras coránicas: Sura Al-Baqarah (2) y Sura Âli ‘Imrân (3).
24. Mu‘auwazateîn o Mu‘auwizateîn (la “w”
seguida por la vocal “a” o “i” –ambas pronunciaciones son correctas-) es el
nombre de las dos suras al final del Corán, es decir: Al-Falaq (113) (qul
a‘ûdhu bi Rabb-il falaq…) y An-Nâs (qul a‘ûdhu bi Rabb-in nâs…),
que fueron denominadas así porque el Enviado de Dios (BP) a través de su
recitación colocaba a sus nietos Hasan y Husaîn bajo el refugio
de Dios (ta‘wîdh).
25. Hurûf Muqatta‘ah (las letras aisladas) o fawâtih
as-sûar (las aperturas de las suras) se les llama a las letras como [الم] Alif
Lâm Mîm, [طسم] Tâ Sîn Mîm, [كهيعص] Kâf
Hâ’ Îâ’ ‘Aîn Sâd, que se leen en forma separada, y que consisten en
veintinueve letras que se encuentran en el comienzo de veintiocho suras
coránicas, todas éstas reveladas en La Meca a excepción de la Sura
Al-Baqarah (1) y Âli ‘Imrân (3), que fueron reveladas en Medina.
26. Algunos de los investigadores Shîas dijeron: “Si colocamos juntas las
letras separadas (dejando de lado las repetidas) podemos formar la frase: صراط على حق نمسكه - “Sirâtu
‘Alîin haqqun numsikuhu” (el camino de ‘Alî es el verdadero, y lo
seguimos) y algunos de los investigadores de la escuela Sunnah, quizás
respondiendo a ello, han dicho: صح طريقك مع السنة - “Sahha tarîquka
ma‘a-s sunnah” (es correcto tu camino junto a la sunnah).
27. La aleya coránica más breve de entre las letras
aisladas es “[طه] tâ hâ”
al comienzo de la Sura Tâ Hâ (20). También “[يس] îâ sîn” al comienzo de la Sura Îâ Sîn (36).
Debemos tener en cuenta que “[ق] qâf” al
comienzo de la Sura Qâf (50) y “[ن] nûn” al comienzo de la Sura Al-Qalam (68),
no se cuentan como una aleya independiente.[6]
Aparte de las letras aisladas, la aleya más breve del Generoso Corán es “mud·hâmmatâni”
(Sura Ar-Rahmân, 55:64) que significa: “verdinegros”. Y la
aleya más larga es la aleya de “tadâîun” [se deriva de la raíz daîn – préstamo] (referente a la necesidad de escribir un documento para préstamos: Sura
Al-Baqarah, 2:282. Esta aleya en el ejemplar caligrafiado por ‘Uzmân Tâ
Hâ ocupa toda una página de quince líneas (p. 48). Asimismo la sura más larga
del Corán es la Sura Al-Baqarah (en el ejemplar mencionado ocupa
cuarenta y ocho páginas), y la sura coránica más breve es la Sura Al-Kaûzar
(108) que sólo ocupa un renglón y medio.
28. Mi’ûn o Mi’în son las suras que contienen más de cien
aleyas y son: desde la Sura Îûnus (10) hasta la Sura Ash-Shu‘arâ’ (26) -a excepción de
las Suras Ibrâhîm (14), Ra‘d (13), Al-Hiÿr (15), Marîam
(19), An-Nûr (24) y Al-Furqân (25) que contienen menos de cien
aleyas- y añadiendo la Sura As-Sâffât (37), con la cual
suman once suras, y sus nombres son: Îûnus (10), Hûd (11), Îûsuf
(12), An-Nahl (16), Isrâ’
(17), Al-Kahf (18), Tâ Hâ (20), Al-‘Anbîâ’
(21), Al-Mu’minûn (23), Ash-Shu‘arâ’ (26), As-Sâffât (37). (Shenâjte
Surehâîe Qur’ân – Conocimiento de las Suras del Corán, p.46).
29. Mazânî, según la terminología de las Ciencias Coránicas, son
todas las suras desde An-Naml (27) hasta Al-Huÿurât (49), y el número de sus aleyas son menos de
cien -a excepción de la Sura As-Sâffât (37) que contiene ciento ochenta y dos
aleyas- más ocho suras más que están compuestas por menos de cien aleyas, que
son: Suras Al-Anfâl (8), Ar-Ra‘d (13), Ibrâhîm (14), Al-Hiÿr (15), Marîam
(19), Al-Haÿÿ (22), An-Nûr (24), Al-Furqân (25) (Shenâjte
Surehâîe Qur’ân – Conocimiento de las Suras del Corán, p. 46 a 47).
30. Existen dos aleyas en el Corán en las que han sido utilizadas todas
las letras del alfabeto, estas dos son:
1) Aleya 154 de la Sura Âli ‘Imrân (3), que comienza así:
﴿ ثُمَّ أَنزَلَ عَلَيْكُم مِّن بَعْدِ الْغَمِّ أَمَنَةً
نُّعَاساً يغْشى طَآئِفَةً مِّنكُم... ﴾
Zumma anzala
‘alaîkum min ba‘d-il gammi amanatan nu‘âsan îagshâ tâ’ifatan minkum…
«Luego, tras la aflicción, hizo que descendiera
seguridad sobre vosotros: Un sueño que envolvió a una parte de vosotros…»
2) Aleya 29 de la Sura Al-Fath (48):
﴿ مُّحَمَّدٌ
رَّسُولُ اللهِ وَ الَّذينَ مَعَهُ أَشِدَّآءُ عَلَى الْكُفَّارِ رُحَمَآءُ
بَيْنَهُمْ... ﴾
Muhammadun Rasûlul·lahi wal·ladhîna
ma‘ahu ashiddâ’u ‘alal kuffâri ruhamâ’u baînahum…
«Muhammad es el Mensajero de Al·lah, los
que están con él son severos con los incrédulos y compasivos entre sí…»
31. Existen dos aleyas coránicas en las que fue utilizado el arte de Qalb
Mustawî, es decir que si se lee del comienzo al final o viceversa es igual:
(1): كل في فلك -
“kul-lun fî falak” – Sura Îa Sîn 36:40; (2); ربك فكبر - “wa Rabbaka fa kabbir” -
Sura Al-Muddazzir 74:3.
32. El punto medio del Generoso Corán, es decir el vocablo a través del
cual el Corán se divide en dos partes es la expresión وَلْيَتَلَطَّفْ - “wal îatalattaf”
(Sura Kahf, 18:19).
33. Existen cuatro frases coránicas en cada una de las cuales existen
cuatro tashdîd (letras repetidas) seguidos (considerando las reglas de
recitación):
1. ﴿ نَسِيّاً رَّبُّ السَّمَاوَاتِ ﴾
Nasîîar-Rabbus-samâwat - (Marîam, 19:64 y 65).
2. ﴿ فِي بَحْرٍ لُّجِّيٍّ
يَّغْشَاهُ مَوْجٌ ﴾
Fi bahril-luÿÿîî-î-îagshâhu maûÿ -
(An-Nûr, 24:40).
3. ﴿ قَوْلاً مِّن رَّبٍّ رَّحِيمٍ ﴾
Qaûlam-mir-Rabbir-rahîm - (Îa Sîn, 36:58).
4. ﴿ وَلَقَدْ زَيَّنَّا السَّمَآءَ
الدُّنْيَا ﴾
Wa laqad zaîîannas-samâ’-ad-duniâ - (Al-Mulk, 67:5)
34. El tarÿî‘ (fragmentos que se repiten)
más mencionado en el Corán está en la Sura Ar-Rahmân (55), que treinta y
un veces repite:
﴿ فَبِأَيِّ ءَالآءِ رَبِّكُمَا تُكَذِّبَانِ ﴾
Fabi’aîî alâ’i Rabbikumâ tukadh-dhibân
«¿Cuál de las mercedes de vuestro Señor podréis
ambos (los hombres y los genios) negar?».
Es preferible luego de recitar esta aleya decir:
لا بشيء من آلائك ربّنا نكذب
“Lâ bi shaî’in min âlâ’ika Rabbanâ nukadh-dhibu” (No
desmentimos, Dios nuestro, ninguna de tus mercedes);
o:
ولا بشيء من نعمك ربّنا نكذب،
فلك الحمد
“Lâ bi shaî’in min ni‘amika Rabbanâ nukadh-dhibu, falakal Hamd” (No
desmentimos, Dios nuestro, ninguna de Tus gracias, y a ti pertenecen las
Alabanzas).
35. Existen otros dos tarÿî‘ en el Generoso Corán en la Sura
Al-Qamar (54) en la que la aleya:
﴿ فَكَيْفَ كَانَ عَذَابِي وَنُذُرِ ﴾
Fa kaîfa kâna ‘adhâbî wa nudhuri
«¡Y cómo fueron Mi castigo y Mi advertencia!».
se repite tres veces. Así también la aleya:
﴿ وَلَقَدْ يَسَّرْنَا الْقُرْءَانَ لِلذِّكْرِ فَهَلْ مِن
مُّدَّكِرٍ ﴾
Wa laqad îassarnal Qur’âna lidh-dhikri fa hal
mim muddakir
«Realmente hemos hecho el Corán fácil para
recordar. ¿Hay quien recapacite?».
se repite cuatro veces en esa misma sura.
36. Otro tarÿi‘ se encuentra en la Sura Al-Mursalât (77) en la
que la aleya:
﴿ وَيْلٌ يَوْمَئِذٍ لِلْمُكَذِّبِينَ ﴾
Waîluî îaûma’idhil lil mukadh-dhibîn
«¡Perdición ese día para los que negaron (la
verdad)!»,
la cual se repite diez veces.
37. Existen quince aleyas coránicas llamadas “aleyas de prosternación”
obligatoria o preferible. Cuatro de ellas son aleyas que luego de recitarlas se
debe hacer prosternación obligatoria, estas aleyas se encuentran en las suras: As-Saÿdah (32), Fussilat (41), An-Naÿm
(53) y Al-‘Alaq (96); estas suras son también denominadas “‘Azâ’îm”.
38. “Wa in îakâd”, es el comienzo de la penúltima aleya de la Sura
Al-Qalam (68:51 y 52).
Esta aleya con la subsiguiente es:
﴿ وَإِن يَكَادُ
الَّذِينَ كَفَرُوا لَيُزْلِقُونَكَ بِأَبْصَارِهِمْ لَمَّا سَمِعُوا الذِّكْرَ
وَيَقُولُونَ إِنَّهُ لَمَـجْنُونٌ * وَمَا هُوَ إِلاَّ ذِكْرٌ لِلْعَالَمِينَ ﴾
Wa in îakâdul·ladhîna kafarû laîuzliqûnaka
bi absârihim lammâ sami‘ûdh-dhikra wa îaqûlûna innahu lamaÿnûn · wa mâ
huwa il·la dhikrun lil ‘âlamîn
«Cerca estuvo que aquellos que se niegan a creer
te dañaran con sus miradas cuando oyeron el Recordatorio, y dicen:
“¡Ciertamente está loco!”. Sin embargo, no es más que un recordatorio para el Universo».
Los exegetas, respecto a la interpretación de esta aleya, han
argumentado que un grupo de los incrédulos fueron en busca de la gente del Clan
de Banî Asad –famosos por echar el mal de ojo y la brujería, y por los daños
que podían provocar a los seres humanos y animales- y los llevaron ante el
Profeta (BP) para que lo dañaran a través del maleficio. No obstante, la
protección Divina lo salvaguardó, entonces esta aleya fue revelada indicando
aquel suceso. Hasan Basrî y otros han afirmado que la recitación
de esta aleya, así como llevarla con uno es efectiva para prevenir el mal de
ojo. Así también a esta aleya la han escrito y puesto en colgantes, por lo que
mucha gente la cuelga del cuello de sus hijos para protegerlos de cualquier
mal. El famoso poeta Hâfidz (en paz descanse) dijo: “Estamos
presentes en una reunión de afecto, y los amigos se encuentran reunidos.
Reciten “wa in îakâdu”… y espárzanlo en el aire (o sea que a través
de este acto cierren las puertas para evitar la entrada de ajenos)”.
39. En el Generoso Corán han sido nombrados veinticinco de los grandes
Profetas Divinos y un comentario detallado o breve de sus convocatorias hacia
el monoteísmo y benevolencia. Estos Profetas son: (1) Âdam (Adán); (2) Ibrâhîm
(Abraham); (3) Idrîs (Enoc); (4) Is·hâq (Isaac); (5) Isrâ’îl [Îa‘qûb - Jacob]; (6) Ismâ‘îl (Ismael); (7)
Ilîâs (Elías); (8) Ilîasa‘ (Eliseo); (9) Aîûb (Job); (10) Dâwûd (David); (11)
Dhûl Kifl; (12) Zakarîâ (Zacarías); (13) Sulaîmân (Salomón); (14)
Shu‘aîb (Jetro); (15) Sâlih (Sale); (16) ‘Isâ (Jesús); (17) Lût
(Lot); (18) Muhammad (Muhammad); (19) Mûsâ (Moisés); (20) Nûh
(Noé); (21) Hârûn (Aarón); (22) Hûd (Heber); (23) Îahîâ (Juan); (24)
Îûsuf (José); (25) Îûnus (Jonás).
40. A‘lâm Qur’ân, es decir, las personalidades, lugares, pueblos,
ángeles, etc. nombrados por el Corán, que son: (1) hombres como: Dhul Qarnaîn, Shu‘aîb, Ibrâhîm, etc.; (2) mujeres como: María, las esposas de algunos
Profetas, Zulaîjâ, que el Corán llama así a la esposa del gobernador de
Egipto; (3) a veces estos nombres son nombres de lugares geográficos como: Misr
(Egipto), Madian, Makkah (La Meca) y Medina; (4) otras veces son nombres de
batallas o guerras, como Badr, Uhud (la palabra Uhud no es
mencionada explícitamente, sino que el suceso es detallado) y Hunaîn; (5)
estos nombres a veces son de tribus, tales como: ‘Arab, Âd, Iâ’ÿûÿ y Mâ’ÿûÿ;
(6) nombres de ángeles como: Ÿibrâ’îl (Gabriel), Mîkâ’îl (Miguel), Malik-ul
Maût (el Ángel de la Muerte), el Ángel del Infierno, Hârût y Mârût; (7) nombres
de dioses de la época de la incredulidad y de ídolos tales como: ‘Uzzâ,
Lât, Manât, Wad, Sawâ‘, Îa‘ûq; (8) los jefes de la incredulidad tales como: el
Faraón, Sâmirî, Qârûn; (9) entes invisibles de otra vida, como: el Paraíso, el
Infierno, Salsabîl (nombre de un río) y Kaûzar; (10) libros Celestiales tales
como: Az-Zabûr (Los Salmos), At-Taûrât (La Torá), Al-Inÿîl (Los
Evangelios) y Al-Qur’ân (El Corán).
41. ¿Acaso el Corán presenta altibajos en su elocuencia)? De entre
los sabios antiguos, el Imâm Muhammad Gazâlî responde afirmativamente
y en su libro Yawâhir-ul Qur’ân expone este tema.
42. Los siete recitadores que son en realidad los Imâmes de la Recitación
y expertos en este tema (muqrî) son: (1) ‘Abdul·lah Ibn ‘Âmir Dimashqî
(21-118 d.H.); (2) ‘Abdul·lah Ibn Kazîr Makkî (45-120 d.H.); (3) ‘Âsim
Ibn Abî An-Nuÿûd (76-128 d.H.); (4) Zabbân Ibn ‘Alâ’ = Abû ‘Amr Basrî (68-154 d.H.); (5) Hamzah Ibn Habîb
Kûfî (80-156 d.H.); (6) Nâfi‘ Ibn ‘Abdil·lah Madanî (70-169 d.H.); (7) ‘Alî Ibn
Hamzah Kisâ’î (119-189 d.H.).
43. Según el propio Corán (en la Sura Âli ‘Imrân, aleya 7) existen en él
aleyas alegóricas, es decir, aleyas y frases que ni pueden ni deben ser
entendidas en su sentido aparente y literal, como: “ar-rahmânu ‘alal
‘arshi-stawâ - «El Misericordioso, se situó
sobre el Trono».[7] Opuesto a mutashâbihât
(alegóricas) se encuentran las aleyas muhkamât (explícitas)
las cuales constituyen una gran parte del Corán y su definición se entiende por
su apariencia. Como:
﴿ وَالْوَالِدَاتُ يُرْضِعْنَ أَوْلاَدَهُنَّ حَوْلَيْنِ
كَامِلَيْنِ ﴾
Al-wâlidâtu iûrdi‘na awlâdahunna hawlaîni
kâmilaîn
«Las madres deberán amamantar a sus hijos durante
dos años completos»[8]
El número total de aleyas en el Sagrado Corán es de 6236, 200 de las
cuales son aleyas alegóricas. La interpretación de las aleyas alegóricas está
permitida e incluso necesaria; y es considerado un deber para los expertos y
aquellos que profundizan en el conocimiento y la fe. Al contrario, es
innecesario y prohibido interpretar (darle un significado diferente al de su
apariencia) las aleyas explícitas.
44. ¿Acaso únicamente Dios sabe el ta’wîl (la hermenéutica
precisa) del Corán? Este tema es muy discutido entre los sabios, exegetas y
expertos del Corán de ambas escuelas, el cual gira en torno a la aleya 7 del Sura
Âli ‘Imrân. Esta aleya, luego de afirmar que existen en el Corán aleyas
explícitas y alegóricas, y que los enfermos de corazón buscan siempre aleyas
alegóricas para interpretarlas según sus deseos, dice:
﴿ وَمَا يَعْلَمُ تَأْوِيلَهُ إِلاَّ اللّهُ وَالرَّاسِخُونَ فِي
الْعِلْمِ ﴾
Wa mâ îa‘lamu ta’wîlahu il·lal·lahu wa-r
râsijûna fil ‘ilm
«Y no conoce su interpretación más que Al·lah y
los Imbuidos en la ciencia».
Esta frase, desde el punto de vista de la sintaxis y elocuencia, puede
recitarse de dos formas:
(A) Haciendo una pausa luego del término “Al·lah”, lo cual
acepta la mayoría de los sabios de la Escuela Sunnah, excepto algunas
personalidades como: Zamajsharî, Qâdî ‘Abdul Ÿabbâr Hamdânî, Abû
As-Sa‘ûd ‘Imâdî, Al-Âlûsî, Qâdî Baîdâwî y grandes lingüistas como
Nahhâs, Akbarî y Mahmûd As-Sâfî.
(B) La recitación de ‘atf (conjuntiva), es decir, la
expresión «y los Imbuidos en la
ciencia» se encuentra
sintácticamente enlazada al vocablo “Al·lah” con el término que le
sigue. Esta opinión pertenece a una gran mayoría de la Escuela Shî‘ah y grandes
personalidades de la escuela Sunnah nombradas en el punto (A). Evidentemente,
por varias razones ésta es la mejor recitación, ya que Dios está alabando a los
que profundizan en el conocimiento e ignorar el ta’wîl del Corán no es
un elogio. Por otro lado, si nadie más que Dios supiera el significado de las
aleyas alegóricas del Corán, este Libro Sagrado se asemejaría a un enigma, lo
cual estaría en oposición a los propósitos de Quien lo reveló, que es Dios. De
ninguna forma podemos decir que el Profeta (BP) y los Inmaculados Imâmes (P) no
conocen el significado del Corán. Entonces, respondiendo a la pregunta
planteada al principio decimos que, “los imbuidos en el conocimiento”, en
primer lugar son el Profeta (BP) y los Infalibles Imâmes (quienes han dicho: “nahnu
ar-râsijûna fil ‘ilmi fa nahnu na‘lamu ta‘wîlahu” – Nosotros
somos los imbuidos en el conocimiento, por lo tanto conocemos su interpretación),
y en segundo lugar los sabios conocedores de la literatura árabe y los expertos
en el Corán, quienes tienen conocimiento de los significados de las aleyas
alegóricas del Corán y la capacidad de interpretarlas.
45. El Generoso Corán ha sido escrito e impreso en diversos tamaños y
formas. De entre los más conocidos calígrafos antiguos del Corán están: Ibn
Maqlah (el inventor de la letra zulz), Ibn Bawwâb y Îâqût Musta‘simî,
y entre los contemporáneos el más famoso es Ahmad Naîrizî. En el
mundo islámico uno de los calígrafos contemporáneos más famosos es Hamid
Al-Âmidî, el talentoso calígrafo turco; y otro es ‘Uzmân Tâ Hâ, un
talentoso calígrafo sirio. Asimismo el Corán ha sido impreso en diferentes
tamaños, entre ellos todo el Corán en una página que únicamente es posible
leerse utilizando una lupa; así también ha sido impreso en papel muy delgado,
en páginas de un centímetro por dos. De igual forma el Corán ha sido impreso en
hojas de cien por cincuenta centímetros. Uno de estos ejemplares fue escrito
por Bâîsinqur Mîrzâ (802-838 d.H.) que fue un talentoso príncipe de la
Dinastía Taîmûrî (los Timuríes), escrito con letra muhaqiq y
quizás pueda ser denominado el Corán más artístico por su escritura. Este Corán
durante largo tiempo fue guardado en la Ciudad de Shirâz en un lugar llamado
“Darvâzeh Qur’ân Shirâz” (La Puerta del Corán de Shirâz),
luego un grupo de irresponsables e incultos, desglosaron sus hojas y a causa de
la codicia cada una de sus páginas fue dispersada en un lugar diferente. Hoy
día la mayor parte de sus hojas están en exhibición en los museos más famosos
del mundo.
46. La primera impresión importante del Corán fue la realizada por
Paganini en Venecia entre los años 1503 y 1523 d.C. Otras impresiones
importantes del Corán fueron: la impresión de Abraham Henkelman en 1694 d.C.
(en Hamburgo); la impresión de Flögel en 1834 d.C (Leipzig); la impresión de
San Petersburgo que fue la primera impresión realizada para los musulmanes en
1787 d.C.; la impresión de Tabriz (Irán) en 1242 o 1244 d.H. (aprox. 182 d.C.).
La primera corrección e impresión científica del Corán en el mundo islámico fue
el ejemplar de El Cairo realizada en el año 1343 d.H. (1923 d.C.) bajo la
dirección de los maestros de Al-Azhar y respaldado por el Rey Fuad I.
Este ejemplar fue documentado en los más aceptados manuscritos del Corán y
tiene una lectura específica que concuerda con la narración de Hafs
del recitador ‘Âsim. El ejemplar de Medina, que hoy día es considerado
el ejemplar universal y formal del mundo islámico, se basa en el ejemplar de El
Cairo y fue escrito por ‘Uzmân Tâ Hâ el experto calígrafo sirio.
47. Traducción al persa: La más antigua traducción del Corán fue
realizada cuando el Profeta (BP) se encontraba aún en vida, ya que sus cartas a
los grandes reyes de esa época, tales como el Negus, Maqauqas y Josrou Parviz
(Cosroes) contenía aleyas coránicas y naturalmente se les hacía llegar
traducciones de las cartas y las aleyas que contenían. El Profeta (BP) estaba al tanto de este acto, y nunca
objetó al mismo. Así también un grupo de persas solicitó a Salman que tradujera
la Sura Al-Fâtihah
(1) y otras aleyas
coránicas, y así lo hizo. En los siglos subsiguientes los persas fueron el
primer pueblo musulmán que tradujo el Corán a su lengua natal. La traducción
hecha por Tabarî en su obra de exégesis realizada en el año 345 d.H. era
considerada la más antigua traducción persa, hasta que el Dr. ‘Alî Rabâqî
descubrió la traducción de Quds la cuál corrigió, y así fue como se supo que la
traducción de Quds fue realizada antes que la de Tabarî, la cual
perteneció a los años 250 a 350 d.H.
48. Traducción al turco: La traducción al turco más antigua del Corán fue
realizada en el año 734 d.H., y actualmente se guarda en los museos de arte
islámico en Estambul, Turquía.
49. Traducción al urdu: La primera traducción del Corán a la lengua urdu
fue realizada por Maûlânâ Shâh Rafî’ Ad-Dîn Dahlawî (1190 d.H.); no obstante
posterior a esta fecha, el pueblo que ha dominado esta lengua a lo largo de
cuatro siglos, ha realizado grandes obras tanto en la traducción como en la
interpretación del Corán. Los catálogos que presentan las obras coránicas
impresas en este idioma, ofrecen más de mil obras.
50. Traducción al latín: La primera traducción al latín fue realizada por
Robert de Ketton (Robertus Ketenensis) en el año 1143 d.H. que siglos después
obtuvo el permiso de impresión por medio de Martín Lutero.
51. Traducción al inglés: El Corán ha sido traducido al inglés más que a
cualquier otra lengua europea. Hoy día existen más de cuarenta traducciones
completas y más de ciento veinte partes traducidas seleccionadas del Corán en
esta lengua. La primera traducción completa al inglés fue realizada por
Alexander Ross, basándose en la traducción francesa realizada en el año 1648
d.C. De entre las personalidades no-musulmanas, la traducción de Artur Arberry
es una traducción privilegiada, y entre los musulmanes la traducción de
Pickthall y ‘Abdul·lah Îûsuf ‘Alî.
52. Traducción al francés: Las mejores traducciones francesas del Corán
son las realizadas por Kasimirski y Blachere.
53 Traducción al alemán: Las mejores traducciones en esta lengua son las
de Ullmann, Henning y
últimamente la realizada por Rudi Paret que contiene explicaciones.
54. Traducción al ruso: La mejor traducción rusa del Corán es la de Kratchkovski y otra impresa en el
año de 1995 d.C. realizada por el Profesor Uzmanov.
55. El primer exegeta del Corán fue el Enviado de Dios (BP) y un ejemplo
de sus interpretaciones ordenadas en suras ha sido trasmitido en la obra Al-Itqân
por el sabio Suîûtî. Asimismo existen muchas narraciones proféticas que
dilucidan las aleyas coránicas que son denominadas “las narraciones
exegéticas”.
56. El más famoso intérprete y experto del Corán en la comunidad islámica
en sus comienzos, luego del Profeta (BP), fue Imâm ‘Alî ibn Abî Tâlib
(P), quien juró: “Si quisiera interpretar la Sura Al-Hamd (1)
podría hacerlo y su escrito ocuparía setenta cargas de camellos”. Así mismo
él fue uno de los que memorizó este Libro Divino y uno de los principales
escribas que reunió todas las hojas separadas del Corán luego del fallecimiento
del Profeta (BP); no obstante este Corán fue rechazado ya que contenía
interpretaciones, como por ejemplo, el nombre de los hipócritas a los cuales
criticaba el Corán sin nombrarlos; así también estaba dispuesto con el orden en
que fue revelado. El Imâm ‘Alî (P) se apenó por ello, pero luego de ver el
trabajo realizado por un comité liderado por Zaîd Ibn Zâbit, su
cuidado y exactitud en la recopilación del ejemplar principal, lo aceptó y
dijo: “Si yo hubiera estado en el lugar de ‘Uzmân, habría hecho lo mismo en
cuanto a la recopilación y ordenación del Corán”.
57. Luego del Enviado de Dios (BP) y el Imâm ‘Alî (P), Ibn ‘Abbâs
(‘Abdul·lah Ibn ‘Abbâs), el gran Compañero del Profeta y alumno del Imâm ‘Alî
(P), fue el más distinguido experto en el Corán en los inicios del Islam. Sus
dichos interpretando el Corán fueron expuestos en la obra Tafsîr At-Tabarî
y últimamente fueron presentados como una obra en forma independiente por Fîrûz
Âbâdî (el autor de Al-Qâmûs), titulado Tanwîr-ul Miqbâs fi Tafsîr Ibn
‘Abbâs.
58. Luego de Ibn ‘Abbâs, su gran alumno Muÿâhid fue un gran intérprete
del Corán. Dicen que por lo menos treinta veces repasó el Corán y su
interpretación ante Ibn ‘Abbâs. Según una versión él fue también alumno de Imâm
‘Alî (P). Sus interpretaciones coránicas fueron impresas en estos últimos
tiempos en dos tomos.
59. La exégesis más antigua e importante del mundo islámico es la obra Tafsîr
At-Tabarî, del gran historiador y narrador de dichos
proféticos iraní (f.310 d.H.). Esta obra es conocida como Ÿâmi’ul Baîân y
está formada por treinta tomos. Además, esta interpretación se considera en el
mundo islámico como la más antigua e importante obra de exégesis basada en las
tradiciones o hadices (tafsîr naqlî o ma’zûr).
60. Las obras de exégesis más antiguas de la Escuela Shî’ah son: Tafsîr
‘Alî Ibn Ibrâhîm Qomî impresa en dos tomos, y la otra Tafsîr Furât Kufî.
Qomî y Kufî son dos personalidades que pertenecen a los finales del siglo III y
comienzos de IV d.H.
61. El libro más antiguo de exégesis en lengua persa de la Escuela Shî’ah
Imamîiah es el Tafsîr de Abûl Futûh Râzî (f. en la primera
mitad del siglo VI d.H.), titulado Rawdul Ÿinân wa Rawhul
Ÿinân. Esta obra está impresa en veinte tomos. Las primeras impresiones
fueron realizadas por ‘Al·lamah Qazvînî, los fallecidos Qomshe’î y
Sha‘rânî, y últimamente por el Dr. Muhammad Ÿa’far Îâhiqî y el Dr. Mahdî Nâsih.
62. El más antiguo Tafsîr místico en lengua persa, es el Tafsîr
Kashf-ul Asrâr wa ‘Uddat-ul Abrâr, obra de Rashîd-ud Dîn Abûl Fadl
Maibudî (f.520 d.H.), basada en la obra de exégesis Al-Amâlî de Joÿeh
‘Abdul·lah Ansârî.
63. La obra más importante de exégesis de la escuela Mu‘tazilî,
es el Tafsîr Al-Kash·shâf de Az-Zamajsharî (f.538 d.H.)
64. La obra más importante de exégesis de tenor teológico (tafsîr
kalâmî) en el mundo islámico de la escuela Ash‘arî es el Tafsîr
Al-Kabîr del Imâm Fajr Ar-Râzî (f. 606 d.H.) constituido por más de
treinta tomos.
65. La más completa exégesis antigua de la escuela Shî’ah, es la
obra Maÿma‘ul Baîân presentada en diez tomos, escrita por Abû ‘Alî
Amîn-ul Islâm Fadl Ibn Hasan Tabarsî (f.548 d.H.), en
idioma árabe, también traducido al persa.
66. La obra de exégeis más importante de la escuela Shî’ah, del
siglo XIV d.H., es el Tafsîr Al-Mizân escrito por el fallecido
‘Al·lâmah Tabâtabâ’î (f.1403 d.H.-1982 d.C.), impreso en veinte
tomos en lengua árabe y ya traducido al persa.
67. El libro de interpretación coránica más reciente e importante del
mundo islámico (Escuela Sunnah) es At-Tafsîr-ul Munîr, escrito por el
maestro Wahabah Zuhailî en idioma árabe (treinta y dos tomos
encuadernados en dieciséis volúmenes, e impresos en el año 1411 d.H.- 1991
d.C.). El Dr. Zuhailî es jurisconsulto y profesor de fiqh
(jurisprudencia religiosa) en la mayoría de las universidades de Siria, así
como en las del mundo islámico. Cabe recordar que esta obra unos años atrás fue
elegida como “el libro del año” por la República Islámica de Irán.
68. “El milagro numérico del Generoso Corán”, es una de las nuevas especialidades
de las Ciencias Coránicas que se dedica a demostrar el milagroso orden
matemático de este Libro Sagrado. El Dr. Rashâd Jalîfah, originario de Egipto y
profesor en computación en las universidades de los Estados Unidos de América,
fue quien por primera vez planteó esta cuestión y asombró al mundo entero. Él
expuso la teoría del número diecinueve en el Corán y dijo: “Bismil·lah Ar-Rahmân
Ar-Rahîm” contiene diecinueve letras (en árabe) y el término “ism”
(nombre) es empleado en el Corán diecinueve veces; el bendito término “Al·lah”
fue utilizado 2698 veces y esta cifra es un múltiplo del número diecinueve, es
decir: 142 x 19. El término “Ar-Rahmân” fue utilizado 57 veces (3
x 19); “Ar-Rahîm” fue utilizado 114 veces (6 x 19). No obstante
su teoría causó inquietudes en dos aspectos: en primer lugar el que el número
diecinueve es el número de los ángeles guardianes del Infierno (عَلَيْهَا تِسْعَةَ عَشَرَ - ‘alaîha tis‘ata ‘ashar
= «Y sobre ella diecinueve»)[9]. Esto no
provoca consecuencias, pero debido a que el número diecinueve es el número
sagrado de las dos tendencias Babismo y Bahaísmo, es decir “hurûf haî”,
o los discípulos cercanos al “Bab”, esta teoría enfureció al resto de los
musulmanes y los disturbios finalizaron con el asesinato de Rashâd Jalîfah.
Otra objeción a su hipótesis era que en algunos casos se observó la
manipulación de estos números. El Dr. Mahmûd Ruhânî, uno de los
más grandes expertos del Corán en Irán y autor de uno de los más exactos
diccionarios e índices estadísticos del Corán (titulado Farhang Âmârî
Kalemâte Qur’ân Karîm – Al-Mu‘ÿam-ul Ihsâ’i li Alfâzhil Qur’ân-il Karîm,
que consta de tres tomos y fue impreso en Mash·shad - Irán, por la
Editorial de Âstâne Qudse Redawî), realizó un nuevo y exacto estudio en
cuanto a la estadística del término “Al·lah” en el Corán y
categóricamente afirma el número 2699 que contiene un número más que la
estadística presentada por Rashâd Jalîfah, y dos números de diferencia con el
famoso diccionario Al-Mu’ÿam-ul Mufahras de Muhammad Fu’âd ‘Abdul
Bâqî.
69. Otros han seguido el camino que abrió Rashâd Jalîfah. De entre ellos
podemos nombrar a ‘Abdur Razzâq Naufil, de entre los expertos del Corán
de la Escuela Sunnah, y Abû Zahra’ An- Naÿdî, de entre los expertos del
Corán de la Escuela Shî‘ah. Ellos llegaron a concordancias matemáticas
interesantes. El libro de ‘Abdur Razzâq Naufil, se titula A‘ÿâz
‘Adadî dar Qur’ân-e Karîm – El Milagro Numérico en el Generoso Corán
- y fue traducido al persa por el experto del Corán contemporáneo Mustafâ
Husaîn Tabâtabâ’î. A continuación exponemos algunas de las
estadísticas y asombrosas cifras de la obra mencionada:
·
El término “dunîâ” (la vida mundanal) es
utilizado 115 veces en el Generoso Corán, y el término “âjirah” (la otra
vida) es empleado el mismo número de veces.
·
“Shaîâtîn” (los demonios) 68
veces y “malâikah” (los ángeles) el mismo número de veces.
·
“Haîât” (vida) 71 veces y
así mismo “al-maût” (la muerte).
·
“‘Ilm” y “ma’rifah”
(ciencia y conocimiento) junto a sus derivaciones, son empleados 811 veces. “Imân”
(fe) y sus derivaciones son utilizados el mismo número de veces.
·
“Iblîs” (Satanás), 11 veces y ampararse en Dios de
él, el mismo número de veces.
·
El término “îaûm” (día) en forma singular
es utilizado 365 veces que concuerda con los días del año (solar), y en forma
dual o plural ha sido utilizado 30 veces, que concuerda con los días del mes.
·
El término “shahr” (mes) es utilizado 12 veces
en el Corán que concuerda con los meses del año.
70. El libro del Dr. Abû Zahrâ’ An-Naÿdî, investigador del Corán
de la Escuela Shî‘ah, titulado Al-A‘ÿâz-ul Balâgî wal ‘Adadî lil
Qur’ân-il Karîm en idioma árabe, desde el punto de vista de las maravillas
matemáticas, no llega al grado de las obras de Rashâd Jalîfah y ‘Abdur Razzâq
Naufil. No obstante, tiene algunas sutilezas coránicas que él descubrió. A
continuación transmitimos algunas de ellas:
·
“As-Sâ’ah” (la hora) es
utilizado en el Corán 24 veces, que concuerda con el número de las horas de un
día completo.
·
“Samâwât As-sab‘” o “sab‘a samâwât”
(los siete cielos) es utilizado 7 veces en el Corán.
·
“Saÿdah” (prosternación) y
sus derivados es empleado en el Corán 34 veces, que concuerda con el número de
prosternaciones realizadas por un musulmán durante los 17 ciclos en sus
oraciones diarias, o sea dos prosternaciones en cada ciclo.
·
Los términos “salât” “qîâm” “aqîmû”
y sus derivados son empleados 51 veces en el Corán, lo cual concuerda con 17
ciclos en las oraciones obligatorias, más 34 ciclos de las oraciones
preferibles diarias.
·
Las derivaciones de “wasî” (el
legado, la sucesión) son utilizadas 12 veces en el Corán que concuerda con el
número de los vicarios de Dios (los sucesores del Profeta, que son los doce
Imâmes Infalibles).
·
El término “shî’ah” y sus derivaciones 12
veces.
Cabe destacar que estas investigaciones tienen un aspecto informal y
de esparcimiento, y no gozan de una posición científica importante.
Preguntas:
1.
¿Qué significa la división de suras en “ruku‘ât”
y en qué se basa?
2.
Nombre cinco clasificaciones en cuanto a A‘lâm
Qur’ân, es decir, las
personalidades, lugares, pueblos, ángeles, etc. nombradas por el Corán.
3.
¿Cuáles suras son denominadas: zahrawaîn,
mu‘auwizataîn, hâmidât y musabbahât?
4.
Mencione las mejores traducciones del Corán en
inglés, francés y alemán.
5.
Escriba las suras que contienen tarÿî‘ (fragmentos
que se repiten) y mencione las frases repetidas en ellas.
6.
Mencione la obra más antigua de exégesis en
lengua árabe y persa, de la Escuela Shî‘ah.
7.
Mencione las obras de exégesis contemporáneas más
importantes de entre las obras correspondientes a la Escuela Sunnah y Shî‘ah.
8.
Mencione un ejemplo de exégesis naqlî
(basada en tradiciones), mística y teológica-dogmática.
9.
¿Quiénes fueron los mejores expertos del Corán
luego del Profeta (BP)?
10.
¿Qué sabe respecto al milagro numérico del Corán?
Dé una explicación.
[1] Hoy día, con una nueva clasificación
creada por los expertos contemporáneos, estos términos no son usuales. Recurrir
al primer capítulo de la presente obra.
[2] Debido a que la encuadernación de estos
ejemplares tuvo lugar en Medina, en el centro del califato islámico, la
expresión “enviar a Medina” no es correcta, ya que el ejemplar original se
guardaba en esta ciudad.
[3] No tenemos ninguna prueba para asegurar
que esta división fue realizada por parte del Profeta (BP).
[4] La otra probabilidad es para facilitar la
memorización del Corán.
[5] No han considerado a la Sura At-Taûbah entre las siete
suras más largas, sino que la séptima sura, según algunos, es la Sura Îûnûs
y según otros la Sura Al-Kahf. (Recurrir a: Al-Itqân, t.1,
p.199).
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