Por Naÿmuddîn Tabasî
Traducido del persa por: Sumeia Younes .Asamblea Mundial de Ahl-ul Bait (a.s.)
Primera Sección
Perspectiva del mundo antes del Advenimiento del Mahdî (a.ÿ.)
Primer Capítulo: El Gobierno.
A) Despotismo de los gobiernos.
B) Composición de los gobiernos.
C) Influencia de las mujeres en los gobiernos.
D) El gobierno de los niños.
E) Inestabilidad de los gobiernos.
F) Incapacidad de los poderes gobernantes para administrar los países.
Un panorama sobre
El Gobierno del Mahdî (a.ÿ.)
La región de Shûsh Dâniâl[1] acababa
de ser liberada de las garras de los profanos baazistas y la gente poco a poco regresaba
a la ciudad. En
esa oportunidad, yo, que había tenido el honor de hallarme junto a un grupo de los apreciados combatientes,
impartía clases sobre el Imam de la Época -que Al·lâh apresure su Manifestación-
en la Mezquita
Principal (Masÿid Ÿâmi‘) de aquella ciudad histórica,
basándome en el libro Bihâr al-Anwâr, de ‘Al·lâmah Al-Maÿlisî.
En ese entonces me
percaté de que aún cuando se habían tratado diversas temáticas sobre el Imam Al-Mahdî
(a.ÿ.) como el secreto de su larga vida, la razón de su ocultación, los
factores de la Manifestación ,
etc., no se habían realizado investigaciones y estudios apropiados sobre la
forma en que se llevará a cabo el Levantamiento, y el sistema y método de gobierno
del Mahdî. Por ello me propuse investigar en este terreno, quizás así podría
encontrar respuestas para las preguntas que más o menos se plantea la mayoría
de la gente.
Uno de los interrogantes
que más ocupa la mente de las personas es, ¿cómo suprimirá el Imam (a.ÿ.) los diferentes
regimenes políticos -poseedores de pensamientos y poderíos diferentes- para
conformar un único régimen mundial?
¿Cómo será ese sistema y programa de gobierno
del Mahdî por medio del cual se erradicará la opresión y la injusticia del
mundo, y ya no habrá corrupción ni hambre?
Esta idea me llevó
cuatro años de investigación y estudio en el tema en cuestión, y el resultado, es
este libro que tienen ante ustedes.
En la primera sección
de esta obra se analiza la situación del mundo antes de la Manifestación del
Imam (a.ÿ.) -el cual estará repleto de guerras, matanzas, destrucción, sequías,
muerte, enfermedades, opresión, injusticia, inseguridad y trasgresión-, y se
concluye que la gente en ese entonces estará desesperanzada de las diferentes doctrinas,
escuelas de pensamiento y gobiernos -cada uno de los cuales alegará observar los derechos humanos y bogar
por la felicidad y salvación del ser humano-; la gente no tendrá esperanza de
que la caótica situación del mundo mejore, y estará a la espera de un Reformador
que sea su salvador.
La segunda sección del libro trata sobre la
forma del Levantamiento y Revolución mundial de Hadrat Al-Mahdî
(a.ÿ.), un movimiento que comenzará junto a la Ka ‘bah, anunciado por el Mahdî. Sus verdaderos compañeros
y seguidores se le unirán desde todo el orbe. Se conformará el Cuartel General de
Comandancia; los ejércitos se organizarán y los comandantes serán designados,
comenzando las operaciones a un vasto nivel.
El Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) se manifestará y se ocupará
de desarraigar la opresión y la injusticia de la sociedad, lo cual no estará
limitado a los territorios del Hiÿâz, Oriente Medio y Asia, sino
que tendrá la amplitud de todo el planeta Tierra.
Reformar tal sociedad, repleta de opresión e injusticia,
será una tarea bastante difícil, y el que alegue poder hacer ello -en realidad-
estará alegando la realización de un gran milagro, el cual efectivamente será
concretado por él.
La tercera sección
del libro hace referencia al gobierno del último Imam (a.ÿ.). Para administrar
un mundo salvado de la opresión y la corrupción, y asimismo, para concretar la soberanía
del Islam, él conformará un Estado fuerte y eficiente de compañeros capaces de
su época y de grandes personalidades de la historia, entre los Salaf as-Sâlih
(las antiguas generaciones de personas rectas), como Jesús (a.s.), Salmân al-Fârsî,
Mâlik al-Ashtar, etc. Si bien no se puede ignorar el papel que éstos desempeñaron
en el derrocamiento de los gobiernos tiranos, su rol principal será la construcción
y reforma del mundo durante el gobierno mundial de Hadrat
Al-Mahdî (a.ÿ.).
Lo que mencioné
brevemente en este prefacio ha sido volcado en el presente volumen en forma
detallada y documentada, tras valerme de decenas de libros
-shias y sunnis- y analizar cientos de narraciones.
Espero que este libro, que esboza un panorama
-si bien difuso- de la sociedad islámica tras la Manifestación del Justiciero
de la Familia de Muhammad
(s.a.w.), sea aceptado por el Imam de la Época (a.ÿ.) y de provecho para los
musulmanes del mundo y de los que de verdad esperan al Imam Al-Mahdî (a.ÿ.), preparándolos
para disponer el terreno para su Manifestación.
Pido a Dios
Todopoderoso que resucite junto a los profetas e inmaculados al gran Marÿa‘ y
sabio referencial de la religión, el Imam Jomeinî (r.a.) -quien nos dio una
muestra en Irán del gobierno del Mahdî (a.ÿ.)-, y que otorgue el éxito a los
servidores de Ahl-ul Bait y al país de Ahl-ul Bait, asistiéndoles
en la protección de esta Umm al-Qurâ o “madre de ciudades” del Islam.
Seguidamente es menester señalar algunos
puntos:
1. No alego haber expuesto
en este libro un tema inédito, puesto que las narraciones que se encuentran en
el mismo fueron compiladas por los sabios antiguos quienes en algunos casos
también extrajeron algunas conclusiones; pero la particularidad con la que
cuenta esta obra, es que me he esforzado, alejándome de terminologías específicas
y controversias religiosas, en exponer los temas en un formato nuevo, simple y apropiado
para el entendimiento del común de la gente.
2. Las conclusiones
obtenidas de las narraciones y que no fueron remitidas a ninguna fuente,
representan mis propias opiniones personales. Así, es posible que, con más
minuciosidad y una mayor investigación y comparación de las narraciones unas
con otras, se deduzcan cuestiones diferentes.
3. Asimismo, no
alego que todas las narraciones en las que me basé en este libro sean correctas
e incuestionables, sino que me he esforzado por transmitir lo que narradores de
hadices y autores acreditados citaron en sus libros. Asimismo, a excepción de algunos
casos, no se ha tratado el tema de la cadena de
transmisión de las narraciones, puesto que mi propósito no
era corroborarlas o negarlas. Además de que en muchos casos alcanzamos la
certeza de su emisión por medio del tawâtur iÿmâlî o transmisión del
sentido general de la narración mediante numerosas vías inconexas,
especialmente en lo que concierne a las narraciones que han llegado a través de
Ahl-ul Bait (a.s.).
4. Las narraciones
que se encuentran en esta obra fueron recopiladas antes de la escritura y
compilación del libro Mu‘ÿam Ahâdîz al-Imâm al-Mahdî (a.ÿ.).[2] Así, remito a quienes deseen investigar más en este terreno, al
mencionado libro que, gracias a Dios, pude compilar, escribir y publicar
después del presente volumen.
5. En muchas
narraciones los vocablos As-Sâ‘ah (la Hora ) y Al-Qiâmah (el Día del Juicio),
fueron interpretados como “la
Manifestación de Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.)”. A
ello se debe que las narraciones transmitidas bajo el tema de las condiciones o
señales de la Hora
(As-Sâ‘ah) y del Día del Juicio (Al-Qiâmah), hayan sido citadas en
este libro bajo el título de “las señales de la Manifestación ”.
6. Si bien he
tratado de esclarecerlos, hay algunos temas de este libro que necesitan de una
mayor investigación. Espero, con la ayuda y asistencia divina, llegar a publicar
futuras ediciones más investigadas.
Por último, y aplicando la pauta de “man lâ
iashkur al-majlûq lam iashkur al-jâliq” (“Quien no agradece a las
criaturas no agradece al Creador”), es necesario que exprese mis
agradecimientos y gratitud a mis hermanos y amigos, especialmente a mis dos
honorables hermanos, Huÿaÿ al-Islâm Muhammad Ÿawuâd y Muhammad
Ÿa‘far Tabasî, por sus orientaciones, y a Huÿaÿ al-Islâm ‘Alî
Rafi‘î y Saîid Muhammad Husainî Shâhrûdî, por transcribir y ordenar
los temas del libro.-
Naÿmuddîn Tabasî
Qom – 1994
Cuando nos encontramos en la luz, es cuando
menos conscientes estamos de su valor, y es al encontrarnos en las tinieblas y
la oscuridad que nos percatamos de su real valía.
Solemos prestar muy poca atención al sol que
ilumina el mundo brillando en el firmamento, pero cuando se dispone detrás de
las nubes, y por un tiempo priva de
su luz y calor a los seres vivientes, he ahí que nos volvemos
conscientes de su valor.
Sentiremos la necesidad de la Manifestación del
sol de la Wilâiah
o Potestad del Imam (a.ÿ.), cuando nos informemos de las circunstancias y
situaciones caóticas que reinarán antes de su advenimiento, y percibamos las
difíciles condiciones anímicas de tal época.
Lo que veremos a continuación, es un esbozo
general de las condiciones de esa época -inferido de las narraciones-:
Previo al Advenimiento del Imam de la Época -que
Al·lâh apresure su Manifestación- la sedición, los disturbios, el caos, el
desconcierto, la anarquía, la inseguridad, la opresión, la tiranía, las
desigualdades, la extorsión, las muertes y asesinatos y las transgresiones,
abarcarán todos los sitios de la
Tierra , llenándose ésta de opresión e injusticia.
Comenzarán guerras sangrientas entre las
naciones y países del mundo, y la
Tierra estará atiborrada de muertos. Los asesinatos injustos
serán tantos que no se encontrará ninguna casa o familia que no haya perdido a
uno o más de sus seres queridos. Hombres y jóvenes morirán por efecto de las
guerras, al punto que, de cada tres personas, dos serán matadas.
La seguridad económica y física de las
naciones se perderá; los caminos y rutas se volverán inseguros; el miedo, el
horror y la aprensión abarcarán a la humanidad, y las muertes prematuras y
repentinas se incrementarán. Inocentes niños serán asesinados mediante las
peores torturas a manos de gobernantes opresores; mujeres embarazadas serán
violadas en las calles y arterias públicas; las enfermedades contagiosas y
mortales se expandirán -quizás por efecto de la putrefacción de los
cadáveres de los asesinados, o por el uso de armas biológicas y químicas-. La
carencia de artículos alimenticios, el encarecimiento de los productos, y la
sequía, paralizarán la vida de la gente, y la tierra se negará a aceptar la
semilla y a permitir su crecimiento y florecimiento. Las lluvias cesarán o caerán
a destiempo ocasionando perjuicios. A causa de la sequía la vida se volverá tan
dura, que para obtener su sustento vital algunas personas entregarán a sus
mujeres e hijas a cambio de un poco de comida.
Bajo tales difíciles circunstancias, la
desesperanza se adueñará del ser humano y la muerte será considerada como el
mejor regalo divino a los hombres, y el único deseo de la gente será que la
vida llegue a su fin. En esa época, cuando alguien pase entre los cadáveres de
los asesinados y al lado de los cementerios, deseará que ojalá él también se
hubiese contado entre ellos para aliviarse de una vida humillante.
En esos días no existirá ningún poder, organización
o institución que pueda controlar todo ese caos, violaciones y matanzas, y castigar
a los opresores y poderosos por sus ignominiosos actos. No se escuchará ningún
grito que clame por la salvación de las personas. Todos los que aleguen bogar por
la salvación de la humanidad, resultarán ser traidores y mentirosos, y los
hombres sólo quedarán a la espera de la Manifestación de un
Restaurador divino y un milagro celestial.
En ese momento, cuando la desesperanza haya ya
abarcado a todos, tras años de ocultación y espera, el Favor y la Misericordia divina
harán manifestarse al Mahdî Prometido para salvar a la humanidad, y una
albricia celestial llegará a oídos de todo el mundo, anunciando que: “¡Oh gentes
del mundo! Los tiempos del gobierno de los tiranos han llegado a su fin, y ha
llegdo el momento del gobierno de la Justicia Divina.
¡El Mahdî se ha manifestado!”. Este grito celestial insuflará el espíritu de la
esperanza en los cuerpos abatidos de los hombres, trayendo el augurio de la
liberación a los desposeídos y oprimidos.
Sí; es vislumbrando este contexto que se puede
comprender la imperiosa necesidad de la Manifestación del Restaurador
divino y la importancia y valor del gobierno justiciero del Mahdî -que Al·lâh
apresure su Manifestación-.
Seguidamente analizaremos las circunstancias caóticas
que acaecerán antes del Advenimiento del Imam (a.ÿ.) en cinco capítulos, desde
el punto de vista de los
hadices o narraciones transmitidas del Profeta del Islam (s.a.w.) y de
los Purificados Imames de Ahl-ul Bait (a.s.).
Primer
Capítulo
El Gobierno
Los preceptos de las religiones y doctrinas se
cumplimentan en la sociedad sólo cuando un gobierno las respalda, de aquí que
todo grupo busque llegar al gobierno para poder consumar sus propios objetivos.
El Islam -que es la religión celestial superior- también persigue conformar un
gobierno islámico, y considera el hecho de establecer y proteger al gobierno de
la verdad como una de sus más grandes obligaciones.
El Noble Profeta del Islam (s.a.w.) consagró
todo su esfuerzo en conformar el Estado islámico y se dedicó a sentar las bases
del mismo en la ciudad de Medina. Tras su fallecimiento -aún cuando los Imames
Inmaculados (a.s.) y los sabios deseaban conformar el gobierno islámico-
excepto en contados casos los regímenes que le siguieron no tuvieron un carácter
divino, y hasta el Advenimiento de Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) la
mayoría de los gobiernos seguirán cimentados en lo falso.
En las narraciones que nos llegaron del
Profeta (s.a.w.) y de los Imames (a.s.) se ha esbozado un panorama general de
los gobiernos antes del Levantamiento del Mahdî (a.ÿ.). Seguidamente hacemos
referencia a algunos de esos casos:
A) Despotismo de los gobiernos
Uno de los asuntos por los que la sociedad
humana padecerá antes de la
Manifestación del Imam (a.s.) será la tiranía y la opresión de
las que será objeto la gente por parte de los gobiernos. El Enviado de Dios
(s.a.w.) dijo al respecto: “La
Tierra se llenará de opresión e injusticia, al punto que en
cada casa entrará el miedo y la guerra”.[3]
Dijo Hadrat ‘Alî (a.s.): “La Tierra se llenará de
opresión e injusticia, al punto que el miedo y la aflicción entrarán en cada
casa”.[4]
Dijo el Imam Al-Bâqir (a.s.): “El Qâ’im (lit.:
“el que se levanta”, esto es, el Mahdî) no se manifestará sino en una época
repleta de horror y pánico”.[5]
Este horror y miedo es algo que generalmente
se origina de los gobiernos de dirigentes opresores y autoritarios del mundo,
porque antes de la Manifestación
del Imam, los opresores gobernarán en el mismo.
Dijo el Imam Al-Bâqir (a.s.): “El Mahdî
(a.ÿ.) no se levantará sino hasta que se incremente en demasía el número de
opresores (en cuyas manos estarán las riendas de los asuntos)”.[6]
Dijo Ibn ‘Umar: “El hombre honorable, poseedor
de riquezas e hijos (al final de los tiempos) deseará la muerte por los padecimientos
y contrariedades que verá de
parte de los gobernantes”.[7]
Un punto digno de atención es que los
seguidores del Profeta (s.a.w.) no sufrirán solo por la transgresión y ataque
de los poderes foráneos, sino que también estarán presionados y sufrirán
padecimientos por parte de sus propios gobiernos egoístas y despóticos, al
punto que la Tierra ,
con toda su extensión, les resultará estrecha, y en lugar de sentirse libres,
se sentirán dentro de una gran prisión.
Al respecto encontramos lo siguiente en las
narraciones:
El Noble Mensajero del Islam (s.a.w.) dijo: “Al
final de los tiempos le acaecerá a mi comunidad una gran desgracia -tan terrible
como jamás se habrá escuchado- provocada por sus gobernantes, de tal forma que la
amplitud de la Tierra
les resultará estrecha y la misma estará desbordada de tanta tiranía y
opresión, que el creyente no encontrará refugio donde ampararse para librarse
de las mismas”.[8]
En algunas narraciones se menciona
explícitamente que los musulmanes se verían aquejados por líderes egoístas, y
se dio albricias de la aparición del Reformador general durante el gobierno de
esos dirigentes tiranos. En este grupo de narraciones
se habla de tres tipos de gobiernos -que llegarán al poder después del Noble
Mensajero del Islam (s.a.w.)-. Estos tres gobiernos son: Califato, Emirato y
Reinado, y tras ello, el gobierno de los tiranos.
Dijo el Noble Profeta (s.a.w.): “Tras de mí
ostentarán el poder califas; tras los califas, emires; tras los emires, reyes,
y tras ellos, tiranos y opresores; luego se manifestará un hombre de la Gente de mi Casa, que llenará la Tierra de justicia después de
haber sido llenada de opresión”.[9]
B) Composición de los gobiernos
Cuando los funcionarios de los gobiernos son
personas correctas y competentes la gente vive en sosiego y tranquilidad, pero
cuando individuos contraproducentes gobiernan sobre la misma, es natural que a las
personas se les acabe la paciencia por tanta aflicción y tormento. Esa es exactamente
la situación que sobrevendrá antes de la Manifestación de Hadrat
Al-Mahdî (a.ÿ.). En ese momento, los Estados estarán conformados por personas traicioneras,
corruptas y opresoras.
Dijo el Noble Profeta del Islam (s.a.w.): “Llegará
una época en que los gobernantes serán tiranos, los comandantes traicioneros,
los jueces corruptos y los ministros opresores”.[10]
C) Influencia de las mujeres en los gobiernos
Otro de los asuntos que se plantean en los
gobiernos del final de los tiempos es la dominación e influencia de las
mujeres, las cuales gobernarán en forma directa sobre la gente, o bien tendrán
a los gobernantes bajo su dominio. Este tema acarreará desagradables
consecuencias. Expresó Hadrat ‘Alî (a.s.) a este respecto: “Llegará
una época en que las personas corruptas y fornicadoras alcanzarán el desahogo y
la prosperidad, los ignominiosos llegarán a tener jerarquía y posición, y las
personas justas se debilitarán”… Se le preguntó: “¿Cuándo llegará esa época,
oh Amîr Al-Mu’minîn?”. Dijo: “Cuando las mujeres ejerzan dominio sobre los asuntos
de la gente, y las muchachas y los niños sean dispuestos en el poder”.[11]
D) El gobierno de los niños
Los gobernantes deben ser personas
experimentadas y eficientes para que la gente viva con tranquilidad y sosiego.
Si acaso, en su lugar, los niños y los faltos de percepción toman a su cargo la
supervisión de los asuntos, habrá que refugiarse en Dios del mal de los
disturbios que sobrevendrán.
Nos contentamos con mencionar dos narraciones
al respecto:
Dijo el Noble Profeta (s.a.w.): “Refugiaos
en Dios del principio del año setenta[12] y del gobierno de los
niños”.[13]
Dijo Sa‘îd ibn Musaîiab: “Sobrevendrá una
sedición y el comienzo de la misma será el juego de los niños”.[14]
E) Inestabilidad de los gobiernos
Solo un gobierno que posee estabilidad política
es capaz de servir a la gente
de su nación, puesto que si se encuentra en continuo estado
de cambio, no podrá realizar grandes tareas en el país.
Al final de los tiempos los gobiernos serán
inestables, e incluso a veces al comienzo del día un gobierno llegará al poder,
pero al ocaso será derrocado. Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.) a este
respecto: “¿Cómo seréis cuando quedéis sin un Imam guiador y sin
conocimiento y sabiduría, y os desentendáis unos de otros, y (esto) sea en una
época en que seréis diferenciados, purgados y (nuevamente) entremezclados?
Cuando esto suceda, se entrecruzarán las espadas, y un gobierno llegará al
poder al comienzo del día, y mediante la matanza, al final del día será destituido
y derrocado”.[15]
F) Incapacidad de los poderes gobernantes para administrar los países
Antes de la Manifestación del
Imam de la Época (a.ÿ.) los gobiernos opresores tenderán a debilitarse, lo cual
preparará el terreno para la aceptación del gobierno mundial del Mahdî (a.ÿ.).
Dijo el Imam As-Saÿÿâd (a.s.) respecto a la bendita aleya:
﴿ حَتَّى إِذَا رَأَوْا مَا يُوعَدُونَ فَسَيَعْلَمُونَ مَنْ
أَضْعَفُ نَاصِراً وَأَقَلُّ عَدَداً ﴾
«Hasta
que, cuando vean lo que se les había prometido, entonces sabrán quién tiene
menos socorredores y es más escaso en número»:[16]
“Aquello que se les promete en esta aleya es
a Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.), sus compañeros y auxiliares. Cuando se
levante el Imam de la Época (a.ÿ.) sus enemigos serán los que menos
auxiliadores tendrán, y contarán con los menores recursos y equipamientos”.[17]
[1] Shûsh Dâniâl: ciudad situada en la
intersección de las tierras bajas y las montañas de la región de Juzestân
en el sudoeste del actual Irán, a unos 240
km al este del río Tigris, donde se
encontraba la antigua ciudad de Susa (o Shushan). Allí se encuentra la tumba
del profeta Daniel (a.s.), lugar de peregrinación de musulmanes
y judíos iraníes [N. del T.].
[2]
Escribí este libro con la colaboración de algunas personas virtuosas de la Hauzah
(ámbito de escuelas religiosas) en cinco volúmenes, y Buniâd-e Ma‘âref-e Islâmî
(Qom) lo imprimió en el año 1990. En un futuro cercano, si Dios lo permite, nos
ocuparemos de su revisión.
[3] Ibn
Abî Shaibah, Al-Musannaf, t. 15, p. 89; Kanz al-‘Ummâl,
t. 14, p. 584.
[4] Kanz
al-‘Ummâl, t. 14, p. 584; Ihqâq al-Haqq, t. 13, p.
317.
[5]
Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p. 156. Ver: An-Nu‘mânî, Al-Gaibah,
p. 253; At-Tûsî, Al-Gaibah, p. 274; I‘lâm al-Warâ’,
p. 428; Mujtasar Basâ’ir ad-Daraÿât, p. 212; Izbât
al-Hudât, t. 3, p. 540; Hiliah al-Abrâr, t. 3, p. 626; Bihâr
al-Anwâr, t. 52, p. 23; Bashârah al-Islâm, p. 82; ‘Aqd ad-Durar,
p. 64; Al-Qawl al-Mujtasar, p. 26; Al-Muttaqî Al-Hindî, Al-Burhân,
p. 74; As-Safârînî, Lawâ’ih, t. 3, p. 8.
[6] Ibn Tâwûs,
Al-Malâhim, p. 77.
[7] ‘Aqd
ad-Durar, p. 333.
[8] Al-Hâkim,
Al-Mustadrak, t. 4, p. 465; ‘Aqd ad-Durar, p. 43; Ihqâq
al-Haqq, t. 19, p. 664.
[9] Al-Mu‘ÿam
al-Kabîr, t. 22, p. 375; Al-Isti‘âb, t. 1, p. 221; Firdaus
al-Ajbâr, t. 5, p. 456; Kashf al-Gummah, t. 3, p. 264; Izbât
al-Hudât, t. 3, p. 596.
[10]
Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p. 228.
[11] Al-Kâfî,
t. 8, p. 69; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 265.
[12]
Quizás el propósito de “el principio del año setenta” sea el período que siguió
a la muerte de Mû‘âwîiah ibn Abî Sufîân, puesto que éste murió a principios del
año 70 H.L. Luego asumió Iazîd ibn Mû‘âwîiah; tras él Marwân ibn Al-Hakam
por unos pocos meses, y luego cuatro de sus hijos [N. del T.].
[13] Ahmad,
Al-Musnad, t. 2, p. 326.
[14] Ibn Tâwûs,
Al-Malâhim, p. 60.
[15] Kamâl
ad-Dîn, t. 2, p. 348.
[16] Sura
Al-Yîn; 72: 24.
[17] Al-Kâfî,
t. 1, p. 431; Nûr az-Zaqalain, t. 5, p. 441; Ihqâq al-Haqq,
t. 13, p. 329; Ianâbî‘ al-Mawaddah, p. 429; Al-Mahaÿÿah, p.
132.
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