Serie de clases sobre Shiísmo impartidas por Sumeia Younes
(Las clases fueron grabadas, transcritas y luego editadas por la autora para poder disponer de ellas en forma de texto)
Clase 19
En el Nombre de Dios, el Compasivo, el
Misericordiosísimo
PARTICULARIDADES JURÍDICAS DE LA SHΑAH (1)
Introducción
La Escuela de
Jurisprudencia Imamita o Shî‘ah Duodecimana es una de las escuelas
jurídicas islámicas de mayor arraigue e importancia. Debido a que ha emanado de
los Imames Inmaculados (a.s.), esta escuela goza de un dinamismo y riqueza
especial.
A causa de la existencia de un vínculo estrecho con el Gran Mensajero del Islam (s.a.w.) y la revelación divina, las bases doctrinales de esta escuela poseen una solidez particular y se encuentran conectadas a la infinita Fuente Divina. Existen numerosas narraciones de los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) acerca de diversas cuestiones que permiten a esta escuela estar preparada para enfrentarse a los diferentes y más complicados asuntos. Esta posibilidad particular en el Fiqh o Jurisprudencia Shî‘ah ha llevado a que haya diferencias con el resto de las escuelas en relación con algunas cuestiones. En esta lección vamos a tratar algunas de esas cuestiones.
A causa de la existencia de un vínculo estrecho con el Gran Mensajero del Islam (s.a.w.) y la revelación divina, las bases doctrinales de esta escuela poseen una solidez particular y se encuentran conectadas a la infinita Fuente Divina. Existen numerosas narraciones de los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) acerca de diversas cuestiones que permiten a esta escuela estar preparada para enfrentarse a los diferentes y más complicados asuntos. Esta posibilidad particular en el Fiqh o Jurisprudencia Shî‘ah ha llevado a que haya diferencias con el resto de las escuelas en relación con algunas cuestiones. En esta lección vamos a tratar algunas de esas cuestiones.
La Shî‘ah y el Iÿtihâd
Iÿtihâd significa “esfuerzo para llegar a inferir
el juicio de la ley religiosa” o “criterio mediante el cual la persona puede
deducir y extraer las normas de la Sharî‘ah a partir de sus fuentes”.
La mayoría de los
sunnis considera que la facultad del iÿtihâd absoluto se restringe a los
fundadores de las cuatro escuelas de jurisprudencia: la Hanbalî, la
Mâlikî, la Shâfi‘î y la Hanafî; y considera factible el iÿtihâd
solo dentro del marco de esas escuelas, si bien pareciera que sabios sunnis de
renombre como As-Suiûtî, At-Tabarî, Al-Auza‘î,
y otros, se consideraron a sí mismos muÿtahidîn absolutos.
La Shî‘ah,
en cambio, no acepta que la puerta del iÿtihâd esté clausurada o
restringida sino que considera que está abierta y considera que el iÿtihâd
es posible en toda época y para toda persona que reúna sus condiciones. En ese
caso cada muÿtahid debe actuar en base a su propia opinión sin seguir a
ningún otro muÿtahid, en tanto que las personas que no son muÿtahid
deben seguirle.
La Shî‘ah y la cuestión del Tasuîb o acierto indefectible al interpretar la ley divina
Por otra parte,
los shias sostienen que es factible el error en las normas concluidas a través
del iÿtihâd o interpretación de las cuestiones de la Sharî‘ah.
Piensan que Dios ha determinado un único juicio para cada cuestión de la Ley
divina, y es posible que los muÿtahidîn logren concluirlo (y en ese caso
son musîb –es decir, habrán acertado en su dictamen-) pero
también es factible que yerren (y sean mujtî –es decir, habrán
errado en su dictamen-), pero, por supuesto, si es que hubiera error, al actuar
en cuanto a ello tanto el muÿtahid como sus muqal·lidîn (quienes
lo siguen) están disculpados; al contrario de lo que creen los sunnis quienes
sostienen la creencia en el tasuîb o acierto indefectible en la
interpretación de las normas, lo cual no admite error.
Según la opinión
de gran mayoría de los sunnis se admiten tantos juicios para una cuestión como muÿtahid
hubiere, por lo cual cualquier resultado al que llegue cada uno de los muÿtahid
equivale al juicio de Dios. Pareciera que la causa de la diferencia entre shias
y sunnis a este respecto vuelve al hecho de que la Shî‘ah se basa en el
racionalismo, y al deducir las normas de la Ley divina considera las
inferencias lógicas, en tanto que los sunnis rechazan al intelecto como fuente
del iÿtihâd.
La Taqîiah
Etimológicamente,
la palabra Taqîiah viene de la raíz Wiqâiah que significa
“proteger algo del perjuicio y del peligro”. Por lo tanto, en la terminología
de la Sharî‘ah o ley islámica significa lo siguiente: “Proteger la vida,
el honor y los bienes del perjuicio que a uno le pudiera ocasionar otra
persona, por medio de manifestar una creencia o práctica contraria a su propia madh·hab
y acorde a la madh·hab de esa persona”.
La Taqîiah
en sí es una actitud racional, y la conducta razonable de los seres humanos
implica que cada vez que estén en peligro la propia vida, honor y bienes,
contengan el peligro del enemigo por medio de actuar según la Taqîiah. Por supuesto, es evidente que cuando no haya peligro ni
amenaza, la persona ya no deberá ocultar su fe, ni actuar contrario a su
creencia.
La legitimidad de la Taqîiah
en el Corán
Hay algunas aleyas que claramente indican que la Taqîiah está
reglamentada en la Jurisprudencia, como por ejemplo:
﴿ مَن كَفَرَ بِاللَّهِ مِن بَعْدِ إِيمَانِهِ إِلاَّ مَنْ
اُكْرِهَ وَقَلْبُهُ مُطْمَئِنٌّ بِالإِيمَانِ ﴾
«… Quien descrea de Dios después de haberle llegado la fe, excepto quien sea compelido a ello encontrándose su corazón afianzado en la fe».[1]
El propósito de esta
bendita aleya es que todo aquel que, tras tener fe, elija voluntariamente la
incredulidad y la manifieste, será abarcado por la ira y castigo divino,
excepto aquellos que se vean compelidos a ello en tanto sus corazones estén
afianzados en la fe, y que solamente por preservar su fe manifiesten
incredulidad.
Los exegetas tantos
shias como sunnis han transmitido que esta aleya fue revelada respecto a ‘Ammâr
ibn Iâsir. Él, sus padres Iâsir y Sumaîiah, y un número de Compañeros del
Profeta (s.a.w.) habían sido torturados por los idólatras. Iâsir y Summaîiah
murieron mártires por efecto de las torturas, pero ‘Ammâr dijo algo que
complació a los idólatras, por lo que lo liberaron y de esta manera Ammâr logró
salvar su vida. Luego ‘Ammâr temió que recayera sobre él la ira divina por lo
que hizo, y con los ojos llenos de lágrimas se dirigió ante el Profeta y le
contó lo sucedido, y el Profeta (s.a.w.), consolándolo, le dijo que si
nuevamente los idólatras le pedían decir eso, que debía hacerlo y preservar su
vida. Entonces descendió esa aleya.[2]
Dice el Corán en
otra aleya:
﴿ لاَيَتَّخِدِ الْمُؤْمِنُونَ الْكَافِرِينَ أَوْلِيَآءَ مِنْ
دُونِ الْمُؤْمِنِينَ وَمَن يَفْعَلْ ذَلِكَ فَلَيْسَ مِنَ اللَّهِ فِيْ شَيْءٍ
إِلآَّ أَنْ تَتَّقُواْ مِنْهُمْ تُقَاةً … ﴾
«Que los creyentes no tomen a los incrédulos como amigos en lugar de a los creyentes, y quien así hiciera, no le corresponderá nada de Dios, excepto que tengáis algún temor de ellos… ».[3]
El propósito de esta aleya es que los creyentes deben mantener lazos fraternos
entre sí y ayudarse entre los mismos creyentes, y no deben tomar como
confidentes y amigos a los incrédulos, y quien así hiciese habrá hecho algo
contrario a la satisfacción de Al·lâh, a menos que tuvieran algún temor
de los incrédulos y se encontrasen en un estado de Taqîiah, que en ese
caso no habrá problemas con mantener lazos de amistad y ayuda con los
incrédulos.
Al-Murâguî –sabio sunni- interpretando esta aleya dijo: “Los sabios del
Islam dedujeron de esta aleya la permisibilidad de la Taqîiah, esto es,
el hecho de que la persona diga algo o haga algo contrario a la verdad para
impedir un perjuicio contra su vida, honor o bienes por parte de un enemigo”.[4]
Por lo tanto, no
es posible ignorar las dos aleyas que mencioné anteriormente, ni otras aleyas
del Corán -como la que describe la actitud del “creyente de la familia del
Faraón” al ocultar su fe en Moisés (a.s.)[5]-, y rechazar completamente la Taqîiah.
Por supuesto,
cabe aclarar que si bien las aleyas que se refieren a la Taqîiah fueron
reveladas en lo referente a la Taqîiah frente al kâfir o
incrédulo, el criterio para hacer Taqîiah -que es proteger la vida,
bienes y honor del musulmán en condiciones graves y de peligro- no se restringe
a hacerlo ante el kâfir. Dijo Al-Fajr Ar-Râzî –famoso exégeta mu’atazilita-
en su Tafsir al-Kabîr, bajo la última aleya que cité -la aleya 28 de la Sura
Âl-i ‘Imrân-: “Según la escuela shâfi‘î, si es que entre los
musulmanes se da un estado similar al que existe entre ellos y los idólatras,
es lícita la Taqîiah para proteger la vida”. Y dijo: “La Taqîiah
es lícita para proteger la vida, pero ¿es permitida para proteger los bienes?
Es posible juzgar la licitud de ello, por el dicho del Profeta (s.a.w.):
« حُرْمَةُ مالِ
المُسْلِمِ كَحُرمةِ دَمِهِ »
“El respeto por los bienes del musulmán es como el respeto por su sangre”,
y por su dicho
(s.a.w.):
« مَن قُتِلَ دُون
مالِهِ فَهُوَ شَهِيدٌ »
“Quien es muerto a causa de sus bienes es un mártir”.[6]
Por lo tanto,
vemos que aunque generalmente se considera a la Taqîiah como una de las
particularidades de los shias, en realidad no es así, y desde el punto de vista
del fiqh o jurisprudencia, los sabios de otras escuelas o madhâhib
también la consideraron lícita en los casos en que se tema que esté en peligro
la vida e incluso a veces ante posibles perjuicios materiales.
La historia de la Shî‘ah
y la necesidad de la Taqîiah
Quizás la razón
por la que es famoso que esta creencia es particular de la Shî‘ah sea
que los shias y sus Imames, especialmente en épocas del califato omeya y en
parte del califato abasí, se encontraban bajo una gran presión y vigilancia, y
los Imames de Ahl-ul Bait, especialmente los Imames Al-Bâquir, As-Sâdiq,
y Al-Kâdzim (a.s.) ordenaban a los shias hacer Taqîiah para proteger sus
vidas, y considerando las duras condiciones de los shias a lo largo de la
historia, se puede inferir la amplitud de miras, el realismo y el proceder
prudente y sensato de los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) al ordenar la Taqîiah.
De lo contrario, no hubiera sido posible preservar la Escuela de Ahl-ul Bait
(a.s.) y el Shiísmo, que es la cristalización del Islam verdadero, sino a
través de la implementación de la Taqîiah.
Al reglamentar
tal práctica humanitaria y beneficiosa, ellos pudieron explicar las realidades
de la religión a la gente y resistir de manera satisfactoria a las
tergiversaciones de carácter espiritual que, involuntaria o premeditadamente,
algunas personas realizaban en la religión del Islam. De esta manera, los
Imames lograron preservar el Shiísmo.
Por supuesto,
debemos considerar un punto muy importante, y es que: si verse obligado a
actuar con Taqîiah conlleva una reprobación, esta reprobación debería
dirigirse a aquellos que provocaron que los shias tuvieran que valerse de la
misma, porque son ellos los que en lugar de actuar con justicia y observar la
benevolencia y hermandad islámica, generaron las más difíciles circunstancias
de represión política y dogmática contra los seguidores de Ahl-ul Bait (a.s.),
por lo que se vieron obligados a actuar con Taqîiah para preservar tanto
sus vidas como la escuela del Shiísmo.
¿En qué casos es permitida la Taqîiah?
Algunos suponen
que la Shî‘ah considera permitida la Taqîiah en cualquier caso,
circunstancia y situación, pero esto no es así. En primer lugar, el
comportamiento de los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) nunca fue así, porque
ellos, observando los beneficios y perjuicios, procedían en cada época de una
manera en particular y de acuerdo a un método adecuado a la situación, y es por
eso que a veces les encontramos adoptando una postura basada en la Taqîiah,
y otras veces se sacrificaban a sí mismos y a sus bienes en vías de manifestar
sus creencias.
Además, hay
algunos asuntos en los cuales no se permite en absoluto la Taqîiah, como
por ejemplo:
1. En algunas prohibiciones y obligaciones
que tienen vital importancia para Dios y para los musulmanes, como por ejemplo
cuando la Ka‘bah y otros lugares sagrados se exponen a la destrucción; cuando
las realidades de la religión son alteradas de tal manera que el Islam y el
Corán quedan expuestos al peligro, y otros casos más.
2. Cuando la persona que hace Taqîiah
goza de una posición especial entre los musulmanes, de manera que cometer un
acto prohibido o dejar de realizar un acto obligatorio por Taqîiah
conlleve la denigración de la madh·hab y la destrucción de la sacralidad
de la religión. En este caso no es permitido para esa persona hacer Taqîiah.
Y tal vez es por esa misma razón que el Imam As-Sâdiq dijo: “No
hacemos Taqîah en cuanto a beber embriagantes”.
3. Cuando uno de los principios del Islam o
uno de los requerimientos necesarios de la religión esté en peligro, no es
permitido hacer Taqîiah, como en el caso de que los gobernantes tiranos
decidan cambiar las normas relacionadas por ejemplo a la herencia, al divorcio,
a la oración, al haÿÿ, etc.[7]
[1] Sura an-Nahl; 16: 106.
[2] Tafsîr Al-Kashshâf, t. 2, p. 430; Tafsîr ibn Kazîr, t.
4, p. 228.
[3] Sura
Âl ‘Imrân;
3: 28.
[4] Tafsîr Al-Murâguî, t. 3, p. 136.
[5] Ver: Sura Gâfir; 40: 28.
[6] Tafsîr
Ar-Râzî, t. 8, p. 13.
[7] Ar-Rasâ’il, del Imam Jomeini, t.3, pp. 177-178.
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